CAPÍTULO 38

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Tumbada en la cama de Thomas miré su techo con la luz apagada escuchando en la lejanía la voz de Agnes hablando probablemente con Jake.

¿Le habría contado que yo estaba allí?

Suspiré girando mi cuerpo hacia la derecha mientras hundía la nariz en la almohada de Thomas.

Mi corazón aún latía con fuerza, y no estaba segura de ser capaz de conciliar el sueño aquella noche, ¿Y si solo estaba soñando?

La puerta se abrió y Thomas entró solo con un pantalón corto de alguna marca deportiva que no logré ver a causa de la oscuridad. Pero antes de que cerrara la puerta pude dar un repaso a sus torso y eso hizo que me levantara de golpe de la cama.

-Thomas..-susurré- eso es…

-Ya no me duele tanto-me interrumpió sabiendo que me refería a los moratones que marcaban su cuerpo.

-¿Fue Jacob?

Asintió tumbandose en el suelo mientras yo le miraba con atención.

-Tranquilizate Ada- se llevó los brazos detrás de la cabeza para usarlos de almohada- encontraré la forma de deshacerme de él.

Asentí viendo cómo él guiaba sus ojos hacia mis piernas descubiertas.

-Tus heridas son peores..-susurró.

Me las cubrí con la camiseta mientras pegaba mi espalda a la pared. Nos quedamos en silencio escuchando la conversación de Agnes con Jake hasta que Thomas volvió a hablar.

-Quédate aquí el tiempo que quieras- dijo cerrando los ojos- por mí como si quieres quedarte para siempre.

Se giró dándome la espalda mientras yo continuaba observándole.

-¿Por qué?

-¿Por qué qué?

Suspiré.

-¿Por qué haces todo ésto?-pregunté de nuevo.

-¿Tú lo harías por mi?

Fruncí el ceño.

-Si..-susurré.

-Pues ahí tienes la respuesta-contestó.

Tragué saliva intentando calmar el latido de mi corazón.

-El suelo es muy duro y con los golpes que tienes lo vas a pasar mal..-dije.

-¿Qué sugieres?- preguntó girándose para mirarme.

Me tumbé en la cama en silencio pegando mi cuerpo a la pared en un intento de invitarle a tumbarse a mi lado.

Escuché como suspiraba mientras se levantaba del suelo, hasta que su cuerpo acabó casi pegado al mío en aquella estrecha cama.

Y sin pedirle permiso alguno, pasé mi mano por su torso lentamente viendo cómo él gemía de dolor ante mi contacto, gesto que hizo que apartará mi mano de golpe. Pero bajo mi atenta mirada, Thomas agarró mi muñeca al vuelo y lentamente volvió a colocar mi mano en su cuerpo.

-Tranquila..-susurró con los ojos cerrados.

Lentamente apoyé mi cabeza en su hombro dejando que su brazo me rodeará y paseé uno de mis dedos por su pecho.

-Saldrás de esto..-susurré hundiendo mi cabeza en su cuello- estoy segura.

Sentí como su respiración se hacía más pesada y me acurruque pegando mi cuerpo al suyo.

El aroma de su piel me transportó a la primera vez que dormimos juntos y por un segundo quise quedarme allí, dónde aún ingenua de mí no sabía que acabaría enamorada hasta los huesos de aquél chico al que en esos tiempos consideraba un delincuente.

LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora