Chava se encontraba serio mientras se decidía a salir de su auto, había llegado a casa hacia un rato, pero decidió quedarse un rato a reflexionar lo que había sucedido.
Una vez terminaron las preguntas de Chema, Chava tenía una única pregunta para su compadre, si es que él tenía alguna oportunidad para estar juntos, pero la respuesta no fue tan favorable para él, dentro de todo Chava no esperaba que su compadre realmente amara a su esposa, pero si lo hacía "No puedo dejarla por usted, sé que no somos el mejor matrimonio, pero la quiero" esas fueron las palabras de Chema, Chava solo pudo pedirle una cosa, que no lo abandonará por ella, que de vez en cuando lo visitara para no sentirse solo.
Terminó por salir de su deportivo para entrar en su casa mientras arrastraba los pies, nuevamente se encontraba solo en esa casa, si bien a los 18 le pareció excelente la idea de vivir solo sin la idea de que si alguien descubría sus preferencias lo correrían de la casa, pero a sus 34 años estar solo en casa todo el día comenzaba a deprimirlo, se recostó en su sillón y miró hacia el techo pensando en su derrota ante Lencha, ¿Cómo era posible que su compadre de verdad quiera estar casado con esa mujer? Era cierto que siempre había sido especialmente bonita y ahora que estaba más producida sin duda tenía un aspecto despampanante ante cualquier persona con la que se cruce, pero fuera de su apariencia física, Chava no podía mencionar alguna otra virtud que tuviera, sobre todo porque todo lo que había visto de ella era su enojo y lo violenta que podía llegar a ser.
Por el lado de Chema, él había llegado intentando no hacer ruido por si Lencha estaba dormida, se sorprendió al verla en la sala mirando el celular, cuando Lencha escuchó los pasos de Chema acercarse levantó la mirada y se vieron el uno al otro por unos instantes, mientras Chema miraba sin algún tipo de emoción, Lencha solo intentaba descifrar si su marido estaba ebrio o consciente de sí mismo y cuando comprobó que venía en perfectas condiciones se alegró mucho.
Una vez se saludaron decidieron ir a la cama a dormir, Lencha estaba ya acurrucándose en su lado de la cama lista para cerrar los ojos y dormir plácidamente cuando de repente sintió una mano posarse en su cadera y comenzar a acariciarla lentamente, su marido al parecer tenía otro plan en mente, hacía mucho que no la tocaba de esa manera.
-Lencha...- escuchó a su marido nombrarla con voz ronca.
Ella volteó a verlo, le pareció ver esa ligera llama en sus ojos, una que solo había visto en su luna de miel, no pasó mucho tiempo para tener a Chema justo encima de ella tocando su cuerpo, no sabía a qué se debía tal comportamiento, sin embargo, tampoco le molestaba, se dejó llevar por las caricias que su marido repartía por su cadera y sus muslos mientras soportaba el peso del cuerpo de su marido, pero como siempre no sabía cómo actuar frente a la situación que tenía entre manos.
Mientras Lencha debatía entre si tocar el cuerpo de su marido, Chema se excitaba cada vez más mientras veía el cuerpo de su esposa, era muy distinto comparado con la última vez, habían pasado unos años sin tener intimidad a raíz de todas las peleas, pero ese día Chema se encontraba particularmente de buenas y su esposa no le había gritado que se detuviera, decidió atreverse a lamer el cuello de su esposa para intentar provocarla, pero pronto notó que no había respuesta de ella, parecía una piedra de lo rígida que estaba, Lencha simplemente no podía evitar comparar la situación con lo que había sucedido en casa de Mariela, no sabía si era por lo parecido de la situación o por qué había hablado con ella unas horas antes, pero el recuerdo de ella encima de su regazo no la abandonaba, el peso corporal de su marido se sentía sofocante a comparación de la ligereza de Mariela, y el tacto de Chema sin duda era brusco y hasta cierto punto torpe, nada que ver con el toque de Mariela que era elegante y más sutil; Lencha apartó la mirada de su marido.
-Lo siento, me duele un poco la cabeza- se excusó -tal vez otro día, José -.
Chema no pudo evitar sentirse rechazado y un poco herido, pero tenía que respetar la decisión de su esposa.
-Está bien, descansa pichoncito-.
Ambos se acomodaron de nuevo dándose la espalda, como siempre solían dormir desde hacía unos años, de alguna manera Chema no comprendía por qué el rechazo de su esposa, recuerda que el día que llegó completamente borracha a casa le pidió que la tomara y ahora simplemente lo rechazaba, desde hacía unos meses nada tenía sentido, su compadre le declaraba su amor, su esposa se comportaba extraño y ahora el ambiente se sentía diferente, como si hubiera algo sucediendo fuera de su vista, pero no tenía pruebas de que algo así fuera real.
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por qué somos muy machos! | Human Huevocartoon | (EN EDICIÓN)
ФанфикEsta es una historia con huevos, pero de los rancheros. Chema y Chava se ven revueltos, digo, envueltos en un montón de situaciones diferentes que tendrán que superar juntitos, así bonito, pero por qué son MUY MACHOS!! ---------------------------- E...