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Miro mi ropa por quinta vez. Jeans pegados claros,  un crop blanco que luego cubriría la camiseta de atlético con el dorsal de Marcos y que esta vez si era de mi talla y mis air force 1 blancas. Lentes de sol colgando de mi cuello y mi reloj puesto en mi muñeca.

Tiro mi cabello hacia atrás y me aplico perfume.
Mi móvil suena y tengo que mover todas las prendas que tenia sobre la cama para poder dar con él.

— buenos días! — veo el rostro de Marcos en la pantalla.

— hola, como estas? — digo mientras muevo las cosas de la cama para poder sentarme.

— bien, quise llamarte antes de entrenar — dice.

Miro mi reloj 8:45

— el partido comienza a las cuatro así es que es bueno que estés antes. Enviaré a alguien por ti, a menos de que quieras conducir tu misma.

Sonrió.

— bueno, me gusta mas la idea de conducir yo. — el rie

— tienes la licencia al día? — hago memoria y asiento. — bueno, puedes usar la Mercedes o la Tucson, la que te acomode las llaves están colgadas a la entrada del garaje.

Asiento más feliz de lo normal.

— desayunaste? — le preguntó y el asiente.

— lo acabo de hacer, entreno en quince minutos más — asiento — oye... podrías ir a mi habitación.

— mhm, vale un momento — me levanto y voy hasta la habitación de Marcos que estaba perfectamente acomodada. — ya estoy aquí, necesitas que te lleve algo?

— mira... entra en mi guardarropa — le hago caso. A tu derecha junto al espejo hay unos cajones.

— vale...

— abre el primero, tiene que haber un tarjetero, toma la tarjeta negra.

Cuando encuentro lo que Marcos me dice saco la tarjeta negra y se la muestro.

— esta?

— si esa!

— vale te la llevare — cierro el cajón y me apresuró a salir de guardarropa y la habitación.

— no la necesito, es para ti — lo miro a través de la pantalla y frunso el ceño.

— de que hablas.

— puedes ocuparla para que comas cuando llegues y si quieres otra cosa o...

— oye no es necesario la volvere a guardar.

— yo te estoy haciendo venir a este lado de la cuidad por mi, así que me haré cargo.

— de verdad que no es necesario, no tienes que preocuparte de ese tipo de cosas tan pequeñas

— pero quiero hacerlo.

¡Marcos, vamos!

Logro escuchar a lo lejos y veo como Marcos se gira para hacer asentir.

— vale me tengo que ir, te escribo en un rato.

— vale, nos vemos!

Cuelgo la llamada y me quedo mirando la tarjeta que esta en mis manos.

¿En serio tenía que ser atento también?

Bueno, quiza lo hacia solamente por temas de acuerdo, por hacerme ir hasta allá por acto de presencia.

Oh, quiza de verdad quería hacer esas cosas por mi.

Niego rotundamente y dejo la tarjeta en la mesa de luz para comenzar a guarda toda la ropa que había sacado anteriormente.

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Miro ambas camionetas. Moria por conducir la Mercedes pero estaba claro que si la chocaba viviría toda mi vida pagandola, con la Tucson  me pasaba igual a diferencia de que no eran tan cara como la otra.

— jo.... — suelto una bocada de aire y cubro mis ojos para dar cinco giros con mi mano extendida apuntando. Si, como si fuera una niña pequeña escogiendo algo de los juguetes del supermercado.

Destapó mis ojos y mi dedo señalaba la Tucson azul. Tomo las llaves del colgador y le quito la alarma para salir del garaje y luego cerrarlo asegurado que toda la casa estaba cerrada.

Tenía que atravesar parte del centro de Madrid para llegar más directo lo que era un fastidio por la cantidad de autos que podían haber a esas horas pero manejar mientras se escucha y canta Morat a todo pulmón es uno de los placeres de la vida misma.

Aprovecho un semáforo en rojo para enviarle una foto del camino a Marcos y mostrarle que ya estaba rumbo al bernabéu.

Al llegar lo primero que hago es buscar un buen lugar para comer, me pongo mis gafas de sol y bloqueo la camioneta para caminar mientras veo las cafeterías y restaurantes de la calle en la que había estacionado a unos quince minutos del estadio.

Sonrió cuando veo a varias personas ya con sus camisetas listas para alentar a ambos grandes clubes que hoy jugaban y que claramente nadie quería perderse.
Entro en un restaurante pequeño pero que a primera vista me había parecido muy pintoresco y pido la comida que en cosa de minutos esta frente a mi.

Tomo mi móvil y río al ver que tenía bastantes mensajes del grupo que compartía con mis amigos

Pau

Oye, tengo una mesa reservada, no os perdonaré que me dejen plantada!

Gabo

Que no tía. Por quinta vez.

Fran

Tengo mi outfit perrisimo para esta noche, os dejare locos a todos los chicos.

Gabo

Espero y consigas novio, tu faltas

Fran

No estoy para una relación pero gracias he.

Pau

Y que hay de Eli, desaparecida como siempre.

Gabo

Tenía que ir a partido, de seguro ni el movil tiene cerca.

Bloqueo el movil después de leer un par más de tonterías que decían y me dedico a disfrutar de mi comida.
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El partido como siempre, era cosa de otro mundo y lo digo así porque un clásico de juega como la vida misma y así fue esta vez. A pesar de que el Madrid atacaba mucho más y llevaba ganado el partido po 1 a 0, en solo dos minutos antes del pitido final fue que el atlético de Madrid logró empatar el marcador y una gran oleada de gritos se escucharon en el estadio cuando el árbitro pitó el final del encuentro.

Veo a Marcos abrazarse y festejar con sus compañeros como si fuera un niño y sonrió mientras me acomodo la chaqueta sobre la camiseta con su dorsal y dejo el collar de acceso a la vista.

— gracias — le respondo a la chica que se acerca para recoger el vaso de jugo que había pedido durante la mitad del encuentro.

Camino nerviosa entre la gente que ahí se encontraba, pues en los palcos solo te encuentras a persona especiales y con eso me refiero a conocidas y aunque varias llevaban las camisetas de atleti y que yo sabía perfectamente quienes eran no me atrevía a hablarles, mi vergüenza siempre ganaba en este tipo de casos.

Tú mi destino ~ Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora