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-¿Qué haces?

-Buscando daños. - Respondió Taiju sin voltear. - Hakkai no sabe manejar. - Chasqueo la lengua para seguir concentrado en su Harley.

-Lo cuidas mucho.

-Por supuesto. - El alfa lo miro por el rabillo del ojo antes de seguir. - Lo armamos juntos.

-Y aun así no me dejaste montarla.

-¿Querías hacerlo? - Fue la tentativa pregunta del mayor, Taiju no sabía que estaba pasando entre ellos ya que no habían estado juntos y solos desde que lideraba a los Black Dragons. - En ese entonces no parecías emocionado.

Inui medito sus palabras y opto por mantenerse en silencio, el omega recordaba perfectamente los momentos que paso con Taiju armando la Harley y a pesar de que el alfa lo dudaba él había deseado subirse en dicha moto.

El rubio al final sin saber que responder se sentó en el suelo en silencio mientras miraba al peliazul trabajar, el sonido de las piezas de la moto, la respiración de Taiju y el sutil aroma de sus feromonas tranquilizaron al omega haciéndole recordar buenos tiempos que este sabia no volverían. Fue inevitable que el rubio cayera en los brazos de Morfeo y cuando el alfa escucho la respiración acompasada del omega detuvo su quehacer y fue a por él. Para Taiju cargar a Inui no fue difícil, el omega encajaba perfectamente en sus brazos lo que hacía que el alfa sintiera un mal sabor de boca y un hueco en el estómago.

-Idiota. - Murmuro bajo mientras apreciaba el hermoso rostro del chico. - Se más consciente de con quien estas.

Sin más que decirle el alfa entro al restaurante, paso por el salón que estaba completamente vacío y subió por las escaleras hasta llegar a la segunda planta en donde se quedó pensando, su cerebro le decía que debía llevarlo al cuarto de invitados, pero su cuerpo se negaba a moverse en esa dirección. No era que Taiju tuviera malas intenciones con el omega, era solo que para el alfa esa habitación ya tenía dueño y no concebía en llevar a alguien sin el permiso de este. Lo primero que paso por la cabeza del alfa fue el rostro enojado de Mikey reclamándole el hecho de haber llevado a Inui y solo basto eso para que el mayor cambiara de rumbo y se dirigiera a su propia habitación en donde recostó al omega.

Taiju se sentó en la cama en donde tenía una perfecta vista del omega dormido, admiro las largas pestañas del rubio, su pequeña nariz y sus rojos y apetecibles labios, su destinado era simplemente hermoso, pero había algo que no lo convencía, anteriormente y aunque el alfa no quisiera admitirlo abiertamente, añoraba al rubio, Taiju en más de una ocasión había anhelado ser el quien se reflejara en los hermosos ojos esmeraldas de Inui, había deseado que el omega se soltara a su lado y que esa monótona expresión en su rostro cambiara para él, pero nunca fue así y de eso se lamentó muchas noches y más cuando se enteró de que se dejó marcar por otro alfa que para su juicio nunca seria digno del omega.

El peliazul delineo con su pulgar la mejilla del omega, la piel de este era tan suave y tersa, pero no sentía nada.

Inui se movió entre sueños y entreabrió los ojos por unos escasos segundos, los suficientes para apreciar las esmeraldas del rubio y fue cuando Taiju volvio a sentirse confundido.

Era simplemente hermoso, pero no era el tono correcto.

Cansado de la confusión salió de su habitación dejando al omega descansar, no se arrepentía de dejarlo en esta ya que hace mucho que pasaba las noches en vela viendo a la nada y no necesitaba estar en dicha habitación para hacer eso.

Paso de largo las escaleras y se paró frente a la puerta del cuarto de "invitados", el lugar se veía deshabitado por la falta de su residente habitual. Taiju se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados y muchos recuerdos de Mikey, el enano que se había autoproclamado su hermano, invadieron su cabeza. Todo el lugar le recordaba al menor, en ocasiones incluso escuchaba un "Tai-nii" e iba corriendo a su encuentro siendo recibido por la soledad y aunque Taiju no lo quisiera admitir delante de sus hermanos, que le habían dicho que se disculpe con Mikey, este se sentía más solo que nunca.

Para el alfa su familia siempre fue su prioridad, la desesperación por cuidarlos había hecho que tanto Yuzuha y Hakkai tuvieran una mala infancia, y cuando comenzó a frecuentar a Mikey pensó que era una nueva oportunidad de redimirse, el recién manifestado omega se veía tan vulnerable a ojos del peli azul que este no dudo en cuidarlo y poco a poco con el pasar del tiempo lo vio como un hermano más al cual deseaba proteger.

-Me voy a volver loco. - Taiju se deslizo por el marco de la puerta sentándose en el suelo, saco un cigarro y se lo llevo a la boca dando una larga calada a este para luego soltar el humo. - Manjiro.

*Mikey-kun te extraña

Una leve sonrisa apareció en los labios del alfa al recordar a Takemichi, él sabía que las intenciones del omega eran buenas, pero no podía creerle, el solo recordar el rostro bañado en lágrimas de Mikey hacia que el alfa se negara a pensar en tener esperanzas de ser perdonado porque esos ojos negros de Sano Manjiro reflejaban odio puro.

Lo perdió.

Así que lo único que le quedaba era rezar por su bienestar, desea fervientemente que Draken realmente pudiera cuidar al rubio porque si algo llegaba a pasarle él se encargaría de cobrar cuentas, por primera vez agradeció de que Yuzuha y Hakkai fueran alfas y supieran cuidarse, el mayor miedo del mayor siempre había sido que sus hermanos tuvieran una mala relación como la de sus padres, Hakkai y Mitsuya llevaban ya tiempo juntos y Taiju podía confiar en que el pelilila cuidaría bien al torpe de su hermano, esperaba de corazón que Yuzuha también tuviera suerte con su futura pareja, el por otro lado nunca pensó en enlazarse.

-Es una mierda. - El alfa se sorprendió al ver como el cielo se estaba aclarando, para el solo fueron unos segundos de meditación que resultaron ser horas, maldijo por lo bajo ya que nuevamente no pudo dormir.

Taiju se levantó y abrió la ventana más próxima para ver mejor el amanecer, se apoyó en el alfeizar mientras veía al sol salir y ponerse en lo alto, el cielo estaba despejado y tan claro que le gusto y le recordó a alguien.

-Hanagaki tiene bonitos ojos. - La frase escapo de sus labios sin pensar y el alfa no pudo evitar que las comisuras de sus labios se elevaran en una pequeña sonrisa, para Taiju el omega era torpe y nada lindo, pero sus ojos eran tan claros y sinceros como el cielo.

*Taiju-kun

Una amarga sonrisa apareció en los labios del peli azul al recordar al omega de azules.

¿Como se describiría a Hanagaki Takemichi? Torpe, inocente, sin malicia, despistado, confiado, débil, ciertamente con esa personalidad no tenía futuro en las pandillas porque en la mínima oportunidad seria traicionado, el omega debía ser menos confiado o cualquier alfa lo engañaría...

La expresión de Taiju se endureció ante ese pensamiento y sintió como si un hueco se instalara en su estómago, al mayor no le sorprendería que engañaran al omega, pero que no le sorprendiera no significa que le gustaría que eso suceda.

La resolución del alfa fue sencilla y rápida, si alguien lo lastimaba él se encargaría de moler a golpes al bastardo, Hanagaki no podría detenerlo y el saldaría la deuda que tenía con el omega que ayudo a Hakkai.

Si... solo por eso lo ayudaba.

El sonido de una moto aparcando frente al restaurante hizo que Taiju saliera de sus pensamientos en donde había matado a más de un alfa imaginario que se hubiera atrevido a aprovecharse del omega de ojos azules.

-¿Qué mierda haces aquí? - Gruño.  

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Hola les saluda Ale, narrar en tercera persona no es mi fuerte, pero lo estoy intentando (espero se entienda), escribir me esta ayudando a distraerme y agradezco que se tomen el tiempo de leer estas ocurrencias mias (que la verdad siempre dudo que sean interesante). Y pues estoy intentando actualizar seguido porque vi mis apuntes y ya estamos a poco de terminar.

¿Opiniones?

Pd: como siempre no revise. 


Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora