*Capítulo 47*

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N/a: Hola, hola. Un poco tarde pero aquí les traigo el capítulo, que lo disfruten. 

*Malik*

—¿Qué quieren de mí?

—Ya lo sabrás cuando lleguemos al palacio.

Me detuve a analizar la situación antes de seguir haciendo preguntas, ¿por qué Adam me querría en sus tierras? Era lo más importante.

La primera razón era, obviamente, para vulnerarme. En sus tierras no tenía ningún dominio o conocido, ni ninguna forma de escapar. La segunda razón. Podría tratarse de venganza. Hacer sufrir a mi padre matando a su primer hijo. Un hijo por otro hijo. Pero eso no tendría mucho sentido puesto que Adam no ganaría nada matándome además de la satisfacción de arrebatarle algo a mi padre que él valore. Aunque no podría decir que mi padre me quiera tanto como Adam quiso a su hija, sólo que eso Adam no lo sabía, así que podría ser una opción.

La tercera razón, sería pedir algo a cambio de mi rescate. De algún modo debió enterarse que mi padre me estaba buscando ¿Cómo lo supo?... Hasta ahora mi padre había logrado ocultar muy bien mi desaparición (lo que sería un escándalo en el reino de Pakestania), él había inventado que estaba en un viaje porque quería "estar lejos del ojo público por un tiempo, relajar mi mente y descansar bien antes de dar el gran paso". Significaba que ni siquiera había cancelado la boda con la princesa Anai y debía estar buscándome desesperadamente para obligarme a tomar mi lugar. Me oculté tan bien de él que jamás se me ocurrió cuidarme de que otros me encontraran.

Si en cambio el plan de Adam era hacer algún intercambio conmigo, estoy seguro q mi padre aceptaría. ¿Pero qué cosa querría Adam a cambio? Lo único que a él le interesaba de Pakestania era Isabella, y su cuerpo ya había sido cremado y lanzado al viento en el río Caddún porque según las palabras de mi padre en la despedida televisada "ese era el deseo de Isabella", claro, él se aseguró que no se encontrara ninguna prueba de su verdadera muerte. Además de eso no creo que hubiera algo que a Adam le interese intercambiar conmigo. Lo que me lleva a la última y peor razón: Quería sacarme información.

Eso no me ponía en una buena posición. Sé lo furioso que está Adam con lo que le sucedió a su hija, lo había visto en las noticias declarando abiertamente que "la muerte de su hija no era casualidad y esto no se quedaría así, llegaría hasta las últimas consecuencias". Sabía que su pueblo lo apoyaba, pero hasta no tener pruebas, sus acusaciones no tenían sentido. No era nada más que un padre dolido buscando culpables donde no lo había. ¿Pero qué pasaría si el mismo príncipe, hijo del rey de Pakestania, aparecía en las noticias dando fe de que era cierto todo lo que decía?, entonces las acusaciones de Adam tendrían validez. Quizás otros países lo apoyarían y una guerra daría inicio.

Amé a Isabella, y yo también quería justicia; sin embargo, no podría hacerle eso a mi pueblo. Mi gente no tenía la culpa de tener un rey tan miserable. No podía confesar lo que sabía, mucho menos convertirme oficialmente en el traidor de mi reino, ser el que le dio el poder a otro rey miserable para destruirlos. Antes muerto que permitir que aquello pasara.

Si iba a obtener justicia, lo haría a mi modo. Yo no le debía nada al rey Adam.

—Bueno, ya llegamos. —dijo el viejo.

Entre él y otros soldados que me custodiaron al bajar del jet, me llevaron dentro del palacio. Era el viejo, el tal...¿coronel Pascual? Quien me guiaba sosteniendo rígidamente mi brazo. Comprendí que el hombre estaba listo para actuar si intentaba hacer algo para escapar, y en caso de que lo lograra, aún tenía al resto de soldados armados preparados para detenerme. Al menos me complacía saber que no me subestimaban. Debieron investigarme muy bien antes para tener una idea de mis habilidades y para encontrarme. Pese a todo, tenía que admitir que servicio de inteligencia que se encargó de obtener toda esa información sobre mí, hizo un mejor trabajo que el de mi padre.

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