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Era un nuevo día de trabajo, Chava leía el guion una y otra vez como era costumbre, sin embargo, está vez estaba más motivado que nunca, tras saber que uno de sus actores favoritos considera que tiene talento se encontraba confiado de sí mismo, la escena a realizar era sencilla, Carlos Hueverta tomándole una foto a su hija, Celia Hueverta, con una cámara que recién había comprado para tomar fotos en su boda, poco después de escucharía cómo tocan el timbre de la casa, Carlos Hueverta desaparecería de escena para atender la puerta mientras la cámara se sigue centrando en Celia quien vería la cámara con curiosidad, después entraría Carlos Hueverta y Mario Rosales, quién es interpretado por Tocino, Mario fue introducido como el pretendiente de María Hueverta en unos capítulos anteriores, un tipo adinerado que maneja la compañía que es competencia de la de Huector Manuel.

A pesar de las incontables horas en el set de grabación, Chava se había vuelto completamente fan de la telenovela en la que trabajaba y leer el guion antes que todos los demás vieran los episodios le hacía sonreír ampliamente, sin embargo, su lectura se vio interrumpida por una sombra delante de él, en cuanto subió la mirada pudo ver a su compadre parado frente a él con una mirada que no podía descifrar, parecía preocupado, molesto, incluso parecía emocionalmente lastimado, Chava se estremeció con algo de miedo sobre lo que fuera a decirle, pero fuera lo que fuera, estaba listo para ello.

-Compadre- le dijo Chava en un tono de saludo.

-Compadre- Chema respondió el saludo, pero el tono no era precisamente amistoso.

- ¿Se le ofrece algo, compadre? -.

- ¿Puedo hablar un momento con usted en privado? -.

-Claro compadre, con toda confianza- Chava quería verse calmado a pesar de la tensa circunstancia, siguió a Chema de cerca cuando lo dirigió fuera del set, ambos caminaron completamente en silencio.

Una vez fuera del set, Chema sacó un cigarrillo y un encendedor, cuando Chava vio a su compadre preparándose para fumar supo que lo que fuera a decirle era algo que lo tenía demasiado estresado.

-Compadre, supe que antier después de que me fui, usted se puso hasta las chanclas- dijo mientras encendía el cigarro.

-Ah sí...creo que se me fue la mano, compadre-.

-Le mandé un mensaje ese mismo día para ver si había llegado a su casa, pero no me respondió, esa mañana fui a buscarlo a su casa para ver si estaba bien y no lo encontré- tomó una calada al cigarro antes de seguir - ¿Se puede saber en dónde estaba, compadre? -.

-En casa de Tocino- dijo tajante para ver cómo su compadre se estremecía del coraje -Me llevó a su casa cuando ya estaba muy bebido, él cuidó de mi hasta que estuve consciente, después me fui a casa-.

- ¿Y por qué no contestó mi mensaje, compadre? - El tono de Chema se volvió algo triste y adolorido.

-No pude...-.

- ¿Por qué no? - se le veía desesperado.

-Porque me duele compadre- Chema no se esperaba esa respuesta -Sé que, si tal vez hubiera dicho algo de mis sentimientos antes de que se casase con Lencha, otra cosa sería, pero todo salió así, verlo pasear a Lencha por todos lados y decir que está felizmente casado con ella mientras me da besos a escondidas de su mujer me duele, pero este no es el lugar para hablar de eso-.

- ¿A qué se refiere? -.

-Sí quiere hablar conmigo, entonces véame en el bar al que lo llevé el primer día que Lencha lo dejó, ahí hablaremos todo lo que quiera-.

-Compadre, sabe que no puedo, Lencha se enojaría conmigo si salgo con usted-.

- ¿Lo ve? - Chema miró al piso impotente -Le diré algo, estaré en el bar a partir de las 8 de la noche de hoy, si para media noche usted no se aparece entonces comprenderé que fue lo que eligió, haremos como si nada de esto hubiera pasado-.

Chema solo pudo mirar atónito cómo su compadre lo dejaba solo, estaba confundido, solo se quedó mirando a la nada mientras terminaba su cigarro pensando en las palabras de su compadre, no podía comprender que lo había llevado a comportarse así con él, aún que de cierto modo comprendía que por dónde se viera todo estaba saliendo mal, en el momento en el que terminó su cigarrillo volvió a entrar en el set todavía anonadado y buscando a su compadre con la mirada sin mucho éxito, volteó a ver el reloj, tenía que ir a vestuario para sus escenas, mientras se dirigía a la esquina donde tenía el vestuario seguía buscando a su compadre con la mirada intentando disimular, una ligera ansiedad se depositó en su pecho al no poder encontrar a Chava, pero tampoco podía ir a buscarlo.

Mientras le acomodaban ciertos accesorios a su vestuario no pudo evitar mirar todo el set buscando hasta que finalmente lo encontró a lo lejos saliendo del baño y lo siguió con la mirada para ver hacia donde iba, cuando vio a Miguel del Tocino saludar a Chava y después acercarlo a él poniendo su brazo por detrás del cuello de Chava sintió de nuevo un ardor en el pecho que venía de los celos que solo se intensificaban al recordar que es el mismo sujeto que encontró queriendo besar a su compadre de manera descarada.

- ¡Ay! - Chema sintió todos los pensamientos desvanecerse por un pequeño pinchazo en su hombro.

-Lo siento señor José- dijo la señorita del vestuario.

-No se preocupe- dijo volteando a verla para toparse con una cara conocida, Olga, cosa que sorprendió a Chema, normalmente era otra persona quien ajustaba sus vestuarios.

Olga no dijo nada, sólo se limitó a seguir cosiendo la camisa que se había roto a la hora de sacarla de su gancho, intentó verse calmada pero no lo logró mucho, sus manos temblaban ante la presencia de Chema, alguien que la intimidaba demasiado, por su parte, Chema se sentía incómodo, podía sentir la aguja pasando bastante cerca de su piel.

- ¿Usted conoce a mi compadre? - Decidió hacerle plática para ver si calmaba sus nervios.

- ¿Quién? -.

-Mi compadre, Salvador-.

-Ah... sí, soy quien arregla su vestuario- Fuera de calmarse pareció alterarse más, cosa que Chema notó en su manera de manejar la aguja.

-El suele ser bastante amable con la gente, seguramente no para de hablar con usted mientras hace su trabajo-.

-N-no, la verdad es que solo habla lo necesario...-.

Chema se quedaba sin preguntas ante cada respuesta de Olga - ¿No le incómoda que sea gay? -.

-No...- Olga ya estaba bastante afectada por las preguntas de Chema, solo quería acabar de coser la camisa y deshacerse de él rápidamente.

por qué somos muy machos! | Human Huevocartoon | (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora