En cuanto Massimo me dejó en el portal de mi casa e intercambiamos numeros de telefono subí apresuradamente a casa en busca de Francesca o Erick para soltarles todo lo que había vivido.
Pero para mi sorpresa, la casa estaba completamente vacia. Francesca habia ido a trabajar en ese repugnante tienda de ropa..¿Y Erick?
¿Donde se encontraba él?
Fruncí el ceño mientras me descalzaba y abrí la nevera hambrienta. Me había perdido la comida en casa de los Mancini y ahora mis tripas rugían con desespero.
Pero la nevera estaba completamente vacia, esa semana le tocaba a Erick hacer la compra. ¿Por qué no la habia hecho?
Resoplé cansada y me desprendí de la ropa tirandola encima de mi cama. Abrí el armario y me puse un pijama de osos blancos que me habia autoregalado con mi primer sueldo en un trabajo en el que no duré más de una semana.
Me reí para mis adentros y entonces sonó el timbre.
Puse los ojos en blanco y caminando apresuradamente abrí la puerta del portal sabiendo que Erick era el unico capaz de olvidarse las llaves en casa. Al menos cuando le tuviera cerca me diria que hizo con el dinero de nuestra comida.
Abrí la puerta y me crucé de brazos esperando y escuchando sus pasos hasta que los ojos de Massimo coincidieron de nuevo con los mios.
-¿Qué haces aqui?
-He sido un anfitrion horrible- dijo con semblante serio mientras cargaba una caja de la pizzeria donde cenamos por primera vez- me he dado cuenta antes de girar la esquina con el coche de que no hqs comido nada y para colmo el dia no ha acabado como yo esperaba.
-¿Y como esperabas?- sonreí sin poder evitarlo.
-Esperaba un beso en tu portal y quizás que me invitaras a pasar a tu casa- puso los ojos en blqnco- en cambio solo he pegado a tu ex pareja como si fuera un niñato celoso.
Me hice a un lado para dejarle pasar y cerré la puerta a mis espaldas.
-Al menos has conseguido que te invitara a mi casa.
Vi como esbozaba una sonrisa y sin poder evitarlo caminé hacia la pizza.
-No quiero que te imagines que soy algun tipo de matón- sonrió al ver como engullia una porción de pizza cuatro quesos.
-Tranquilo- dije dando un paso hacia él sin poder evitarlo- jamás pensaría que eres un matón.
Cogí la caja de pizza y le hice un gesto para que me acompañara al sofá.
-Debo de decir que te comportaste como un buen novio- comenté con la boca llena sentandome junto a él.
Massimo soltó una carcajada mientras yo encendía la tele.
-Bueno saberlo..
Vi como cogía un trozo de pizza y se lo llevaba a la boca mientras yo timidamente me acercabq más a él. Tanto que mi cqbeza acabó apoyada en su brazo.
-Pon esa pelicula de ahí- me quitó el mando de la mano mientras yo mordí de mi porción de pizza- es buenisima.
-¿Te va el terror?- pregunté levantando la cabeza para clavar mis ojos en él.
-Me apasiona el terror- sonrió pasando su mano por mi pelo.
Nos quedamos en silencio mirandonos, perdidos en la mirada del otro, olvidandonos de que la pelicula ya habia comenzado, de que teniamos un trozo de pizza a la mitad en la mano y de que apenas nos conociamos.
-Ada yo...-susurró Massimo al mismo tiempo que alguien abría la puerta de la casa dejandole con la frase a medias.
Nos separamos para ver como Erick entraba portando unas bolsas repletas de comida.
-Erick tengo que presentarte a Massimo- dije esbozando una sonrisa y dejando el trozo de pizza encima de la mesa.
Erick esbozó una sonrisa y se acercó a nosotros ofreciendole su mano a Massimo.
-Yo soy Erick, casi medio hermano de Ada- cogió una porción de pizza y se sentó entre los dos obligandonos a separarnos para dejarle espqcio- y como comprenderás antes debo dar el visto bueno.
-Me parece bien-sonrió Massimo.
-Erick- dije frunciendo el ceño mientras veía como comía de la pizza a la que nadie le habia invitado- será mi acompañante a la boda de mi padre.
-Un Italiano en Inglaterra...-susurró Erick- volverás corriendo cuendo veas que allí el sol apenas existe.
-Correrá el riego- le empujé casi haciendole perder el trozo de pizza- y ahora dejanos ver la pelicula en tranquilidad.
-Ada soy tu medio hermano y tengo derecho a conocer a...
-Yo no te molesto cuando traes a tus ligues a casa-le interrumpí.
-¿Eso soy? ¿Un ligue?- preguntó Massimo esbozabdo una amplia sonrisa.
-Siendo el primer chico que mete en casa supongo que si- Erick se escabulló poniendose de pie antes de que pudiera golpearle- aunque te decepcionará saber que comparte habitación y que a Francesca no le gustará la idea de escucharos toda la noche dale que te pego.
-¡Erick!- grité avergonzada.
-Tranquilo por ahora me conformo siendo el primer ligue que trae a casa- bromeó Massimo.
Erick elevó las dos cejas y soltó una carcajada.
- Este es el indicado Ada- abrió la puerta de su cuarto- tu padre esta vez no podrá decirte nada.
Y sin más desapareció dejandonos a solas de nuevo.
-Con que tu ligue..
-Oh callate-dije poniendo los ojos en blanco intentando no mostrar mi nerviosismo- yo he traido a miles de chicos antes que tú.
-¿Chicos invisibles?- preguntó levantandose ligeramente para tumbarse encima de mi apoyando sus fuertes manos sobre el respaldo del sofá para no dejar caer su peso encima de mi- no vas a impresionarme diciendo que miles de chicos estuvieron en este piso.
Mi respiración se entrecortó cuando una de sus manos pasó por mi mejilla ruborizandome aún más si cabía.
-Me impresiona más saber que una chica tan guapa e inteligente como tú no ha dejado que ningun otro que no fuera yo se sentara en este sofá a fingir ver una pelicula.
Se quedó unos segundos en silencio y entonces tras parecer pensarse si estaba yendo demasiado rapido o no, acercó su rostro al mio dejando que nuestras narices se rozaran sacandome una ligera sonrisa.
-Como comprenderás Ada, necesito con urgencia besar a mi novia.
Y tras decir eso, sus labios se juntaron con los mios fundiendonos en un apasionado beso que avivó el fuego que pense que estaba más que apagado.
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LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓ
Romance2° PARTE Ada se muda a Italia donde conoce a un atractivo chico que la hace olvidar todos sus fantasmas del pasado, pero cuando vuelve a Inglaterra para asistir a la boda de su padre, volverá a ver a Thomas Roth y tendrá que decidir entre amor o raz...