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Chava despertó en brazos de Tocino, sintiéndose cómodo y reconfortado. Se sentía más descansado que nunca, después de todo, Tocino había cumplido su promesa de ser menos brusco con él y había estado dándole cuánto espacio necesitara, de alguna manera seguía siendo cierto lo que le había dicho aquella vez que le pidió que salieran como pareja, solo necesitaba pedir.

Aún adormilado pudo escuchar lo que parecía ser alguien moviendo platos en el piso de abajo, Chema ya estaba despierto y al parecer estaba preparando su desayuno. Pensó por un momento bajar a ayudarle pero la calidez del cuerpo que descansaba a su lado y la comodidad de la cama era más difícil de rechazar.
No fue hasta que Tocino se movió, estirándose un poco, que se vió obligado a salir de su somnolencia.

-Buenos días-. Sonó la voz de Tocino, ronca y aletargada.

-Buenos días-. Respondió Chava arrastrando las palabras y estirándose también.

Tocino depósito un beso en la frente de su compañero y comenzó a moverse para levantarse, Chava nuevamente tuvo para si mismo las marcas de las manchas en su piel solo para él, acercó su mano a la piel de Tocino y dibujó los patrones de los bordes con sus dedos, Tocino lo miró divertido y acarició su cabeza.

La puerta se abrió de repente y Tocino muy asustado intentó cubrirse con las cobijas de la cama. Chema estaba parado en la puerta con una mirada que a Chava le estaba costando trabajo leer.

-¿Qué hacen ahí? El desayuno está listo-. Y caminó de vuelta a las escaleras.

Chava y Tocino se miraron entre si, expectantes de ver si el otro comprendía lo que estuviera sucediendo, aún que lo único que encontraron fue confusión. Ambos se cambiaron rápidamente para bajar y en cuanto entraron al comedor pudieron ver los platos ya servidos, chilaquiles verdes con dos huevos y tocino. Chema estaba ya sentado sirviéndose jugo de naranja mientras veía las noticias, como todas las mañanas.

Chava estaba sorprendido, normalmente tenía que hacer él el desayuno si quería que Tocino tuviera algo que desayunar dado que si lo hacía Chema casualmente el desayuno nunca alcanzaba para los tres o se había olvidado que se quedaría a dormir. Cuando se sentaron a comer, pudo notar una inusual alegría por parte de Tocino, casi podía ver una cola peluda imaginaria moverse frenéticamente detrás de él de la alegría que le daba un simple plato de comida.
No hubo mucha plática, nada más interacciones en donde se pedían el jugo unos a otros y comentando de vez en cuando las noticias.

Chema debía estar considerablemente feliz como para dejar que Tocino los llevara a todos al trabajo, parecía estar realmente cómodo en la parte de atrás del Tesla de Tocino y sentirse bastante agusto con la manía de Tocino de no hablar mientras conduce, era como un taxi perfecto para él.
Al llegar al set se separaron y comenzaron a prepararse inmediatamente para las escenas del día.

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Lencha estaba segura de que en cualquier momento alguien tocaría la puerta y vendría a hecharla de la casa. Era más bien una paranoia, pero apenas habían vuelto ahí y las personas las miraban de esa manera prejuiciosa, de no sé por qué aún estaba recuperándose de sus huesos rotos le habría partido la cara a más de una persona, pero quién la estaba pasando peor era Mariela.
Ella no había querido decirle mucho, pero estaba al tanto que en su tiempo en el hospital habían estado llegando llamadas de su jefe para casi obligarla a presentarse para aclarar lo sucedido, ese viejo director cascarrabias nunca había tenido consideración con ninguno de sus empleados, incluso tuvo el descaro de pedir fotografías para ver si era real que Mariela estaba internada en el hospital.

<<¿Acaso ese imbécil no tiene suficiente con las noticias?>>. Pensó Lencha mientras se llevaba el pan con mermelada a la boca. Al menos agradecía lo buena que era la gente que la seguía al ver qué casi la mata su madre, había estando recibiendo palabras de apoyo de todos lados y las personas donaban bastante, fue suficiente como para pagar la cuenta del hospital sin que les afectara absolutamente nada en términos económicos y también estaba recaudando suficiente como para llevar el juicio en contra de su madre.

por qué somos muy machos! | Human Huevocartoon | (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora