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Manjiro, quieto.

Las palabras retumbaban en mi cabeza una y otra vez, sabia que hice algo horrible, pero no me arrepentía, aceptare su odio si puedo conseguir que este a salvo.

Ahora el enano se encontraba durmiendo en mi cama, debía planear bien lo que haría, mi primer pensamiento fue llevármelo lejos, pero dudaba que el señor Sano me lo permitiera y si lo veía ahora notaria que Manjiro es controlado por la voz, debía mantenerlo alejado de ellos.

-¿Tai-nii? - El enano me llamo débilmente. - Yo...

-Descansa, parece que no te sientes bien. - Acaricie su cabeza mientras expandía mis feromonas.

-No me siento bien. - Susurro más para sí, convenciéndose de mis palabras.

Al segundo cerro los ojos y volvió a dormir, el omega y cuerpo del enano ya estaban acostumbrados a ser marcados con mis feromonas por lo que no ponía resistencia a la voz de alfa.

Volví a sumirme en mis pensamientos por un largo tiempo, hasta que el característico sonido del celular del enano lleno la habitación, agarré el dichoso aparato solo para ver el nombre de Draken en la pantalla, un gran deseo de romper el celular me apodero, pero me contuve, no tenía que alertarlo, todo debía seguir como si no pasara nada.

El omega se removió por el ruido, puse el celular en vibrador y me senté en la cama viendo mejor al enano. Se veía tan relajado mientras dormía, la expresión triste que tenía por culpa de Draken siempre desaparecía cuando estaba durmiendo, me gustaba eso, me gustaba pensar que al menos dormido era feliz.

-Si solo Draken fuera un buen alfa. - Solté una amarga carcajada. - Ese bastardo nunca te protegerá.

No podía confiarle el bienestar de Manjiro a Draken, si al menos fuera otra persona, si alguien como Yuzuha fuera su alfa destinada no tendría que preocuparme ya que no puedo pensar en mejor alfa que ella. Pero lamentablemente igual que mi madre, el enano tiene un horrible alfa destinado.

-Te voy a proteger Manjiro, ahora si puedo proteger a mi familia. - Sostuve su mano. - No te dejare morir.

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-¿Me voy a quedar? - El enano veía su comida aun desorientado, el ser marcado con las feromonas tan intensamente lo ponía en ese estado.

-Si, necesito tu ayuda. Por favor.

-Esta bien, Tai-nii.

-Cuando terminemos de cenar vas a llamar a tu abuelo y decirle que te quedaras para no preocuparlo. – Asintió. – Y mandaras un mensaje a Draken, dile que te estaré llevando a clases.

-Ken-chin, quiero ir con Ken-chin, Tai-nii.

-No, te vas a alejar de Draken. – Apretó los labios, al ver su resistencia volví a expandir mis feromonas. - ¿De acuerdo?

-Si.

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Pude ver a Draken ni bien llegamos al instituto, su mirada se centró en el enano que bajo de la moto sin problemas y avanzo.

-Manjiro. – Lo llame y el enano volteo y retrocedió en sus pasos hasta estar de nuevo a la par mío. - Aléjate de Draken. - Susurre en su oreja y el enano no opuso resistencia. - Recuerda que vendré a recogerte.

Draken siguió petrificado viéndonos, un alfa que no está dispuesto a pelear por su omega es realmente patético.

A partir de ese día agarre la rutina de dejar e ir por Manjiro.

Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora