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Aprender a hacer postres con Taiju fue divertido, el alfa era sorprendentemente paciente, su manera de enseñar era como la de Shin, me explicaba detenidamente lo que iba a hacer, me daba un ejemplo y luego se quedaba conmigo hasta que lo hacía bien.

Mientras seguía ayudando llego la hora del almuerzo por lo que Taiju preparo un arroz frito, la comida del alfa era muy rica, luego le pediría que me enseñe a cocinar.

Para las cosas difíciles ya no pude ayudar, Taiju me dijo que me enseñaría después, me emocione, significa que podía volver, ¿Verdad?

Mientras el alfa decoraba una ópera su celular sonó, lo ignoro por completo y siguió en lo suyo, no fue hasta que se sintió satisfecho con el postre que agarro el celular y devolvió la llamada, mientras yo me apoyé en la mesa y vi hipnotizado el postre.

-El chocolate brilla. - No importaba de que ángulo mirara el postre este resplandecía.

-Oye, enano.

-Vuelve a llamarme así y te golpeare.

-Ya es hora de que subas.

-¿Por qué? - Hice un puchero.

-Uno de mis empleados ya llego.

-¿Y eso que? Mientras no sea un alfa dominante estaré bien. - El mayor suspiro.

-Es un omega.

-¿Y? - Taiju me vio extrañado.

-Un omega común no puede estar al lado de un omega dominante en celo.

-¿Por qué?

-¿Qué mierda te ha enseñado tu familia?

-En mi familia solo había alfas.

-En la mía también pero aun así nos hablaban de-

-Ya, ya. - Lo interrumpí. - Me voy. - Le saque la lengua.

Mientras subía la escalera volví a escuchar su voz.

-Luego te subiré la cena. - Bufe, ese idiota sabia como ganarme.

-¿A qué hora terminas de trabajar?

-Como a las 11.

-Te esperare para que cenemos juntos. - Volví a retomar mi subida.

-¿Soportaras hasta esa hora? - Iba a responderle que sí. - Espera. - Me dejo con la palabra en la boca. Cuando volvió traía una pequeña bandeja. - Vamos arriba.

No le respondí, mi mirada estaba en la bandeja que tenía una de las óperas que el alfa había preparado.

-¿Es para mí? - Se me hacía agua a la boca saber que probaría uno de sus postres.

-Considéralo un pago por la ayuda, no eres tan inútil como pensé. - Ignore el tono de voz arrogante con el que me hablo solo para subir más rápido e ir al cuarto.

Taiju entro a los pocos segundos, dejo la bandeja en la mesa de noche y nuevamente puso su mano en mi frente.

-Ya estas llegando al final de tu celo, pero aun así tomate los supresores.

-Entendido. - Canturree feliz y luego se fue.

Nuevamente me encontraba solo, tome primero los supresores y luego concentre mi mirada en el dulce. Este estaba tan bonito que me sentía mal por comerlo.

Al dar mi primer bocado sentí que había llegado al cielo, la ganache de chocolate se derritió en mi boca, a pesar de que le vi poner poca almendra esta fue suficiente ya que se podía saborear el fruto.

Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora