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Escuche como la puerta era abierta y pasos acercándose a mí, no hace mucho había despertado, pero me negaba a abrir los ojos, abrirlos significaba volver a mi casa, volver a ver a Emma y Ken-chin juntos.

Aun no me encontraba listo para eso.

-Pensé que seguías dormido. - Abrí completamente mis ojos, Taiju estaba parado al lado de la cama. - Levántate.

-No quiero. - Le di la espalda y me oculté entre las sábanas. - Aun tengo sueño.

-Mentiroso.

-No miento. - Refunfuñe aun debajo de las sábanas. - ¡Aaa!- Taiju quitado las sábanas. - ¡Maldito idiota! - Le lance la almohada que fue detenida sin problemas.

-Aquí esta tu ropa, ya la lave, también te estoy dejando un parche. Ve a bañarte, te espero abajo.

-No quiero. - Cruce mis brazos por sobre mi pecho.

-Si no bajas dentro de 10 minutos me comeré tu desayuno. - Sentencio para cerrar la puerta.

-Ese idiota. - Bufe y agarre mi ropa, la apegue a mi nariz. - ¿Todo de ese alfa huele bien?

Sentir el agua acariciar mi cuerpo me relajo demasiado, incluso pensé que me dormiría en la ducha. A diferencia de mi primer celo este había sido técnicamente mucho mejor. En mi antiguo celo me sentía como mierda al terminarlo, en esta ocasión estaba relajado.

La fuerza volvía a mí.

Cuando ya estaba listo quite las sábanas que utilice y las cambie por unas limpias.

Siempre cambia las sábanas.

-Lo sé Ken-chin, lo sé. - Hasta en mis pensamientos me regaña.

Mire el cuarto por última vez, no me quería ir.

Bajar las escaleras si fue pesado, la tristeza de irme se exteriorizaba.

-Mierda enano, ponte el maldito parche. - Puse mi mano en mi nuca, lo había olvidado.

Subí nuevamente a la habitación y encontré el parche aun en la mesa de noche, la puse con cuidado y volví a bajar.

-¿Mejor?

-Yo no tengo problemas con tu olor, los otros alfas son los del problema. - Golpeo su frente con la palma de su mano, exasperado.

-Ya estoy bien, la fuerza volvió a mí y ya tengo mi parche. - Troné mis nudillos.

-Qué sentido tiene de que uses el parche si aún se siente tu aroma. - Torcí los labios. - Te marcare un poco con mi aroma, así podrás llegar a salvo a tu casa.

-No es necesario. - A pesar de lo que dije no puse objeción para ser marcado, sus feromonas se sintieron más fuertes, me rodean, me sentía tan seguro.

Este alfa me estaba protegiendo con su aroma.

-Perfecto. - Dijo luego de tomar una gran bocanada de aire y no sentir mi aroma. - Vamos a comer.

El desayuno como siempre, delicioso, luego le ayude a lavar los platos, pregunte si necesitaba ayuda, intentando alargar mi partida.

-Debes volver. - Mordí mi labio inferior.

Nos quedamos unos minutos en silencio, el mayor puso su mano en mi espalda y me guio a la salida, pensé que me sacaría del lugar, pero me soltó y se apoyó en la pared al lado de la puerta, estábamos frente a frente.

-Sé que no quieres volver por Draken y tu hermana, aun estas confundido. - Encendió un cigarro. - Mientras te sientas así de inseguro lo mejor sería que tomes tu distancia, piensa con cabeza fría lo que deseas hacer, si vale la pena pelear por él y lo más importante, si el corresponde tus sentimientos. - Boto el humo del cigarro, era menta. - No existe nada más patético que alguien que pelea por una persona que no le corresponde. - Agache la cabeza.

Sé que soy patético, no necesitas recordármelo.

-Me voy. - Abrí la puerta con fuerza, di unos cuantos pasos y su mano tomo la mía, estaba furioso, sin dudarlo alce mi pie para darle una patada.

-¡Ja! Sabía qué harías eso. - Había mandado su cuerpo para atrás evitando el golpe. - Esas patadas duelen como el infierno. - Soltó otra carcajada, me preparaba para la siguiente. - Mírate, este eres tú. - Me congele por un momento. - No importa que seas un omega, siempre serás alguien letal, eres el invencible Mikey. - Me sonrió de esa manera loca que antes me daba escalofríos pero que ahora me daba seguridad. - Si ese alfa no te corresponde pues mándalo a la mierda. - Su mano revolvió mis cabellos, alce un poco la vista.

Shin-nii

Al dejarme libre el silencio fue cómodo, me dirigí a la puerta más tranquilo.

-¿Te acompaño? - Aun le daba la espalda.

-No es necesario. - La sonrisa plantada en mi rostro era enorme. - No quiero pasármela cuidándote. - Rei divertido. - Soy mucho más fuerte que tú.

La estrepitosa risa del alfa lleno el lugar, no pude evitarlo y me uní a él.

-¿Puedo visitarte?

-Si vienes tendrás que ayudarme.

-Dalo por hecho.

Sali, mientras caminaba a casa me recordé de Baji y la mentira.

Prendí el teléfono, ignore los mensajes y lo llame.

-Ey Ed, ya estoy de camino a casa.

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-Gracias por todo, luego hablamos. - Mikey corto.

-¿A dónde vas? - Draken salió de la habitación.

-¿A dónde crees? - Imito mi voz con burla.

Draken había estado jodiendo desde anoche, me hizo repetir mi conversación con Mikey una y otra vez, si no fuera por mi madre que en ese momento estaba en casa hace mucho me habría agarrado a golpes con el idiota.

Una manera de quitármelo de encima fue darle mi celular, porque si no me hubiera acompañado hasta al baño.

-Voy contigo. - Agarre las llaves de mi moto y baje apresurado, el alfa me llevaba mucha ventaja.

No demoramos en llegar a la esquina de la casa de Mikey, a la velocidad que íbamos me sorprendí de no ser detenidos por la policía.

Esperamos mucho tiempo, cuando pensábamos que tal vez Mikey ya nos había ganado y llegado a su casa antes es que vimos una cabeza rubia venir por el lado opuesto al que estábamos.

Draken no lo dudo y fue a su encuentro.

Había visto a Mikey a lo lejos, se veía tan relajado, se veía incluso mejor que en todos estos meses donde solo fingía sonreír al lado de ellos.

Corrí detrás de Draken.

-¡¿Dónde mierda estabas?! - Draken lo atrapo por los hombros, el alfa estaba como loco.

Mikey se tensó al sentir el toque de Draken, lo empujé y me interpuse entre ellos, Mikey, Mikey.

Mikey apestaba a otro alfa. 

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Buenas...¿tardes? o creo que mas bien noches xD en fin, lamento la demora, aquí esta el capitulo, espero no sea lento aunque la verdad me gusta mucho ver la interacción de estos dos. Ya es hora de que Mikey decida hacer otras cosas :D
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Mi lugar (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora