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Había sentido horrible aquel ataque de la hermana de Elisa hacia ella, no sabía que temas tenían entre ellas pero si tenía claro que algo había.

Miro a Elisa y la veo con la mirada perdida durante todo el camino.

Se que no estaba bien, solía hablar mucho de temas aleatorios las veces que salíamos y ahora no decía nada.

Miro las señaleticas y decido doblar a la derecha con rapidez desviando mi camino a la casa.
Estaba muy oscuro como solía ser este camino y cada vez quedábamos en más altura.

— llegamos — digo después de un rato. Veo a Elisa quitar su cinturón de seguridad y mirar a todos lados.

— no es tu casa.

— no, no lo es — digo y solo bajo del auto que aún estaba encendido para poder tener las luces debido a la alta oscuridad del lugar.
Rodeo el auto y abro su puerta. — ven — estiro mi mano hacia ella y la toma para bajar.

La guió junto a mi y nos apoyamos en el la parte delantera de la camioneta.

— que es.... — se queda en completo silencio cuando su vista se encuentra con las de la cuidad.

Desde el lugar que estábamos se veía parte de la cuidad, con las luces brillando a la distancia, la oscuridad de la noche y el silencio acompañado.

— es hermoso — dice casi en un susurro.

— lo es — digo.

— porque me trajiste aquí? — volteo a mirarla.

— cuando estuve mal venia aquí. Recuerdo que estaba pasándola mal con el fútbol y había terminado con Paddy hace un tiempo y solo salí a conducir hasta que di con este lugar y me encantó es muy tranquilo — ella asiente sin quitar su mirada del paisaje.

Nos quedamos ahí. Solo los dos apoyados en el auto con las luces de aquel dando luz. El silencio pleno y frente a nosotros y a la distancia las luces de parte de Madrid.

— lo lamento — la vuelvo a mirar — por lo que dijo tu hermana.

— es una tonta — dice

— me gusto que te defendieras, se notaba que tenias mucho guardado y por la cara de tus padres sabía que están sorprendidos.

— no queria arruinar la cena — voltea a mirarme — no salio como esperaba, lo siento.

— es lo de menos — me acerco para pasar mi brazo por sus hombros y dejo un beso en su frente.

¿Porque? Ni siquiera yo mismo lo sabía, pero nos quedamos así por bastante tiempo.

Después de un rato decidimos volver a casa, era pasadas las diez de la noche cuando conducia por la cuidad.

— tengo hambre, no alcanzamos a cenar, te apetece algo?

— claro, que quieres?

— es mi día libre, puedo salir de la dieta solo un día a la semana y es hoy — muevo mis cejas de arriba a abajo y ella ríe.

— pizza? — asiento. — vale ve por donde te digo te llevaré a comer las mejores pizzas de Madrid.

— vale, espero y sea verdad.

— créeme que si.

Llegamos a un lugar llamado the rocks pizzas, un pequeño local con linda terraza que estaba casi vacía.

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Marcos mira concentrado el menú que tiene entre sus manos y levanta su vista para mirarme.

— no se cual pedir — ríe y yo hago lo mismo.

— vale, que sea una mediana. La mitad peperonni y la otra española. — la chica asiente y anota en una hoja.

— para servir o llevar? — Miro a Marcos y el responde esta vez.

— para llevar — dice Marcos

— vale, les traeré algo de tomar mientras esperais su pedido, permiso.

La chica vuelve con nuestros refresco para esperar nuestro pedido que había entrado a preparación.

— piensa en una película y espero no te duermas esta vez — dice asiendo reír.

— no me culpes, elegiste una pésima película Marcos!

— tía! Estaba buenísima — dice entre risas.

— y que paso en el final? — el solo guarda silencio. — obvio no sabes, también te dormiste y fui yo quien apago la tele.

— estuve conduciendo, no me culpes por eso.

— no es escusa!

— claro que lo es, estaba cansado — dice defendiéndose.

— vale, un piedra, papel o tijera para ver quien escoge — asiento y estiro mi mano en puño.

Los dos cantamos a la vez y después de ir dos a uno Marcos es quien gana.

— vamos! — grita eufórico — te va a encantar.

— espero no dormirme de aburrimiento — le advierto.

— no lo harás — me guiña un ojo y mira y desbloquea su móvil para buscar una película en Netflix.

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— gracias — dice cuando pongo la maleta en la habitación

— de nada, ya sabes donde esta mi cuarto por si me necesitas — asiente.

Le doy una mirada y asiento yo también.

— segura que estás bien?

— mucho mejor — dice y puedo ver su sonrisa.

— vale, descansa.

— también tu — la escucho decir cuando dejo la habitación y voy directo hacia la mía.

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Hola! Como están? Espero que muy bien. Bueno agradezco por la paciencia que me tuvieron  y pido disculpas por no publicar pero estuve de vacaciones y me centre en disfrutar y despejarme un poco.

Aquí un nuevo capítulo y el unas horitas más espero subirles otro 💕

Espero voten y comenten,

Besossss 👋🤍

Tú mi destino ~ Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora