CAPITULO 31

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No sé cuantas horas pasaron hasta que  escuché de nuevo barrullo en el exterior de aquel zulo en el que me encontraba.
¿Ha donde me habían traido?
Desvié la vista hacia mi herida de la que aún seguía brotando sangre en menor medida por estar taponada por la navaja y cerré los ojos algo mareada.
Caía inconsciente y me levantaba sobresaltada con el ruido del exterior.
-Ayudq..-susurré incapaz de gritar.
Escuché esta vez como alguien abría la puerta y mi corazón se congeló al ver a Jacob.
-Bueno, bueno...-cerró la puerta con semblante serio- ya queda poco para averiguar si Thomas te quiere tanto como dice o no.
-¿En qué mundo vives?- pregunté adolorida- Thomas y yo terminamos hace mucho tiempo.
Sonrió caminando hacia mi.
-No te hubiera traido si pensase que Thomas no me lamería hasta las botas por que no te tocara un pelo- se agachó a mi lado y desvió la vista hacia la navaja que aún continuaba clavada en mi pierna- suelo informarme bien antes de mover ficha.
Con fuerzs sacó la navaja haciendo que comenzara a llorar con fuerza, incaoaz de gritar.
-Pero ya está tardando demasiado-dijo pasandome la navaja por la otra pierna.
-No, te lo suplico-sollocé.
Pero ignorandome me clavó la navaja en la otra pierna.
Solté un grito ahogado y perdí el conocimiento.

No se cuanto tiempo pasó hasta que sentí como alguien me lanzaba un cubo repleto de agua fria.
-¡Espabila!- gritó uno de los matones que acompañaban a Jacob.
Tosí con fuerza atragantada mientras intentaba con todas mis fuerzas que no se volvieran a cerrar mis ojos.
Y en ese preciso momento fue cuando sentí como un objeto metalico se apoyaba en mi cabeza.
-Porfavor...-sollocé.
-Thomas no aparece querida- la voz de Jacob detrás de mi me hizo quedarme quieta por temor a lo que pudiera hacerme- y ahora me toca deshacerme de ti.
Mis lagrimas resbalaban por mis mejillas y caían sobre mis piernas como si aquello fuera uba cascada.
¿Así iba a morir? ¿Ese sería mi final?
-Te enterraremos y nadie volverá a saber nada de ti.
Escuché como le quitaba el seguro a la pistola , haciendo que mi llanto se intensificase.
Y entonces alguien llamó a la puerta sobredaltandonos. La puerta metalica se abrió y un hombre corpulento que aparentaba ser la seguridad de algún lado le hizo un gesto con la cabeza a Jacob para hablar fuera.
Tragué saliva suspirando mientras veía como salía del zulo dejandome aún con vida.
Me sentía debil, incapaz de articular palabra o de poder si quiera ponerme en pie. Era evidente que iba a morir en aquel horrible lugar y que nadie jamás me iba a volver a ver.
Sollocé en silencio hasta que la puerta volvió a abrirse.
-¡Ada!
La voz de lejana de Thomas me hizo levantar la cabeza mientras intentaba no volver a perder el sentido.
-Joder, joder, joder..-le escuché susurrar cuando se arrodilló a mi lado.
Sus manos estaban repletas de sangre y las movía desesperado por poder taponar la herida de mi pierna.
-¿Has matado a Jacob?- pregunté en un hilo de voz.
Pero no contestó, se puso de pie y me rodeó para soltar mis ataduras.
-Pensé que me ibas a dejar mor..
-Eres idiota Ada- se agachó de nuevo a mi lado para que no acabara en el suelo mientras juntaba su frente con la mia- ¿como coño iba a dejarte morir?
Su voz se quebró mientras yo intentaba mantener los ojos aún abiertos y caí sobre él sin fuerza alguna.
-¿A quién has matado?
Con rapidez Thomas me agarró entre sus brazos y me levantó poniendose de pie sin contestar a mi pregunta.
Mis brazos calleron a los lados y respiré su aroma quedandome profundamente inconsciente.
Si mi final tenía que ser en brazos de Thomas, estaba dispuesta a morir en aquel preciso momento.
Pero en cambio la vida me tenía otra cosa preparada.




LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora