Tú mi destino ~ Marcos Llorente

31 maratón 1/3

Este beso estaba pasando los limites, no estábamos frente a nadie a quien le tuviéramos que demostrar nuestro supuesto amor pero aquí estábamos. En el garaje de su casa besándonos. Sus labios eran suaves y capturaban los míos con mucha calma mientras sus manos se envolvían tomando mi cintura sujetándome contra él.

Pongo mis manos en sus hombros y lo empujó suavemente hasta que nos separamos.

— esto no.....— estoy por decir algo pero me interrumpe.

— perdona, eso no tenia que pasar — no respondo nada y solo bajo mi mirada para tomar la pequeña cartera que ahora estaba en el piso y vuelvo a la casa.

Sabía que el venía justo detrás de mi, pues escuchaba sus pasos un poco más a la distancia.

— si necesitas algo me avisas — volteo a mirarlo y asiento soltando una leve sonrisa.

— buenas noches — digo para luego entrar a la habitación y quedar pegada contra la puerta. Suelto un gran bocada de aire y cubro mi boca con una mano.

No tenia explicación para lo que habia pasado, yo misma le había seguido el beso cuando podría haberlo detenido. Pero tampoco sabía su intención al besarme, sabía perfecto que el no sentía nada por mí y yo....

Yo solo cumplía con lo que se me pedía pero ahora no sabia muy bien a que se debía mi repentina respuesta a ese beso.
Siempre pense que por el hecho de que todo estuviera por medio un contrato lo íbamos a seguir y sobre todo él, pensaba que sería más pesado conmigo, que apenas podríamos hablar o hasta que seria un mando con todo esto. Pero era todo lo contrario.

Su naturaleza no era esa. La de él era ser amable, carismático y se dejaba llevar. Eso podía notar en este poco tiempo que ya llevábamos viéndonos seguido.

Tomo mis pastillas al ver la hora y voy hasta el baño para tomar agua de la llave y evitar tener que bajar.
Me recuesto en la cama y me quito la maldita tobillera ortopédica que tan presión hacia contra mi pie. Era un alivio quitarla.

Los moretones comenzaba a desaparecer y la inflamación cedía un poco en ocasiones, sentía pequeñas puntadas que calaban por dentro y eran esas mismas las que sentía que eran más intensas cuando intentaba dormirme. Doy vueltas en la cama sin lograr conciliar el sueño y es que estar en otra casa tampoco me ayudaba mucho.

¿Porque de supone que los malditos dolres se intensifican en las noches?

No tenia ni la más mínima idea pero las puntadas en mi pie dolían y las pastillas del medico no ayudaban mucho con los dolores.

_________________________________________

Me despierto de golpe cuando escucho algo caer y romperse contra el piso  entonces recuerdo que Elisa esta en la otra habitación. Miro la hora 03:17

Me pongo las sandalias que uso para levantarme y voy hasta su habitación, doy toque en la puerta y cuando no recibo respuestas solo entro. Y con la poca luz de la mesita de noche logró verla en el piso recogiendo los pequeños trozos de vidrio entre sus manos, el piso estaba con trozo repartidos y también pastillas.

— hey deja eso — le digo cuando veo que además esta descalza — estas descalza, súbete a la cama.

— espera tengo que limpiar — dice y soy yo quien la ayuda a levantarse.

— no te muevas — digo y bajo rápido para abrir el mueble de limpieza y sacar la escoba con el recogedor y volver a subir.

— quédate ahí — le digo cuando veo su intención de levantarse y hacerlo ella. — que paso?

— quería una pastilla, estaba con la luz apagada. No conozco esta habitación. Choque con el mueble y el frasco voló y pum — dice haciendo la acción con sus manos — exploto.