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Habíamos llegado a la casa de Marcos y apenas llegamos Lidia nos recibió indicando que una de las habitaciones ya estaba preparada para ocuparse y también aprovecho de servirnos la cena antes de irse.

— oye déjalo — dice Marcos en un intento de quitarme los platos que estaba llevando hasta la cocina.

— no puedes dejar las cosas sucias — digo.

— las lavan en la mañana — lo ignoro y sigo caminando. Al llegar a la enorme cocina me pongo tras el fregadero y comienzo a lavar los platos que hemos ocupado, en cosa de segundos Marcos entra esta vez con los vasos.

— se supone que debes descansar, además no te traje para que hicieras las cosas Elisa. — me mira serio.

— vale, hago estoy ya esta, ¿Puedes secar? — asiente y toma un paño.

Mientras pongo las cosas ya lavadas el las toma para sacarlas y comenzar a guardarlas en los lugares correspondiente de cada estante.

— lista? — asiento. — vamos.

Por más que le insiste en que podía subir sola no fue suficiente y me ayudo a subir tomando mi mano.

— puedes quedarte en mi habitación y yo....

— oye, te acepte venir, pero tampoco voy a acaparar tus espacios.

Me mira por unos segundos y voltea su mirada para el pasillo de habitaciones y luego hacia mi.

— bien, ven — lo sigo y llegamos a la tercera puerta desde su habitación. — te puedes quedar aquí.

Asiento y entro a la habitación, viendo ya mis cosas sobre la cama.

— gracias — el asiente.

— oye, estoy al lado, debes avisarme si algo pasa. Para eso te traje para acá, para estar al pendiente de ti. Si te duele o algo me avisas. — asiento. — lo harás? — me señala con sus ojos entrecerrados.

— que sí — río y asiento repetidas veces.

— vale, descansa.

— también tu — digo y sale cerrando la puerta al salir.

Me siento sobre la cama y miro toda la habitación. No le veía propósito al hecho de estar aquí. Después de todo el no podría hacer nada con el dolor que pudiera o no llegar a sentir, lo único que sabía era que mi madre podría dormir más tranquila esta noche sin estar pendiente de mi. Las madres se preocupan aunque tu estés muy mayor, o algunas por lo menos eso hacen. La mía si.

Narra Marcos.

Realmente me había sentido mal. Al ver a su madre estaba muy nervioso pero también note su cansancio con solo verla y que decir de Elisa. Tenia una pinta de no haber pasado una buena noche, eso me hizo querer tener un poco de consideración con lo que había pasado aún más cuando vi a su madre sabía que había sido una buena idea pedirle que viniera a dormir por lo menos esta noche en mi casa.

Era extraño, me había acostumbrado a estar completamente solo en la casa pir lo menos por las noches y ahora era dztraño saber que alguien más estaba en una de las tantas habitaciones.

Mi móvil vibra y lo tomo de inmediato de la mesita de luz pensando que podía ser Elisa pidiendo algo pero me sorprendo al ver un mensaje directo en mi instagram de parte de Paddy.

Te lo has pensado? Porque veo que aún sigues en la casa. Quizá me querías mentir.

- de que hablas? Tan pendiente estas de mi, me extrañas acaso?

Tú mi destino ~ Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora