capítulo 83

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Aprovecho que no le presto atención y tomo una de las sillas de madera que estaba a su lado y la lanzo fuertemente---¡Maldita mujer! —sé voltio hacia ella y la empujo tan duro que sintió como un fuerte dolor se situó en su vientre bajo, Madison al ver esto reacciono y comenzó a pelear con aquel hombre lanzándose encima de su espalda, pero él era más fuerte y la tiro al piso

--iba a hacer amable contigo, pero ahora sabrás la vestía que soy—dijo mientras se quitaba los pantalones y se acercaba a Madison. Isabel tomó una respiración profunda con una mano en su vientre y tomo un trozo de madera que había a su lado y con toda su fuerza le dio a la cabeza de aquel hombre, seguido de la fuerte patada que dio Madison a sus partes, el hombre aulló de dolor mientras las maldecía, aprovecharon la oportunidad y lo empujaron sacándolo de la habitación cerrando así la puerta, Madison corrió y jalo la cama para que sirviera de tranca

--debes escapar—dijo Isabel --¡esta loca!, no te dejaré con ese bastardo –grito Madison mientras sostenía la puerta—ven—Isabel aprovechó y con las partes de la silla hizo un pequeño agujero en la pared de madera y como estaba daña y vieja facilito las cosa, luego tomo a Madison y la arrastro—Sal y pide ayuda lo más rápido

--pero Isabel—ella la corto—no debemos de morarnos, no sabemos cuando vuelva el otro, busca ayuda y traerlos aquí, sabes que yo no quepo por eso agujero –llego a la puerta y sostenía el mango para evitar que el hombre entrara--¡veté!—grito cuando vio la vacilación de Madison, pero ella sé rastro, desprendiendo parte de su vestido en el agujero y salió corriendo

Mientras corría le pedía perdón a Dios por todas las cosa mala que había hecho a Isabel y esta a pesar de todo, prefirió salvarla ante que ella, corrió como nunca, podía sentir algunas gotas en su cuerpo, avisando la lluvia, escucho el trotar de un caballo y la asustó pensó que era ese tal Billy, pero vio que era Marco

--¡Marco! ¡Marco!—Marco le sorprendió escuchar su nombre y más al ver que era Madison y en las condiciones que se encontraban, tenía golpes en la cara y su vestido estaba rasgado—Isabel te necesita, está en la cabaña –señalo con un dedo tembloroso

Él no lo dudó tampoco pido explicación se bajó del caballo –busca a los demás diles que venga—el corrió por donde señalaba Madison mientras esta subía al caballo y buscaba a los demás

Lo primero que escucho fue a un hombre amenazando a Isabel, abrió la puerta de una patada y vio como esté la empujo mientras Isabel, protegía su barriga--¡maldito! —Marco fue cegado por la ira y tomo aquel hombre del cuello y comenzó a golpearlo, pero este también le devolvía los golpes hasta que saco el arma y disparo, pero fallo salvándose así de una muerte –te ensañaré que con mi mujer nadie se mete—a rematando otra vez con el hombre quitándole el arma, pero entre el forcejo esta se disparó ocasionado la muerte inmediata de hombre

--Marco –escucho el jadeo de Isabel –¡mi amor! —vio como se le faculta ponerse de pie--¿Qué tienes? —Marco sentía como su cuerpo temblaba por el miedo—el bebé—miro hacia abajo y vio la sangre eso lo asusto más, la cargo y miro donde podía colocarla, sabía que la lluvia dificultaría la llegada de lo demás –no aguanto más—escucho la voz con miedo de Isabel ---tú puede mi amor –la recostó en la cama, se quitó la chaqueta y se recogió las magas, por ser vaquero había ayudado a más de una vaca en traer a su ternero, pero este era su hijo, él tenía que ser fuerte por Isabel --¡me duele mucho!—ya una vez recostada le alzo el vestido—tengo miedo Marco—el tomo la mano de Isabel la miro a los ojos---mírame, siempre hemos sido tú y yo y esta vez así lo serás, yo seré tú fortaleza—vio cómo su rostro se colocaba rojo por los dolores de parto ¡Maldición!, él nunca se imaginó esto

--vamos preciosa empuja –vio como tomo una respiración profunda ante de empujar, no supo cuando tiempo, pero sabía que algo andaba mal, el bebé no se veía –algo está mal... No puedo más –los ojos de Isabel estaban lleno de lágrimas

Amor En La LlanuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora