19- Volveré para odiarte

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Raykel había decidido por fin salir de su habitación, salió de allí renovado, usando una de sus mejores ropas y el cabello perfectamente estilizado. Se detuvo frente a un espejo ubicado en el recibidor de la mansión y pensó que aquella era la imagen que le mostraría al mundo a partir de ese momento. Le daría a todos lo que querían; un joven multimillonario haciendo lo que cualquier adolescente en su posición haría.

—Este es un nuevo yo —dijo mirando su propio reflejo, luego sacó su teléfono del bolsillo para tomarse una foto.

Eligió la mejor foto y la subió a Instagram, había pasado mucho tiempo desde su última publicación.

"Ya no me importa donde estés" escribió al pie de la foto. Los me gusta y los comentarios no se hicieron a esperar, lo que le sacó una sonrisa de satisfacción.

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó Raykel al chofer que lo había estado esperando

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—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó Raykel al chofer que lo había estado esperando.

—Robert, señor. Soy nuevo, David me pidió que fuera el chofer personal de usted y su hermano.

—Muy bien Robert. Quiero que me lleves a comprar unas flores y luego iremos al hospital para visitar a Leo.

—¡De acuerdo!

Que un Sarosh caminara por los pasillos de un hospital llevando en sus manos un hermoso ramo de margaritas, sin duda llamaba la atención

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Que un Sarosh caminara por los pasillos de un hospital llevando en sus manos un hermoso ramo de margaritas, sin duda llamaba la atención. Raykel había hablado con Lidia unos minutos antes, así que sabía cuál era la habitación en la que atendían a Leo, por lo que no se molestó en hablar con nadie del personal para preguntar a donde debía dirigirse.

Al llegar frente a la habitación quinientos dieciséis, en el cuarto piso, Raykel dudó por un segundo, sacó su teléfono con la esperanza de ver la notificación de un mensaje que nunca llegó y soltó un profundo suspiro.

—¡Raykel!

La emoción de Lidia fue evidente en cuanto vio a Raykel pasar el umbral. La chica, que estaba sentada en un sillón junto a la cama donde descansaba su hermano, rápidamente se puso de pie para darle la bienvenida al recién llegado. Estaba emocionada por tener a alguien allí, aunque debía mantener la voz baja, ya que Leo dormía.

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