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Mi escape de él fue lavar la taza que anteriormente está ocupando.

— vamos a comer? — levanto mi vista y lo tengo justo frente a mi apoyado sobre la isla de la cocina.

— que? — pregunto con torpeza.

— que si quieres que vayamos a comer fuera — me quedo mirándolo mientras mis manos gotean.

Se acerca y me entrega un poco de toalla de papel.

— solo si quieres.

Me sentía más que nerviosa, mientras el me hablaba solo pasaban imágenes de la noche anterior por mi cabeza y que no podía quitar.

— vale — digo y el sonríe.

— bien, me iré a duchar — guiña un ojo y lo veo salir de la cocina.

Suelto una bocada pesada de aire y boto el papel que llevaba rato entre mis manos.

— joder que incómodo — digo en un medio susurro y subo las escaleras hasta la habitación para cambiarme.

Miro la poca ropa que tenia acomodada en el guardarropa y me decido por el conjunto.

Pantalones color veige acampanados, crop blanco y bleizer corto a juego del mismo tono del pantalón.

Me maquillo un poco quedando más natural que cargada y me doy una mirada en el espejo aprobando el outfit de hoy.

Salgo de la habitación y en ese mismo momento se abre la puerta de Marcos para verlo salir. Llevaba uno jeans oscuros, las converse de dior y una camisa blanca abierta en la parte superior, para que hablar de su cabello que iba perfecto como siempre.

— vamos? — asiento y me cruzo mi cartera.

Para bajar las escaleras justo detrás de él.

De todas las salidas en auto que había tenido con Marcos definitivamente esta era lejos la más incómoda.

— te vez bonita hoy — mis ojos se abren como plato al escucharlo y agradezco tener mis gafas de sol aunque el rojo de mis mejillas seguramente se notaba a leguas.

— tu también te vez muy bien — digo sin más y de reojo lo veo sonreír.

Después de bastante tiempo conduciendo y ya en el centro de Madrid Marcos entra en un subterráneo y estaciona.

— llegamos — dice para apagar el motor y bajamos de la camioneta. Levanto mis gafas de sol por la oscuridad y le espero para caminar a su lado hasta el elevador.

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Marcos.

Miro a Elisa de reojo cuando estamos en el elevador y intento ocultar mi sonrisa. Sabía que estaba nerviosa, probablemente por lo de anoche y por no tocar el tema ninguna de las partes.

Saludo al personal encargado de las reservas y doy mis datos para luego ser guiados hasta una mesa más alejada donde la vista da directo a la cuidad de lo alto que estábamos, piso 26.

— que gran vista — dice.

Estábamos justo en el centro, muy cerca de gran vía y la vista de verdad era asombrosa.

Nuestro almuerzo no suele ser nada del otro mundo, un conversación x de otro tema por el momento mientras disfrutábamos nuestro almuerzo.

Miro fijamente a Elisa, pero ella tiene la mirada perdida en la vista de la cuidad luego de poner un poco de su postre, suspiro limeño en la boca.

— oye sobre lo de anoche....— Elisa me mira en estado de shock.

— oye, olvidemos eso, sabemos que no debió pasar fue un error — dice muy rápido pero logro descifrar lo que parecía un trabalenguas de tanta rapidez y baja su mirada a su postre.

— pero no quiero olvidarlo

Elisa.

Levanto mi mirada y trago casi en seco para verlo soltar una sonrisa de lado.

— no creo que haya sido un error. — miro a los lados al sentir como si todos nos miraran, pero solo era mi imaginación y la presión  de saber el tema que estábamos tocando. — para ti lo fue?

Me quedo en completo silencio.

Mueve su silla y esta cada cez más cerca para apoyarse en la mesa y acercar su cuerpo por sobre esta.

— se que esta mal para el contrato que llevamos, pero fuera de él no lo está.

— Marcos yo....

— lo sé, se que esta mal que esto pase pensando en el contrato. Lo tengo claro — veo sus manos y como las mueve sobre la mesa inquieto. — pero.... no puedo negar que me atraes y lo que paso creo que fue por algo mutuo detrás.

Siento mis mejillas arder y relamo mis labios.

— si para ti fue un error.....

— no lo fue — lo corto en seco.

Marcos me acababa de decir que había atracción y la verdad es que de mi parte también la había pero tenía miedo de confirmar que eso era y aún más de que solo fuera yo la que sentía eso.

La mirada de Marcos se ilumina y me mira fijamente para luego sonreir.

— también me atraes, bueno, a quien no?

Ambos reímos.

Pensaba que era demasiado. Bueno, no lo pienso, es que lo es.

Era extraño. Verle y pensar que esa sonrisa que me estaba entregando era tan única y real después de aquello que prácticamente me había confesado. Es de no creer. Quien podría imaginar eso....

Es como que el chico guapo e inalcanzable del salón te confiese que esta enamorado de ti cuando eras invisible a los ojos de todos los demás en la escuela. Así se sentía.

— esto será un problema, lo sabes.

— ¿para quien? — dice.

— Sergio obviamente — el se encoje de hombros y vuelve a mirarme.

— mientras el piense que estamos fingiendo....

— no quiero tener problemas, hay un contrato de por medio y....

— un contrato que fue hecho bajo mis bases.

— no creo que esto esté bien...

— oye — toma mi mano — no te agobies ... veamos como va todo primero.

Su mirada queda fija a la mía y le doy una mirada a nuestras manos que esta vez estaban entrelazadas no porque alguien nos fuera a fotografiar. Era simplemente porque queríamos estar así y nos sentíamos bien.

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Hola!

Les dije que venían cosas buenas y eso que aun falta muchooo.

Estoy emocionada porque lean lo que ya he adelantado escribiendo 🫶

Besosss

Tú mi destino ~ Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora