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Sobre las 11:30 de la noche del sábado las luces de las casas de la calle donde vive Chema se encuentran completamente apagadas y no hay un solo ruido proviniendo de ninguna de estas, era una noche particularmente callada, lo único que se escuchaban eran los grillos y un ligero zumbido de las farolas de la calle, Chema y Chava se encontraban durmiendo en la sala con una manta encima, habían decidido que harían una noche de películas, habían pensado en ver todas las películas del huevo asesino, pero no aguantaron una maratón de 6 películas, llegaron a la mitad de la segunda y comenzaron a dormirse.

La paz en la calle era tanta que hasta parecía un poco sospechosa, y si lo era, el sonido de una camioneta interrumpió el ambiente silencioso, y cuando esta se detuvo comenzaron a sonar pitidos del claxon, uno tras otro de manera desesperada. Tras escuchar el claxon, Chava y Chema se despertaron medio confundidos y viendo unas luces por la ventana, acto seguido escucharon como alguien bajaba de un automóvil y se acercaba a la puerta haciendo un ruido muy distintivo, tacones de aguja, ambos estaban muy confundidos y adormilados como para asimilar la situación, para cuando quisieron reaccionar, Lencha ya había abierto la puerta de la casa.

-¡¿Se puede saber quién es el pendejo que está en la cochera?!- Gritó de manera muy efusiva para después poner sus ojos sobre Chava -¡Tú! ¡Ramero sin vergüenza!-.

-¿Q-quien? ¿Yo?- Chava estaba excesivamente confundido y bastante asustado.

-¡Claro que sí, animal!- procedió a quitarse los tacones y lanzar uno hacia Chava, aunque realmente no le dio a él, le había dado al reloj que estaba en la pared -¡Sal de mi casa! ¡Lárgate!-.

Chava ni siquiera lo pensó dos veces, tomó su cartera y sus llaves y salió corriendo mientras evadida el segundo tacón de Lencha, se metió rápidamente en el deportivo y tan pronto lo encendió, lo puso en marcha para ir a casa. Lencha solo observó como el deportivo rojo desaparecía y volvió a meterse en la camioneta para estacionarla frente a la casa.

Chema estaba anonadado, pero no tardó en darse cuenta de que el siguiente que sufriría la irá de su esposa sería él, buscó dónde esconderse o algo para protegerse, solo pudo jalar la cobija para intentar esconderse detrás de ella, al momento en que volteó a la puerta pudo ver a Lencha de pie, en ese momento pudo verla un poco mejor, tenía un vestido corto bastante bonito y sensual, unas medias negras, el cabello despeinado y el maquillaje corrido por haber llorado, Chema estaba impactado por su apariencia, pronto notó que tambaleaba un poco.

-Lencha...- solo atinó a decir su nombre, pero en cuanto vio que ella se acercaba a él retrocedió, pero fue en vano, Lencha ya estaba abrazándolo fuertemente, al principio Chema no sabía si era para tirarlo o no, pero pronto se dio cuenta de los sollozos de su mujer, lo cual lo confundía, pero al mismo tiempo le preocupaba -¿Q-qué tienes mi amor?- un aroma a alcohol comenzaba a hacerse presente en el ambiente.

-Cógeme-.

-¿Cómo?-.

-¡Maldita sea! ¡Que me cojas!- dijo agarrando a su marido por la camisa.

-P-pero mi vida, estás completamente ebria-.

-¡¿Qué no entiendes?! ¡Cógeme! ¡¿O acaso no soy lo suficientemente buena para ti!?-.

-¿Pero qué cosas dices? Amor, no digas eso-.

-¡¿Acaso no soy buena?!-.

-Claro que lo eres pichonsito-.

-¡¿Entonces por qué estaba él aquí?! ¡¿Qué hacía aquí?!- fue ahí cuando Chema comprendió de que se trataba aquella rabieta.

-Amor, Chava es mi amigo desde hace años, ¡es mi mejor amigo! No puedes impedirme estar con él, el hecho de que yo lo estime no quiere decir que te voy a dejar de querer- solo vio como su pareja rompió a llorar desconsoladamente, suspiró profunda y lentamente, miró a su alrededor viendo toda la escena, lo que antes era una habitación completamente ordenada y en paz, ahora estaba desordenada, la puerta abierta y la camioneta afuera encendida y mal estacionada.

Por otro lado, Chava ya había salido de su estado de shock tras haber sido corrido a taconazos de la casa de su compadre, en el camino a casa había decidido detenerse en una tienda de 24 horas a comprar una leche y unas galletas de animalitos para comerlas estando en casa, sin embargo, cuando llegó a casa no quiso salir de su auto, así que abrió la leche y sus galletas para comerlas dentro de su deportivo, en el momento no tenía nada en la cabeza, ningún pensamiento, nada hasta que las imágenes de como había sido echado de casa de su compadre comenzaron a aparecer en su cabeza.

<<Zorra de mierda>> pensó, ninguno de los dos pensaba que Lencha aparecería casi a mitad de la noche haciendo una gran escena, y eso enojaba a Chava, con su llegada él había perdido todo el tiempo que podía pasar con Chema, ahora todo volvería a ser igual que antes, llegar al set, cambiarse, trabajar, intentar hablar con su compadre y que él lo evite, salir a comer solo, llegar a casa solo, cenar solo, estar solo, todo lo que había vivido esas semanas eran fantasías hechas realidad, y una vez más volvían a ser una fantasía, poco tardó en darse cuenta de que las lágrimas recorrían sus mejillas <<Qué importa, así ha sido siempre, no va a dejar de ser así ahora>>

por qué somos muy machos! | Human Huevocartoon | (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora