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-Te acompañare.

-No soy un niño.

-No puedes conducir en ese estado.

-¿En qué estado? - Me burle. - Solo comí, estoy en mis cinco sentidos.

-Draken.

-No, Mitsuya. El burdel está cerca de aquí, necesito descansar y poner en orden mis ideas.

-Te llamare.

-Haz lo que quieras. - Conteste para encender mi moto y ponerlo en marcha.

Ver a Taiju cargando a Mikey fue lo último que pude soportar, saber que ya no me necesitaba solo hacía que mi estado de ánimo empeorara, ¿En qué momento sucedió? ¿En qué momento se alejó tanto de mí? En qué maldito momento deje de ser indispensable en su vida.

El claxon de un auto me hizo volver en sí, la luz del semáforo estaba en verde, ignore al sujeto que comenzó a gritarme y me centre en el camino, si iba para la derecha llegaría al burdel, pero ¿Qué me esperaba en ese lugar? ¿Sumirme más en mi miseria? ¿Oír los aullidos lastimeros de mi alfa que me pedía que fuera tras Mikey? ¿Escuchar a las chicas nuevamente preguntar por el omega? Además, ese lugar estaba lleno de recuerdos, esa pequeña habitación me pertenecía tanto a mi como a Mikey, a pesar de que no viene desde año nuevo.

Poco me importo ver que la luz cambiaba a roja, hice ronronear a mi hermosa Zephyr y avance a toda velocidad. Manejé sin rumbo o eso es lo que creí.

Kujukuri.

Desde ese amanecer con los miembros de la Toman que no volví a esta playa, los recuerdos venían, en ese momento Mikey conducía lejos de nosotros y a pesar de eso no lo sentía tan lejano de mí. En ese entonces tenía la seguridad de que si avanzaba a la par de su moto seria recibido por una hermosa sonrisa suya.

Maldición.

Estacione mi moto cerca al muelle y avance hipnotizado por el lugar.

-¿Qué sucede, Mikey? - Hable fuerte como ese día y no hubo más respuesta que el sonido de las olas, mi alfa continúo aullando. - Esta amaneciendo. - Susurre, recordando sus palabras. - Ken-chin, debemos tomar a todo este mundo en nuestras manos. - Me senté al filo del camino. - Por supuesto, este año conquistaremos todo el país.

No pude soportarlo más y solté una carcajada, debí verme ridículo ese día, le prometí el país, yo, que vivo de arrimado en un cuarto en un burdel, yo, que no tengo nada que ofrecerle, yo... que en el momento que más debía protegerlo no lo hice.

-Al menos Taiju Shiba le puede ofrecer algo.

Por Mitsuya sabía que Hakkai o más bien los Shiba, no eran exactamente unos desamparados, era verdad que vivían solos pero su padre se seguía haciendo cargo de sus gastos y aunque no se hiciera cargo, con ese restaurante Taiju demostraba que no necesitaba quien lo mantenga, él podía hacerlo perfectamente.

Mientras Taiju Shiba avanza yo sigo jugando con la pandilla.

Tai-chin dijo que es una basura que no sabe pelear.

El me salvo de ese tipo.

Mis dientes rechinaron por la fuerza con la que los apretaba, siempre otra persona salvaba a Mikey, en la pelea contra Valhalla fue Kisaki y en el ataque de los alfas fue Taiju.

-Que ridículo soy.

El día había comenzado, saque mi celular, normalmente ya le habría mandado un mensaje, en estos días tuve el tonto pensamiento que este cortejo estaba funcionando, pero no era así.

Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora