Mi lugar (Drakey)

27

¿Por qué el aroma de Ken-chin es tan débil?

Al comienzo no lo note porque andaba lejos, pero ahora que está sentado frente a mi podía asegurar que sus feromonas bajaron considerablemente.

-¿En qué piensas? Es raro verte callado.

-Tus feromonas... - Mi celular vibro, lo saque de mi bolsillo, mire unos segundos la pantalla y corte la llamada.

-¿Quién era?

-Takemicchi.

-¿Y si es importante?

-No creo. - Me reí recordando lo que le pedí, le mentí diciendo que Tai-nii necesitaba ayuda cuando no era así. Además, yo podía ir a apoyar, pero un momento solos no les caería mal.

-¿Qué maldad le hiciste a Takemicchi? - Ken-chin me sonrió cómplice, nos divertíamos molestando al omega.

-¿Por qué dices eso? - Hice un puchero. - Yo lo estoy ayudando.

-Lo que digas Mikey. - El alfa se recostó. - Al final, ¿Qué decisión tomaste? Los omegas de la Toman deberían abstenerse de pelear, es peligroso para ellos.

-Si ese fuera el caso, tampoco debería pelear.

-Yo te voy a proteger.

-Lo sé. - Sonreí. - Pero no necesito que me protejas, no soy débil.

-Te cuido desde que nos conocemos, que seas omega no cambia nada.

Antes de responder llego la comida, mi menú en esta ocasión si llevaba su banderita, me sentí decepcionado, quería que Ken-chin la pusiera.

-Toma, Mikey. - El alfa cambio la bandera de mi menú. - Esta no la tienes.

-¡Gracias, Ken-chin!

Mientras comía volvió a vibrar mi celular, al sacarlo volví a leer el nombre de Takemicchi.

-Mikey, será mejor que contestes. - Bufe.

-No quiero. - La llamada se cortó y volvió a ingresar una nueva, ya cansado termine respondiendo.

-¡Mikey-kun!

-¿Takemicchi? ¿Qué paso?

-¡Hakkai-kun y Taiju-kun...

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La escena que encontré al llegar al restaurante fue tan bizarra, la puerta estaba en el suelo, el cumulo de feromonas era insoportable, muchas mesas y sillas rotas y a los tres hermanos Shiba peleando.

-¡¿Qué pasa aquí?! - Me ignoraron.

-¡Mikey-kun! - Takemicchi sostenía a Mitsuya que deseaba unirse a la pelea, mierda, putas feromonas. - ¡Detenlos!

-¡Hakkai ya para! - El pelilila se retorcía entre los brazos del rubio.

-¡Taiju! - Vocifere, los alfas seguían en lo suyo, estaban cegados por su instinto. - ¡Mierda!

Camine con dificultad a su lado y agarre por el brazo al mayor de los Shiba, su aroma era horrible, puto alfa.

-¡Quítate! - Se soltó y estampo su puño en el estómago de Hakkai, al menor cayo de rodillas.

-¡Taiju, no! - Yuzuha agarro su mano y él se volvió a soltar y la empujo, mierda.

-¡No toques a Yuzuha! - Hakkai se puso de pie a una gran velocidad y embistió contra su hermano haciendo que cayera, se sentó a ahorcajadas y continúo golpeando.