-¡No deberías haber golpeado a nadie!- grité bajando de la moto después de que aparcara en frente de su bloque de apartamentos.
Thomas en silencio se quitó el casco y tras apagar el motor de la moto cogió mi maleta comenzando a caminar hacia su casa.
Fruncí el ceño y le seguí aún llena de enfado.
-Massimo es buena gente y no se merecía nada de eso-dije.
Thomas abrió la puerta y me miró de reojo mientras yo caminaba detrás de él.
-¿Sabés por qué te he esperado fuera?-preguntó pillandome por sorpresa.
Negué con la cabeza viendo cómo comenzaba a subir las escaleras.
-Porque yo te conozco Ada- contestó con seriedad- él podrá ser buena gente, pero no te conoce.
Fruncí el ceño.
-Eso tú no lo sabes-dije molesta.
Él puso los ojos en blanco esbozando una sonrisa de medio lado.
-Si te conociera lo más mínimo sabría que presionarte solo causa que vayas en mi busca- abrió la puerta de su casa y dejó la maleta en el suelo- cómo hiciste cuando estabas prometida con Liam.
Tiró de mi mano y cerró la puerta dejándome a escasos centímetros de él.
-Si te conociera sabría que tú no eres de esas que deja meterse al chico en tu cama la primera noche-continuó hablando mientras pasaba su mano por mi nuca- y que conseguirlo no le hacía dueño de tu corazón.
Puse los ojos en blanco.
-¿Desde cuándo te has vuelto tan sentimental?
Thomas soltó una carcajada pasando un dedo sobre mis labios.
-¿Acaso me equivoco?
-Podrás tener razón-contesté desviando la vista hacia sus labios- pero tú tampoco me conoces.
Vi como fruncía el ceño.
-Si me conocieras sabrías que después de todo no iba a caer rendida de nuevo a tus pies.
Esta vez su sonrisa se intensificó mientras se alejaba de mí.
-En el hospital juraría haber entendido lo contrario-se burló.
Le propiné un empujón y caminé hacia las habitaciones haciéndome la indignada.
Escuché como recogía mi maleta y caminaba hacia una de las habitaciones, la que se encontraba frente al baño.
-Dormirás aquí- dejó la maleta junto al armario de madera y se volvió para mirarme- yo si quieres dormiré en el suelo.
Asentí viendo la habitación detenidamente, las paredes eran blancas, solo había un pequeño cuadro en una de las mesillas de noche donde la hermana de Thomas sonreí de oreja a oreja mientras sujetaba un sombrero de vaquera entra las manos.
La habitación olía sin duda alguna al perfume de Thomas, a su esencia y eso me tranquilizó de inmediato.
-¿Has cenado?-preguntó saliendo de la habitación.
Miré su cama sin moverme del sitio y sonreí para mis adentros.
-¿Te animas a preparar un huevo frito?
Escuché como se burlaba desde la cocina y dejando atrás la habitación caminé hacia él.
-No me subestimes-dije arqueando una ceja- en este tiempo he cambiado bastante.
Él levantó las cejas sorprendido mientras se quitaba la chaqueta de cuero y la dejaba encima de una de las sillas del comedor.
-Sé hacer unos macarrones de rechupete-me reí.
-Pues cenemos macarrones- sonrió pasándose una mano por el pelo con nerviosismo- déjame ver qué es lo que me he perdido.
Me señaló un bote de cristal con macarrones mientras esta vez era yo la que me quitaba la chaqueta.
Lo cogí entre mis manos dejando que él sacara la olla y la llenará de agua.
-¿No te casaste con Liam?- preguntó dejando la olla en la vitrocerámica.
Negué con la cabeza mordiéndome el labio.
-¿Tienes algo con Agnes?
Mi pregunta le pilló sorprendido porque clavó su mirada en mí mientras fruncía el ceño sin soltar la olla.
-Bueno…-intenté explicarme- ha sido tu ex y ella ahora vive…
-Me he liado un par de veces con ella-me interrumpió- supongo que por la proximidad, pero nunca me he planteado volver con ella.
Tragué saliva algo dolida.
-¿Massimo es tu pareja?
Negué.
-Ha venido solo a acompañarme a la boda de mi padre-confesé- aún así he llegado hacer cosas con él de las que no me siento muy orgullosa.
Thomas se encogió de hombros soltando un largo suspiro.
-Eres libre de hacer lo que quieras Ada- agachó la cabeza desviando la vista hacia sus zapatos- no deberías castigarte por todo.
Abrí el bote de macarrones y caminé hacia él.
-He estado en Italia-sonreí apoyándome en la encimera, junto a él- ese lugar es precioso, deberías ir.
Él levantó la mano y me pasó un mechón tras la oreja.
-Aquí todo se nubló incluso más de lo habitual cuando desapareciste de mi vida..-susurró.
Tragué saliva mordiéndome el interior del labio mientras intentaba contener el nudo de mi garganta.
-Tú mismo lo dijiste- levanté la vista para clavarla en la suya- había una fina línea que siempre nos separaría.
Me giré metiendo los macarrones en la olla intentando aparentar ser más fuerte de lo que podía.
-¿No se molestará Agnes al verme aquí?- pregunté aún obsesionada.
-Agnes no es nada mío para que eso me importe-contestó algo molesto.
Sin decir nada caminé hacia la nevera y la abrí bajo su atenta mirada.
-¿Qué buscas?
-Tomate frito-dije girándome cuando escuché su carcajada que se apagó cuando escuchó alguien abrir la puerta de la entrada.
Escuchamos como alguien dejaba las llaves en la entrada y sonreí cuando Jake se apoyó en el marco de la puerta de la cocina.
-Hola-dijo.
Levanté la mano a modo de saludo.
-¿Qué ha pasado aquí?- preguntó sorprendido señalándonos.
-No lo sé..-susurró Thomas sentándose en una de las sillas.
Jake apartó la mirada de él y la desvió hasta encontrarse con mis ojos.
-Me he ido de casa de Linda.
-¿Problemas en el paraíso?- preguntó quitándose la chaqueta y sentándose en otra de las sillas.
-Algo así.
-Quedate a cenar-sonrió Thomas- Ada va a preparar unos macarrones que prometen.
-¿La misma chica que fríe un huevo con cáscara?-preguntó Jake intentando no reírse.
-¡Thomas!- dije cruzándome de brazos-¿Cómo has podido contárselo?
-Estos macarrones prometen aún más- bromeó Thomas - por ahora ha decidido usar tómate frito y temo que ese tómate lo eche en el agua.
Les miré frunciendo el ceño mientras ellos se reían y le lancé un macarrón a Thomas con indignación.
Él lo esquivó levantándose y caminando hacia mí besó mi cabeza con delicadeza.
-Nos los comeremos igual ¿Verdad que sí?- se giró para mirar a Jake intentando giñarle un ojo con disimulo.
Sonreí golpeándole con delicadeza sabiendo que la vida que quería tener se resumía en aquél momento.
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LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓ
Romance2° PARTE Ada se muda a Italia donde conoce a un atractivo chico que la hace olvidar todos sus fantasmas del pasado, pero cuando vuelve a Inglaterra para asistir a la boda de su padre, volverá a ver a Thomas Roth y tendrá que decidir entre amor o raz...