Draken-kun salió corriendo tras Mikey-kun, era lo mejor, ellos tenían que hablar. Por otro lado, Taiju-kun que estaba todo golpeado por el omega seguía manteniéndose de rodillas con la cabeza gacha en el mismo lugar. Sus agrias feromonas seguían inundando el restaurante por lo que me era difícil acercarme a él.
Mi omega quería ir con el alfa, pero la razón me lo impedía ya que él me había dicho que no quería verme, que me alejara. Los minutos pasaban y ninguno hacia movimiento alguno, no pude soportarlo más y me armé de valor.
-Taiju-kun.
-¿Qué estás haciendo aquí? - Fue la respuesta inmediata, mis piernas temblaron, pero lo ignore dispuesto a responder. - Inui. - Las palabras quedaron atoradas en mi garganta, él no se dirigió a mí, sino al omega que se dejó ver por la puerta y ahora iba a su encuentro.
Era sorprendente que a pesar de que Inui-kun controlaba sus feromonas, Taiju-kun siempre lo encontraba, yo ni siquiera había notado la presencia del rubio.
Que tu destinado te abandonara no es mi problema.
Las palabras de Hakkai retumbaron en mi cabeza, era un completo idiota al no notar lo obvio, la manera en que lo busca, las miradas que le da, incluso en la fiesta de celebración de la Toman cocino algo especialmente para él.
-Quería ver con mis propios ojos como Draken y Mikey te golpeaban. - Soltó monótono el rubio al ponerse al frente del alfa que alzo su rostro para verlo directamente a los ojos.
-¿Estas satisfecho? - Pregunto el mayor para soltar una amarga carcajada, el rostro de Taiju-kun estaba lleno de moretones y sangre escurriendo tanto de su nariz como de su boca. - Espero disfrutaras el espectáculo.
-Lo estoy. - Fue la respuesta inmediata. - Taiju. - Susurro el omega y el cuerpo del alfa tembló, incluso el aroma que desprendió fue dulce, mi pecho dolió. - Lo que le hiciste a Mikey es horrible. - El dulzor desapareció, la sentencia del omega lo desarmo. - Lo perdiste a él también.
El alfa agacho la cabeza y mi corazón se encogió al ver como lagrimas se deslizaban por su magullado rostro.
-Lo sé...
-¿Por qué lo hiciste?
-No quería perderlo. - Fue la simple respuesta del alfa que no se atrevía a alzar la cabeza. - Solo quería proteger a Manjiro. - Es mi culpa. - No quiero que algo le pase, que me lo arrebaten a él también. - ¡Es mi cul-
Si, lo perdí, no soy exactamente el tipo ideal de alfa que un omega desearía.
Es mentira, no lo perdiste Taiju-kun, si solo levantaras el rostro podrías ver la manera en que Inui-kun te mira en este momento, el monótono rostro del omega cambio al escucharte hablar de Mikey-kun
-Ahora él te odia. - El sollozo del mayor aumento. - Lo que hiciste es imperdonable.
Taiju-kun continúo llorando delante del omega que a pesar de no hacer movimiento alguno se sentía como si lo estuviera consolando en silencio.
¿Qué hago aquí? Verlos juntos me hacía sentir como...
Un intruso.
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Abrí los ojos lentamente intentando acostumbrarme a la luz de la habitación, estaba-
¡¿Tai-nii?!
Me senté apresurado y los recuerdos se arremolinaron en mi cabeza, Taiju había usado la voz de alfa conmigo, Ken-chin peleo con él y ahora... ¿Estaba en el burdel?, ignore el motivo del porque estaba aquí.
Mis ojos quemaban, Tai-nii me traiciono, me mantuvo alejado de Ken-chin y mi familia mediante la voz de alfa, abracé mis piernas y escondí mi rostro, quería gritar, llorar y volver al restaurante para continuar golpeando a ese estúpido alfa, maldito traidor, te odio Tai-nii, por tu culpa...
nuevamente perdí un hermano.
Todo el tiempo que pasamos juntos, cocinando, comiendo, conversando, le hablé de mi familia y de Ken-chin, confié en él y ¿todo para qué?, para que al final me traicionara como todos los demás, como Kazutora, como Baji, como Ken-chin.
-Despertaste. - Alce mi rostro para ver al alfa. - Mi-Mikey, ¡¿Estas llorando?!
-¿Eh? - Lleve mi mano izquierda a mi rostro, ¿En qué momento? - Pff. - Me reí, las lágrimas no se detenían. - ¿Por qué no paran? - Sostuve con fuerza mi cabello. - Debería estar acostumbrado. - Mi pecho dolía. - A esperar que todos me traicionen, debería- Las palabras quedaron estancadas en mi garganta al sentir los brazos de Ken-chin rodearme. - Suéltame. - Ordene, pero este se negó. - ¿No me es-escuchaste?
-Mikey. - Con su mano derecha acaricio mi cabello mientras la izquierda se mantenía fuerte en el agarre. - Puedes llorar.
-No quiero. - Con mis manos aprete con fuerza su ropa aferrándome a él. - No voy a llo-ar, no voy-
-Por favor Mikey. - No pude más, me quebré.
Ken-chin no me soltó mientras lloraba, dejo que me aferrara a él o lo golpeara si deseaba, no hizo preguntas y solo acaricio mi cabello mientras me arrullaba diciendo que siempre estaría para mí, que nunca me dejaría y que me quería. Cuando menos lo espere todo se oscureció.
La segunda vez que abrí los ojos ya era de noche y los característicos sonidos del burdel se dejaba oír por todo el edificio, mi cuerpo se sentía pesado, me estiré y me di cuenta de que estaba perfectamente vestido con mi ropa y el haori de Ken-chin sobre esta, lleve la prenda a mi nariz, pero me extraño no sentir ninguna feromona del tatuado.
Mi omega se entristeció al no sentir el marcaje de nuestro alfa, pero lo ignore al fijarme mejor en la habitación, esta no tenía ninguna feromona de Ken-chin.
-¿Por qué? - Me puse de pie y examiné cada rincón de la habitación y me sorprendí de no encontrar ningún rastro de sus feromonas en este lugar que era su hogar. - Pero si es un alfa dominante, incluso Taiju dejaba rastros de sus feromonas en su habitación, ¿Qué está pasando? - Lleve otra de sus prendas a mi nariz y nada. - ¿Por qué no deja salir sus feromonas?
Al escuchar la puerta abrirse di la vuelta, Ken-chin se quedó de pie en el marco de esta.
-¿Cómo estás? - Dijo para cerrar la puerta tras él.
-¿Dónde estabas?
-Fui a comprarte unos dulces. - Mi estomago gruño al oler el característico aroma de los taiyakis recién hechos. Quise reír por mi cuerpo y su fácil reacción a la comida gratis, la última vez que comí taiyakis frescos fue cuando Tai-nii...
Corte el hilo de mis emociones, siempre usaban mis dulces favoritos para que baje la guardia, Taiju lo hizo y ahora Ken-chin.
-¿Mikey? - Me llamo desconcertado.
-Ven aquí. - Estire mi brazo y el tótem no dudo en avanzar. - Para. - Me obedeció inmediatamente, calcule el lugar donde se encontraba y tome aire.
-¿Qué estas ha- Su voz se detuvo al ver como alce mi pierna, a pesar de que lo deseo evitar fue demasiado tarde, mi pie ya había hecho contacto con su cabeza noqueándolo al instante, el cuerpo del tótem cayo en la cama.
-Aun no te perdono, Ken-chin. - Gruñí para recoger la bolsa de taiyakis que cayó al suelo y abrirla, el dulce sabor exploto en mi boca, tan delicioso. - No me volverán a engañar. - Rezongué para salir de la habitación.
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Buenas madrugadas les saluda Ale :D primero quiero agradecer por los comentarios <3 me motivan a escribir, segundo pues lamento la demora Xd acabo de entrar a vacaciones y ando pensando a que fic hacerle una maraton, sin darme cuenta me llene de fics y no quiero abandonarlos n_nU en todo caso intentare continuar con los demas fics.
¿Qué les parecio el capitulo?
Pd: no revise, lo siento D:
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Mi lugar (Drakey)
Fiksi Penggemar-Emma es mi destinada. -¿Qué? -------------------------------------- Soy mala con los resúmenes por lo que solo pondré eso. Omegaverse, ambientando luego del arco de los black dragons.