Mi lugar (Drakey)

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-Y el abuelo le dijo a Ken-chin que no podía marcarme, que debíamos esperar a cumplir la mayoría de edad. - Taiju se rio al escuchar al omega. - No te rías imbécil. - Mikey bufo molesto. - ¡Y lo peor es que Ken-chin acepto!

-Me parece la mejor decisión, por fin ese idiota usa el cerebro. - El rubio fulmino con su mirada al alfa. - Son unos mocosos, ¿Cómo están tan seguros de que no se arrepentirán más adelante?

-No lo haremos, esperamos mi segundo genero para ya ser pareja.

-¿Y cómo termino tu revelación de segundo genero? - El rubio apretó los puños enojado, fue un golpe bajo. - De acuerdo. - Suspiro Taiju intentando apaciguar las cosas. - A lo que me refiero es que ambos no supieron actuar de la mejor manera, con el tiempo aprenderán.

Aunque no lo demostrara el alfa se sentía contento con la noticia de que el patriarca de los Sano por fin había puesto límites al omega ya que lo dicho por Takemichi en su celo aun rondaba en su cabeza y eso tenía expectante a cualquier cambio en el menor.

-No me gusta que no confíen en mí. - Mikey refunfuño.

El alfa vio de reojo al omega, este estaba sentado con los brazos cruzados no muy lejos de él, suspiro cansado y dejo el lápiz con el que estaba sacando las cuentas para dirigirse a la salida.

-Vamos enano. - Taiju le hablo desde la puerta.

-¿A dónde?

-Te comprare unos taiyakis, veamos si así dejas de quejarte y me dejas trabajar en paz. - La voz del alfa sonaba fastidiada, pero el omega sabía que era una fachada.

-¡Gracias Tai-nii!- En menos de un segundo el omega ya estaba al lado del alfa. - ¿Me llevaras en tu moto?

-¿No quieres conducir?

-Prefiero que me lleves. - El alfa saco las llaves con la intención de subir a su moto cuando un recuerdo fugaz llego a su mente.

-Pobre de ti que te vuelvas a quedar dormido, te tiro de la moto si lo haces. - Mikey miro indignado a Taiju por la amenaza.

-Que malo eres Tai-nii.

-Estas advertido enano. - Taiju fingió no ver el puchero del omega y se sentó en su Harley. - ¿No vas a subir?

-Espera. - El omega agarro su mentón pensativo. - Casi me olvido porque vine.

-¿Ah?

-Tai-nii, el abuelo dijo que te invite a almorzar.

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-¿Estarás ocupado? - Medite mi respuesta, cada que nombraba a Tai-nii a pesar de que Ken-chin lo negaba él se incomodaba y lo sabía por su aroma.

-Si, el abuelo nos pidió a Emma y a mí que nos quedáramos para ayudar con la limpieza. - Mentí.

-¿No quieres ayuda? - Mi alfa jugaba con mi cabello mientras me encontraba recostado en su regazo. - Odias limpiar.

-Tengo que hacerlo Ken-chin, además sigo enojado porque aceptaste las condiciones del abuelo.

-Mikey, podemos esperar. - Me senté. - Aun somos menores de edad.

-¿No quieres marcarme? - Las palabras salieron solas sin pensar. - Pensé que sentíamos lo mismo.

-Mikey. - La expresión contrariada de Ken-chin hizo que mi boca se secara, el realmente estaba pensando en que decir. - Debes entender la preocupación de tu abuelo.

-Me largo.

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¿Por qué acepte? Me volví a recriminar mientras miraba la puerta de la casa del enano y luego como respuesta llegaron a mí los recuerdos del omega insistiendo a mas no poder que acepté la invitación.