CAPÍTULO 43

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No supe cuándo me había quedado dormida hasta que noté como alguien se sentaba a mi lado en el sofá.

-¿Ya se te ha pasado la borrachera?- preguntó Thomas con semblante serio deslizando una taza de café hasta dejarla en frente de mí mientras le daba una larga calada a su cigarrillo.

Asentí con un horrible dolor de cabeza y me incorporé soltando un largo suspiro.

-Apestas a alcohol, Ada- dijo con el ceño fruncido- deberías beberte ese café y darte una ducha.

Volví a asentir cogiendo la taza de café entre mis manos.

-Siento que nos encontraras así pero…

-Jake es mi amigo, amigo que considero mi hermano-me interrumpió - pero eso no cambia que sea un tío.

Le di un sorbo al café y lo aparté de mis labios con rapidez.

-¿No se te ha ocurrido ponerle algo de azúcar?

Thomas sonrió de medio lado y le dio otra calada a su cigarrillo.

-Terminatelo y vete a duchar- contestó poniéndose de pie y cogiendo sus llaves del mueble de la entrada.

-¿Vas a algún lado?- pregunté poniéndome  de pié.

-Tengo cosas que hacer-contestó mirándome mientras abría la puerta de la entrada.

Hizo el amago de salir y se quedó quieto apagando el cigarrillo en un cuenco del mueble.

-¿Quieres acompañarme?-preguntó después de un largo silencio.

Asentí apresuradamente y corrí en busca de mis zapatos.

Me los puse con rapidez y le sonreí al verle aún en la entrada con las manos en los bolsillos de su vaquero.

-¿A dónde vamos?- pregunté.

-Tengo que ir a la casa de mis padres- bajó las escaleras mirándome de reojo.

-Hoy es domingo-sonreí siguiéndole.

Thomas asintió abriendo la puerta del portal.

-Te encantará la comida de mis padres- caminó hacia su moto y sacó sus llaves- y estoy seguro de que les sorprenderá que te lleve.

Me ofreció el casco de la moto y me dedicó una sonrisa.

-No suelo llevar a chicas a esa casa-dijo.

Me reí golpeándole suavemente con el casco en el brazo.

-No sé si tomármelo bien o mal.

-No voy a mentirte diciéndote que ninguna chica ha entrado en esta casa de mi mano- se puso el casco y bajó el cristal que cubría sus ojos- pero tampoco miento cuándo te digo que en casa de mis padres solo has estado tú.

Se subió a la moto y la hizo rugir para luego volver a mirarme.

-Sube.

-¿Cinco años y nunca has llevado a…

-¿Agnes?-preguntó interrumpiendome mientras se subía el cristal- no considero a Agnes cualquier chica.

Tragué saliva.

-Osea que a ella sí que la has llevado-dije casi en un hilo de voz.

-Agnes es considerada de la familia- se quitó el casco con gesto enfadado- ¿Se puede saber que coño te…

-Es considerada de la familia y te acuestas con ella- le interrumpí - falta el punto anillo en su dedo.

Dejé el casco encima de la moto enfadada.

-Seguro que preferirán verla a ella.

Y me di media vuelta dispuesta a irme, pero entonces su mano me agarró con fuerza del brazo.

-¡¿Siempre tienes que estropear todo?!- elevó el tono de voz.

-¡No soy segundo plato de nadie!-grité zafandome de él -¡¿Qué pasó Thomas? ¿Agnes te rechazó y buscas consuelo en mí?

-¡Eres estúpida Ada, la chica más estúpida que he conocido en mi vida!- gritó mientras yo me alejaba.

-¡¿Yo estúpida?!-me giré indignada y volví a caminar hacia él- ¡Solo sería estúpida si volviera a caer de nuevo contigo!

-Joder Ada- se volvió a poner el casco y me dedicó una última mirada llena de enfado y rabia.

Sin más me dejó atrás y se perdió entre los coches, justo en el momento en el que mi mirada se cruzó con la de Massimo que desde su coche me observaba atentamente.

-Joder..-susurré.

Caminé hacia él y abrí la puerta de su coche sentándome en el asiento del copiloto.

-Ya veo que elegiste bien..-susurró.

-¿A qué has venido?

Massimo desvío la vista hacia mí y apagó el motor de su coche.

-Vengo a despedirme, me voy esta misma noche a Italia y no quería hacerlo sin decirte adiós.

Me giré de golpe para mirarle.

-Sé cuándo sobro en algún sitio, y en tu vida es más que evidente que sobro.

-Eso no es cierto…-susurré.

-Si lo es Ada, prefieres una relación tormentosa a una como lo que yo puedo ofrecerte- acarició el volante con lentitud- pero eso es tu decisión y yo no soy nadie para decirte qué es lo qué debés hacer.

-No he vuelto con él-dije casi para mi misma- pero estoy enamorada de Thomas, te juro que lo intenté contigo con todas mis fuerzas, pero en cuanto le vuelvo a ver todo se me revuelve por dentro.

-Pues entonces inténtalo un poco más y vámonos de nuevo a Italia-dijo dejando el volante para agarrar mis manos- danos una oportunidad, una oportunidad donde no tengas que volver a verle.

Suspiré con los ojos llenos de lágrimas a causa de todo lo que estaba viviendo.

-No voy a hacerte eso- negué con la cabeza- te mereces a alguien que te quiera con locura.

-Ada…-sé quedó en silencio mordiéndose el interior del labio con nerviosismo- ¿Ves futuro en tu relación con ese tipo? No le conozco lo más mínimo pero las pocas veces que le he visto solo veo agresividad y temo que..

-¿Qué temes?-pregunté intuyendo por donde iban los tiros.

-Que te ponga una mano encima como lo hacía Liam- clavó su mirada azul en mi- que llegue un día enfadado y te golpee.

-Esto es el colmo…-susurré.

-¡Todo su entorno es agresivo!- gritó golpeando el volante con rabia-¡Y no quiero que ese idiota te acabe haciendo daño!

Abrí la puerta del coche y me giré para mirarle por última vez.

-Ha sido un placer Massimo, pero ya deberías irte.

Y sin más cerré la puerta alejándome del coche a paso acelerado.

Escuché cómo arrancó mientras yo abría la puerta del portal asqueada con la situación.


LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora