Simplemente no podía creer lo que dijo Andrew, ¿Cómo que organizar una boda en un día? Para que esto pase tiene que haber una razón justificable, su relación con Madison no era muy estable, pero seguía siendo una relación, no quería llenar su cabeza de pensamientos absurdos, pero al casarse con alguien era porque ya había una relación antes - ¡necesito hablar con ella! —dijo montado su caballo dirigiéndose hasta la casa Thompson.
Como lo había pensado sucedió, la casa estaba llena de sirviente corriendo de un lugar a otro, menos mal que tuvo la precaución de dejar su caballo en una distancia prudente de la casa, tenía que ser paciente. Camino hasta la parte de atrás y se escondió en los arbustos, tenía que esperar hasta que se oscureciera para poder tratar de entrar y hablar con ella o si esta salía y así interceptarla, pero esto último no tenía tanta probabilidad que pasara.
El tiempo pasó y con esto dio la noche, sentía sus piernas entumecidas por estar en aquella posición de agache, pero por el silencio que transmitía la casa sabía que ya era hora de actuar así que camino sigilosamente hasta la casa, sabía que la habitación de Madison se encontraba en la planta de arriba, miro que lugar de la casa podía ayudarlo para conseguir este objetivo y visualizó una enredadera.
Procedió a subir, aunque en el principio le costó, ya que su peso era un poco más de lo que esto podía aguantar, en varias ocasiones su pie resbaló sacando una maldición de su boca— ¡Maldición! —susurró cuando por décima vez su pie cedió, cuando llego al techo, tuvo que estar un poco alerta, ya que este estaba un poco inclinado camino muy cuidadosamente, para no caer, era una casa grande y esta altura puede causarle daño a su cuerpo.
Camino hacia la primera ventana que vio, a pesar de que esta tenía las cortinas bajas, había un leve espacio entre ella que aprovechó para mirar, su vista era muy limitada, pero pudo ver una mujer pelirroja de espalda, cuando se inclinó su pie resbaló - ¡diablos! —se dio cuenta de que esto no lo pensó sino que lo dijo, agacho su cabeza para que aquella mujer no lo viera.
Isabel se había levantado de su cama, no supo en qué momento su cuerpo sucumbió al cansancio de tanto llorar, era impresionante como su cuerpo y sus sentimientos cambiaron de estar dolida a una tristeza absoluta, se sentía cansada emocionalmente, pero sin rastro de sueño, por eso decidió levantarse, se soltó su cabello de aquel apretado moño y cambió su vestido por un camisón, camino hasta una pequeña mesita que había en su habitación, pero un ruido desde su venta le llama la atención, haciéndola detenerse, pero luego lo pensó mejor.
Realmente en este momento no le interesaba nada y si un mapache quería entrar a la casa o cualquier otro animal le daba igual, así que caminó hasta la pequeña mesa donde su nana tuvo la amabilidad de colocar la cena, cogió una jarra que encontró en la mesa junto con un vaso y se sirvió un poco de agua que luego bebió, no quería que esta decisión fuera apresurada, pero sintió que era lo más prudente, regresaría a Inglaterra, para estar al lado de sus amigas, sentía que tenía que alejarse de todo esto.
Marco esperó, pero vio que no ocurrió nada, volvió a mirar por la ventana y vio aquella mujer seguía dándole la espada y parecía que estuviera tomando algo, demostrando que no lo había escuchado así que procedió a seguir con su camino, pero estaba vez teniendo más cuidado en lo que saliera de su boca.
Pasó a la siguiente ventana, esta no tenía las cortinas bajas y estaba abierta facilitando su ingreso, pero no había nadie, trato de analizar el lugar para ver si había pista que le señalará que está podía ser la habitación de Madison, pero unos ruidos que procedían a fuera de la habitación hicieron que se ocultara rápidamente.
Madison estaba más que feliz por los acontecimientos, ver a su prima destruida fue lo más gratificante que pudo experimentar en toda su vida la pobre no había salido de su habitación en todo el día ¿estará llorando todo ese tiempo? En varias ocasiones quiso entrar a la habitación para verla sufrir, pero aquella perra que tenía de nana vigilaba aquella habitación, pero por otro lado ella se despidió muy cariñosamente a Daniel porque su papel había sido prefecto y su actuar fue aún mejor, nunca se imaginó lo frio que podría ser, hasta en algún momento dudó, pensado que este al ver a Isabel iba a dudar de la decisión que tomo al respecto, pero no fue así.
Con este pensamiento entro a su habitación, encendiendo las velas, pero un ruido procedente de la ventana la hizo voltear rápidamente, una gran figura fue tomando forma, no podía creer quien era la persona que tenía al frente – ¡Marco! —exclamó.
-Madison —contestó a su exclamación, por el aspecto que tenía sabía que no esperaba verlo, el color de su piel palideció demostrando que lo que dijo Andrew no fue una locura después de todo.
–Me debes una explicación —ella abrió sus ojos –si no te vas en este momento gritaré para que los hombres de mi padre te den un tiro –intentó amenazarlo, pero si esa era su intención ¿por qué dijo esto en un susurro? Movió su cabeza de un lado a otro mientras se acercaba un poco a ella—es imperdonable que en todo este tiempo no me hayas conocido... no le tengo miedo a morir –lo dijo mientras se acerca un poco más a ella, pero esta daba un paso hacia atrás —hazlo y así le diré a tu querido padre que hacía su hija con un hombre como yo –la retó.
- ¡Mi padre jamás te creería! Sabe que los hombres como tú dicen cualquier cosa por ganar –él la cortó - ¿es cierto lo del matrimonio? —ella abrió la boca y luego la cerró, él no necesitaba de su hablar, su actitud le confirmo que si era cierto una ira fue subiendo por todo su cuerpo.
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Amor En La Llanura
RomantizmIsabel Thompson regresa de su temporada en Londres a Montana para casarse con su prometido, Daniel Crowl. Sin embargo, en el mismo día de su regreso, descubre que Daniel planea casarse con su prima Madison en lugar de con ella. Resulta que Madison h...