CAPITULO 11

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A la mañana siguiente abrí los ojos desviando la mirada hacia Francesca que desde su cama me observaba con atención.
-Me ha llamado Luca- dijo con semblante serio-  te han comprado un billete para dentro de dos dias.
Me incorporé de inmediato.
-Aún falta un mes para la boda.
-¿Ibas a presentarte el mismo dia de la boda?- preguntó ella frunciendo el ceño.
Apoyé de nuevo la cabeza en la almohada y suspiré.
-No lo sé.
-Llama a Linda que supongo que te lo explicará mejor que yo.
Asentí bostezando.
Francesca se levantó de la cama y tras estirarse salió de la habitación dejando la puerta abierta mientras yo volvía a recordar el beso que Massimo me dio antes de irse. Inconscientemente me llevé una de mis manos a mis labios y suspiré. ¿Por qué Massimo no había aparecido en mi vida antes?
Tragué saliva viendo como Erick se sentaba a mi lado y arqueaba las cejas con una sonrisa diveetida.
-¿No has decidido al final poner a Francesca de espectadora de vuestro amor?
-Ayer vi a Liam-dije de golpe.
El rostro de Erick cambió de golpe borrando la sonrisa de su cara.
-Estaba con Megan y creo que se han casado- terminé de decir- mi mejor amiga se ha casado con el que era mi prometido.
-Por eso mismo se compinchó con él para que dejaras a Thomas y volvieras a casa a ver a tu padre.
Asentí.
-Linda no me dijo que se habían casado..-susurré.
-Si no te lo dijo es porque no queria hablarte de cosas del pasado- la defendió Erick.
Me puse de pie poniendo los ojos en blanco y caminé hacia la ducha dado por zanjado el tema.
Me desnudé y me metí bajo el chorro de agua fria intentando despejar la mente. Sabiendo que en solo dos dias iba a volver a Inglaterra a revivir todo lo que tiempo atrás habia abandonado.
Tragué saliva intentando mantenerme positiva. Tenía a Massimo que era practicamente lo que siempre habian deseado mis padres para mi y mantenía mi orgullo intacto al haber huido aquel dia de aquella boda.
Pero...¿Y si volvía a cruzarme con Thomas por alguna calle? ¿Había logrado superarle al fin?
Agité la cabeza, él ni de lejos frecuentaba los mismos lugares que yo asi que con un poco de suerte no tendría ni que verle.
Agaché la cabeza y resoplé con el corazón acelerado.
Thomas era pasado y solo debía continuar mi vida dejandole al margen.
Salí de la ducha y agarrando una toalla abrí la puerta del baño caminando decidida hacia mi movil.
Marqué el numero de Linda y tras tres pitidos escuché su voz al otro lado de la linea.
-Supongo que Francesca ya te habrá dicho lo del billete de avión.
Cerré la puerta del cuarto deshaciendome de la toalla.
-¿Como has podido ocultarme que Megan se casó con Liam?
Escuché la respiración de Linda mientras abría la puerta del armario en busca de algo decente que ponerme.
-Fuiste a Italia a olvidarte de esta vida y aún seguirias ajena a todo si no fuera por tu padre- dijo.
-¿Y no pensaste que a lo mejor era importante que yo supiera a que clase de amiga iba a volver a recuperar?
-¿Como lo supiste?-preguntó.
-Es una larga historia- saqué un vestido blanco con estampado floral- nos vemos en dos dias, compra otro billete a nombre de Massimo Mencini, más tarde te envio sus datos.
-Ada, espera- su voz sonó apresurada- te estaré esperando en el aeropuerto.
Sin contestar colgué la llamada y tras ponerme el vestido escribé un whatsap a Massimo antes de tirar el movil encima de la cama.
"En dos dias Inglaterra, luego te doy detalles"
Abrí la puerta del cuarto y con el ceño fruncido le arrebaté la tostada con mermelada de fresa a Erick antes de darle tiempo a reaccionar, abrí la nevera y me serví leche fria esperando así espabilar.
-Me acaba de decir Francesca que en dos dias te vas- Erick mordió de su otra tostada- dile a mi madre que la echo de menos.
Asentí.
-Aún estás a tiempo de venir conmigo- dije.
Él nego con la cabeza mientras bebía de su café.
-Bueno pues termina de comer, que tienes que llevarme a casa de Massimo para darle su billete.
Erick asintió  dandole otro sorbo al café mientras se ponía de pie.
-Pues te dejo ya en su casa porque tengo bastantes cosas que hacer- sin decir nada más caminó hacia la puerta al mismo tiempo que yo le seguía apresuradamente.
-¿Estas bien Erick?- pregunté haciendole frenar sus pasos mientras agarraba su brazo.
-Mejor que nunca- dijo cortante abriendo la puerta y comenzando a bajar las escaleras.
Fruncí el ceño intentando entender que le pasaba y le seguí escaleras abajo hasta que vi como Massimo apoyado en el cristal de la puerta del portal miraba su movil distraidamente.
Adelanté a Erick y abrí la puerta llamando la atención de Massimo.
-¿Pasa algo?- pregunté.
-Me dijiste que teniaa mi billete-contestó.
Fruncí el ceño viendo como Erick se alejaba caminando hacia su coche.
-Te lo acabo de decir..¿Como te ha dado tiempo..
-Estaba cerca-sonrió.
Sus ojos me esquivaban, entrelazaba sus manos algo sudorosas y esbozaba una sonrisa que si no fuera porque pensaba que conocía lo más minimo a Massimo pensaria que era falsa.
-¿No vas a invitarme a subir?- preguntó.
-Oh, si perdona- me hice a un lado analizando cada movimiento y gesto que hacia mientras subiamos las escaleras en completo silencio.
-¿Y qué hacias por esta zona?- pregunté con curiosidad.
-Pensar en la gente a la que tengo que ayudar y los libros que tengo pendientes- sonrió de medio lado mientras yo abría la puerta de mi casa.
En cuanto estuvo dentro borré mi falsa sonrisa y cerrr la puerta con llave para que nadie pudiera salir.
-¿Qué es lo que quieres?- pregunté.
Él se giró para mirarme sin borrar una sonrisa de su rostro.
-¿Como lo has sabido?- preguntó.
-No te conozco bien, pero sé que ni en tus mejores sueños podrías parecerte a Massimo-contesté.
-Aún así me encierras en tu casa quedando totalmente expuesta a mis intenciones...-agitó su cabello- ¿por qué motivo?
Corrí hacia el movil de mi cama con la intención de llamar a Erick para que diera marcha atrás, pero antes de si quiera llegar a la habitación, sentí como las manos de Emilio rodear mi cintura y como con fuerza me lanzó hacia el sofá.
-¡¿Se puede saber que quieres?!- grité buscando con la mirada algo para defenderme.
-Cuando te vi ayer debo admitir que pensé en como te verias con ropa interior- su sonrisa burlona me dio escalofrios- en la suerte que tendria mi hermano de poder follarse a una vagabunda sin que le repugnara tan solo la idea de pensarlo.
Le miré levantandome con rapidez del sofá mientras el caminaba lentamente hacia mi.
-Pero luego Liam te vio- se agachó para coger las llaves que habia perdido cuando me lanzó hacia el sofá- y me contó muchas cosas interesantes de ti.
Dejó de caminar hacia mi y esta vez se dirigió a la puerta.
-Me dijo como pasaste de princesita de papá a putita de un boxeador.
-No, no...-susurré.
Y cuqndo introdujo la llave en la cerradura me lancé encima de él luchando con todas mis fuerzas para que no abriera aquella puerta.
Pataleé, le arañé, grité con todas mis fuerzas, pero cuando me dejó caer ql suelo de un empujón y terminó de abrir la puerta, mis pesadillas se hicieron realidad.
-Hola, Ada-dijo Liam entrando en mi casa.

LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora