38

671 39 4
                                    

Laura sonrie ante la broma que su amigo acababa de lanzar y bebe un poco de su capuchino pues la tarde en Madrid estaba fría y no daba tregua.

— estas apagadisima tía, yo estaría corriendo por todo el campus después de que me quitaran una bota — bromea Pau

— estoy cansada, es todo — hago una mueca.

Había vuelto a casa hace unos días, pero a pesar de eso las cosas no cambiaban. A penas cruzaba palabras con sus padres y a su hermana  no la podía ni mirarle la cara o de seguro volvería a sentir ganas de golpearla.

— algo con tu novio de seguro, así me pongo yo — dice Pau.

— Laura es como yo, no se pone mal por un tío — ríe ante el comentario de Francisca quien le guiña un ojo.

Todo lo de su familia la tenía angustiada y también lo de Marcos y la estupidez de vivir juntos.

De aquel, no sabía nada más que estaba entrenando, eso gracias a las publicaciones del atlético de Madrid en instagram pero directamente no hablaban de aquella tarde en la que la dejó en su casa después de dos días en casa de él.

El movil de Laura suena y siente un pequeño hormigueo en su estómago esperando que fuera alguien especial pero solo era su recordatorio de que hoy tenía turno en la tienda.

— vale, los dejo — besa la mejilla de cada uno y simplemente se va después de dedicarles una sonrisa. Su auriculares la acompañan con Burn out de Martin Garrix, esperando que la anime un poco por lo menos para la esperada sonrisa que los clientes esperan de su parte al hacer las compras.

Toma el metro y se sumerge en la música mientras su vista se centra en la gente que sube y baja en cada estación esperando pronto llegar a la suya.

_________________________________________

Mira las fotos que la corredora de propiedades le entrega.

— así quedaría con lo arreglos que haríamos — dice mientras su voz resuena por la vacía casa.

— me sigue gustando más la anterior, además la ubicación era muy buena.

— vale, vamos a ver la última.

Marcos asiente y sale para subir a su auto y seguir a la mujer que le estaba ayudando a conseguir una nueva casa, según Sergio era muy buena encontrando casas del estilo de él.

Después de unos quince minutos llegan a un condominio privado donde las casas no presentan ni un mínimo de seguridad más que la de acceso al recinto.

Estaciona el auto y ve la bella y gran casa de color crema y grandes ventanales que queda justo frente a él.

— y?

— me agrada — dice y la mujer lo invita a pasar después de abrir la puerta.

Era demasiado amplia, diría que en excesos. Tener 7 habitaciones, 8 baños, dos salas de estar, cocina, dos comedores, gimnasio y garaje no le entusiasmaba tanto.

— No me gusta que sea tan grande.

— Sergio me dijo que mientras más grande mejor, tengo entendido que tu casa actual tiene cinco habitaciones, me dijo que tuviera más de cinco.

— la cuarta casa es mi favorita, cinco habitaciones es suficiente, no suelo tener tantos invitados.

— bueno, de ser así te puedo mostrar una en ese mismo recinto que es igual de grande pero con menos habitaciones.

— me parece genial — dice Marcos convencido.

Odia tener que hacer estos tramites, paddy siempre fue la que se encargo de ellos pero ahora no estaba ella para hacerlo y debía ser el mismo quien escogiera su nuevo hogar. Se culpa por haberle dicho aquella estupidez a Paddy solo por querer molestarla. Aquí estaba ahora, buscando la manera de cumplir eso solo por hablar de más.

Tú mi destino ~ Marcos LlorenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora