CAPÍTULO 50

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-Déjame llevarte a casa o déjame al menos llamar a Thomas y…

-Me quedo aquí Jake-dije tajante- creo que será lo mejor.

Él asintió y yo abrí la puerta del coche, pero entonces sentí la mano de Jake aferrarse a mi brazo.

-Si lo que quieres es estar con Thomas no deberías dudar de él-dijo.

Le miré durante un segundo y volví a sentarme y cerrar la puerta del coche.

-He estado dos años fuera de Londres, dos años en los que yo no he podido estar con nadie hasta hace apenas una semana mientras que Thomas como me habéis repetido mil veces a metiendo a muchísimas chicas en casa.

-Todos tenemos formas diferentes de llorar una pérdida..-susurró- eso no quiere decir que no estuviera enamorado de ti.

Puse los ojos en blanco.

-He madurado durante este tiempo ¿Sabés?- le miré directamente a los ojos- ya no soy la niñita ingenua de antes.

-Eres toda una mujer Ada y por eso…-sujetó una de mis manos- por eso creo que no deberías sufrir así por nadie.

Sonreí.

-¿Has estado alguna vez enamorado?-pregunté.

Jake asintió y abrió la boca en un amago de responder a mi pregunta, pero entonces las luces de un coche nos cegaron.

El coche oscuro aparcó a nuestra derecha y pude ver como Massimo abría la puerta para bajarse.

Caminó hacia nosotros y de golpe abrió la puerta del copiloto agarrándome con fuerza del brazo.

-¡¿Se puede saber que cojones haces?!- Jake abrió su puerta al escucharme gritar y salió caminando apresuradamente hacia nosotros.

Pero la única respuesta que tuvo fue el puñetazo que aterrizó en su rostro haciéndole retroceder unos pasos.

-¡¿Qué bicho te ha picado?!-grité intentando frenarlo cuando preparó de nuevo el puño.

Massimo golpeó de nuevo el rostro de Jake, pero Jake le devolvió el golpe con un rodillazo en el estómago. Mientras se retorcía de dolor le terminó de dar un puñetazo para hacerle caer al suelo.

-Tiene sangre…-dijo Massimo intentando incorporarse- sabía que..

-¡Basta!-grité cansada con esa situación- ¡Nadie te ha pedido que vengas a defenderme de Thomas!

-¿Defenderte de Thomas?- preguntó confuso Jake.

-Tu amigo…-Massimo se levantó como pudo del suelo- vi como estuvo a punto de agredir a…

-¿Qué coño dice este tío?

Jake me miró haciendo muecas de dolor y caminó de nuevo hacia Massimo para agarrarle con fuerza de la camiseta.

-La insultó en medio de la calle..-sé tomó un tiempo para escupir sangre por la boca- e hizo el amago de bajar de la moto para ponerle una mano encima.

Tosió de nuevo y se giró para señalarme mientras Jake aún le tenía sujeto escuchando todo lo que tenía que decir.

-Mirala…-dijo casi en un susurro- ¿No ves su mejilla inflamada y la sangre seca de su nariz?

-Esto no fue Thomas…-susurré.

Jake soltó a Massimo y me miró con semblante serio.

-¿No lo ves Ada?-preguntó Massimo- Hasta su amigo duda de él.

Eso solo provocó el enfado de Jake que de otro puñetazo le tumbó. Se sentó encima de él y comenzó a golpearle sin escuchar mis gritos suplicándole que parara.

Como pude corrí hacia la casa de Linda y golpeé la puerta con fuerza esperando poder escuchar unos pasos que pudieran sacarme de aquella pesadilla.

-¡Jake basta!- grité volviendo hacia ellos al no obtener respuesta-¡Jake le vas a matar!

Corrí y me abalancé en la espalda de Jake intentando que soltara a Massimo que ya se encontraba inconsciente.

-Jake no me hagas esto te lo suplico…-sollocé.

Solo entonces cesaron sus golpes.

Lloré alejándome de él y le miré atemorizada cuando se puso de pie con la mano goteando sangre.

Caminó hasta subirse a su coche y arrancó provocando que la luz me cegara al mismo tiempo que sus ruedas chirriaban cogiendo velocidad.

Yo corrí hacia Massimo y desesperada busqué su pulso rezando por qué estuviera con vida.

Para mí tranquilidad pude notar sus débiles pulsaciones que me hicieron romper en llanto mientras cogía el móvil para llamar a una ambulancia.

LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora