Malik me miró incrédulo, me tomó por los hombros y me movió a un lado para comprobarlo por él mismo. Se asomó apenas un poco y luego volteó hacia mí de nuevo.
—¿Qué hace tu padre aquí? —preguntó en voz baja, pero con suficiente fuerza para notar su molestia.
—Debe estar esperando verme. Pero Malik—mis manos tomaron con fuerza su brazo—. No quiero verlo. No puedo. No ahora. Aun no sé como enfrentarlo por lo que hizo. Por favor, ve tú y dile que se vaya.
—¿Quieres que bote a tu padre?
—Sí—le respondí, segura.
Malik me miró a los ojos en silencio por un momento con una expresión indescifrable, después simplemente asintió.
—Pero primero hay que cambiarnos.
Logramos llegar a nuestras habitaciones sin que nadie nos detectara. Dejé la chaqueta de Malik y el resto de mi ropa tirados en el suelo del baño y me di la ducha más rápida de mi vida. Al salir, tomé el primer vestido que encontré en mi armario, uno de color pastel con mangas cortas y que me llegaba hasta las rodillas; el cabello, lo exprimí y sequé lo que pude con la toalla. Pese a lo rápida que fui, escuché al mayordomo toparse con Malik en el pasillo para anunciarle la presencia de mi padre en el vestíbulo. Malik le agradeció dijo que él lo recibiría.
Entonces salí de la habitación y me paré cerca del barandal para poder escucharlos. Desde donde yo estaba, podía ver la corona de sus cabezas.
—¿Qué es lo que quieres, Grey? —preguntó Malik al encontrarse con mi padre, sin una pizca de cordialidad.
Jamás había oído a alguien hablarle así a mi padre, y él no era alguien que toleraba fácilmente las faltas de respeto. Sin embargo, mi padre le respondió con tono sereno:
—¿De esta manera reciben a los reyes en su país?
—No, somos muy cordiales con nuestros invitados, pero no con asesinos mentirosos como tú.
—Eres el príncipe Malik, ¿no es así? —otra vez mi padre respondió sereno pese a la actitud irascible de Malik.
Si fuera una especie de competencia, diría que mi padre iba ganando, ya que Malik había perdido la calma en cuanto lo vio. Imaginé que debía estar luchando para no hacer más que hablarle, sabiendo lo que probablemente le había hecho a su primo.
—Sé lo que has estado haciendo—continuó mi padre—, me has estado investigando por años por la muerte Fernand Hakim.
—Entonces ya sabes que no eres de mi agrado—repuso Malik.
—Yo no tengo nada que ver con esa muerte—se defendió mi padre.
—Explícale eso a la corte marcial cuando tenga las pruebas suficientes.
—Como quieras, pero no vine a hablar de eso. Quiero ver a mi hija—como siempre, mi padre fue autoritario y claro con lo que quería.
—Ella no quiere verte.
Mi padre lo miró frunciendo el ceño.
—¿Por qué no querría ver a su padre?
—Quizá porque se dio cuenta de quién eres en realidad.
«Contrólate un poco, Malik» regañé en mi mente, con miedo a que revelara demasiado.
—¿Dónde la tienen? ¿Está encerrada? —preguntó mi padre, y esta vez su tono fue bastante duro y amedrentador.
—No, ella está bien y bastante cómoda. Simplemente y como ya te lo dije, no quiere verte. Me pidió expresamente que te pidiera que te vayas.
Malik parecía estar disfrutando esto.
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BASTARDA
RomanceIsabella es una mujer rebelde y más lista de lo que los hombres creen bajo esa fachada de princesa encantadora. Los hombres son aburridos para ella y está segura que está mejor sola, pero las vueltas del destino la obligan a enfrentarse a una decisi...