CAPÍTULO 53

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Linda aparco el coche en frente de su casa mientras mis ojos se posaban en la moto de Thomas.

-Luca le habrá abierto la puerta y seguramente hasta le esté invitando a una copa de champán- sonrió Linda- desde que sabe que va a ser padre, que no son ni 24h, no deja de gritarselo a todo el mundo.

Sonreí y bajé del coche con el corazón en un puño. ¿Había venido a discutir? ¿Le habría contado Jake todo lo sucedido la noche anterior? 

Intenté ocultar mis manos temblorosas y seguí a Linda sin articular palabra, incapaz hasta de levantar la vista.

Ella abrió la puerta de su casa y mis ojos de inmediato fueron a parar a Thomas que efectivamente bebía una copa de champán junto a Luca en el comedor.

-Y aquí está- sonrió Luca acercándose a Linda- la mujer que me ha convertido en el l'uomo più fortunato del mondo.

Sonreí.

-Enhorabuena por los dos- dije acercándome a Luca para darle un abrazo- os lo merecéis más que nadie.

Le hice un gesto con la cabeza a Thomas para que me siguiera hacia la habitación y aún temblando me dirigí a mi habitación escuchando sus pasos detrás de mí.

Me senté en la cama y clavé la mirada en él mientras cerraba la puerta a mis espaldas sin soltar el casco de su moto.

Se hizo el silencio mientras nuestros ojos se miraban intentando descifrar lo que pensaba el otro hasta que Thomas comenzó a hablar con la voz algo ronca.

-He follado con más chicas de las que pudiera recordar en este momento- dejó el casco encima de la cómoda mientras sus ojos aún intentaban descifrar mis pensamientos- me he emborrachado más veces de las que recuerdo y me he colado en tu antigua habitación más veces de las que son légales.

-Ninguna vez es legal..-susurré.

Él esbozó una ligera sonrisa que rápidamente borró de su rostro.

-Supe que no estabas casada con Liam poco después de que se celebrara la boda de la que te escapaste- caminó lentamente hacia mí y se agachó justo en frente de mí- desde ese puto día no dejé de ir a tu casa y colarme en tu cuarto esperando verte entrar por la puerta.

Me agarró las manos y suspiro humedeciendose los labios.

-Me daba igual que estuvieras enfadada o dolida conmigo- continuó diciendo- solo quería ver la puta luz de tu cuarto encendida esperando mi llegada o que entraras por esa puerta para que fuera yo el que pusiera un anillo en tu dedo.

Besó mis manos bajo mi atenta mirada mientras calmaba así mi pulso tembloroso.

-He cometido muchos errores, lo sé, soy consciente de ello, pero quiero…

-¿Y mi anillo donde está?-le interrumpí.

Thomas me miró esbozando una amplia sonrisa sin soltar mis manos.

-¿Eso es lo que quieres? ¿Un anillo?

Asentí.

-¿Aunque sea un maltratador?- bromeó.

Le empujé suavemente intentando no reírme.

-Te prometo que pondré un anillo en tu dedo Ada- se levantó y tiró de mí obligándome a ponerme de pie- dame unos días y prometo que pondré ese anillo como prueba de mi amor.

Nuestros ojos se miraron fijamente y su frente se unió a la mía mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.

-¿Y será para siempre?- pregunté mientras las lágrimas surcaban mis mejillas.

-Siempre ha sido para siempre- besó mi frente y más tarde la comisura de mis labios- nunca he dudado de ello.

Sonreí y le abracé sollozando esta vez sin contenerme. aferrándome a él con todas mis fuerzas mientras sentía como sus manos se paseaban por mi espalda en un intento de calmarme.

-Creía que ibas a enfadarte conmigo por abofetear a Agnes y por dudar de….

-Tranquila Ada- dijo separándose ligeramente de mí mientras está vez pasaba sus manos por mi cabeza, intentando atraer toda mi atención- no he venido buscando explicaciones, solo he venido a decirte lo que creo que necesitas escuchar.

-Pues no has empezado muy bien que digamos- reí con timidez- eso de las tías con las que te has acostado…

Thomas soltó una carcajada y pasó sus manos por mi cintura.

-Ninguna jamás te llegaría ni a la suela de los zapatos.

Acercó su boca a la mía y rozó nuestros labios sin apartar la mirada de ellos.

-Solo he estado buscándote en otras miradas-susurró casi para sí mismo.

Besó mis labios suavemente y pasó sus manos por mi pelo, pero se separó de mí cuando escuchamos como alguien llamaba a la puerta.

-Siento interrumpir chicos, pero…-Linda se quedó en silencio cuando abrió la puerta- ha venido a verte alguien, Ada.

LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora