Homofobia

133 15 15
                                    

Las filmaciones habían comenzado y Chava no podía  estar más desanimado por ello. A pesar de intentar de todo para convencer al director de cambiar algunas partes del guión para evitar un final tan lamentable, no había logrado gran cosa, se limitó a imaginar un mejor final en su mente y creer con toda su alma que ese final era el verdadero.

Las grabaciones de las escenas iban como siempre, ajetreadas por ser el inicio de la temporada y aun había varias cosas que preparar, aun que los episodios se hacian uno por uno la mayoria del tiempo, esta vez sería diferente y grabarían varias escenas de diferentes episodios para intentar apurar la entrega de episodios; aun que siempre se le daba una pequeña prioridad al orden de estreno. Todo eso mantenía a todos atareados y, sobre todo, estresados. Chava pudo ver la cara de agotamiento en Olga, que era la que usualmente se encargaba de arreglar su vestuario.

-¡Hola!- Le saludó Chava de manera enérgica -¿Qué tal va todo?-.

Olga levantó la vista de la costura que estaba revisando en uno de los trajes recién llegados, tenía una cara de somnolencia tan grande que parecía que podría dormir de pie ahí mismo. Ella solo suavizó sus ojos lo más que pudo y le dió una gentil sonrisa.

-Hola- dijo Olga de manera suave y perezosa -Ven, hay varias cosas que necesito que te midas-.

-¿Estas bien? Tienes unas ojeras enormes-.

Olga soltó un pequeño suspiro -Solo lo de siempre, trabajo. Con el cambio de ritmo de grabación, todos los de escenario y vestuario estamos algo apurados consiguiendo todo-. Dijo mientras colgaba la prenda que tenía entre manos y comenzaba a buscar las ropas de Chava.

-Obviamente-. le dijo Chava empatizando con ella -Uno diría que por todo esto al menos deberían subirles el sueldo, todos ustedes hacen maravillas en poco tiempo-.

-Oh, claro; aún que ya sabes, no hay tanto presupuesto, pero si que me vendría bien algún tipo de bono-. Había comenzado a confiar en Chava para hacer esas pequeñas quejas sin temor. -Toma, esto es para tus escenas del día de hoy. Ya están marcadas por número de toma-. Le entregó 3 bolsas herméticamente selladas con ropa doblada y planchada de manera milimétrica. -Tengo un nuevo conjunto para la semana que viene, quisiera que te lo probaras para hacerle los ajustes cuanto antes-. 

-Por su puesto que sí, aún que justo ahorita estoy un poquito corto de tiempo, en cuanto acabe vengo y me pruebo lo que quieras-. 

-Muchas gracias, Salvador. Suerte con tus escenas-.

-Gracias, gracias-. Y se retiró con los paquetes de ropa bajo el brazo.

Olga lo observó caminar hacia el baño para cambiarse, siempre lo observaba andar de un lado al otro, le hacía gracia el como andaba con pequeños brincos y le daban ese aspecto animado, pero el día de hoy no vió esa característica manera de andar. Le pareció extraño, generalmente cambiaba esos brinquitos por una caminata normal solo cuando se encontraba de mal humor, pero no hubo nada en su manera de actuar que indicará aquello, no había ni el menor cambio de voz.

Chava se cambió tan rápido como pudo, procurando no arrugar el vestuario y sin lastimar demasiado su espalda, últimamente tenía un dolor en la parte baja de la espalda bastante particular; aún que ya no distinguía si el dolor era por pasar el tiempo encorvado sobre su jardín o por el contrario, si se debía a el gran apetito sexual que tenía Tocino. Mantener el ritmo de Tocino le parecía ligeramente difícil y no sabía la razón de aquello, tal vez era su falta de experiencia tanto en la cama como en las relaciones, pero lentamente mantener su relación lo cansaba cada vez más. Aún que claro que no diría ni una palabra sobre aquello, después de todo; tenía lo que siempre deseó. Aquella relación no parecía ser un capricho de Tocino,como muchos se habían empeñado en decirle, aquel hombre genuinamente se preocupaba por él y por hacerlo sentir cómodo, siempre siendo un completo caballero. Era casi como tener un perro grande que movía la cola cada vez que lo veía.

Salió del baño aun con los otros dos paquetes de ropa y sus ropas de calle en la bolsa que había abierto, si había algo que le parecía tedioso eso era la gran cantidad de cambios que tenía que hacer en un solo día y la cantidad de tiempo que tenía que permanecer sentado en todos lados, el maquillaje particularmente tomaba bastante tiempo a pesar de que al acabar se veía casi igual a cuando se sentó. Pero últimamente su apariencia si tendía a cambiar de manera radical en varias escenas, en algunas estaba vestido como de costumbre, pero en la mayoría ahora tendría que usar una bata de hospital y se le vería completamente inconsciente después de la caída del balcón. En realidad, para esa temporada se tenía planeado dejar a su personaje en coma hasta la temporada siguiente, pero aquello ya no iba a ser posible; así que pasaría solo la mitad de la temporada inconsciente y la otra mitad cojeando de un lugar a otro con un bastón.

Chema, por su parte, estaba más estresado que nunca. Después de los altercados con su ex mujer estaba agotado, y ahora era probablemente una de las personas en el set que más trabajo tenía. A menudo tenía que quedarse hasta tarde probándose vestuarios para que se les hicieran ajustes, tenía muchas escenas que grabar todos los días, pasaba tantas horas siendo maquillado, peinado y vestido que casi no tenía tiempo ni para ir al baño.

A pesar de la enorme carga de trabajo, debía admitir que prefería vivir en el set de grabación antes de regresar temprano a casa, ya que últimamente Tocino se quedaba a hacerle compañía a Chava cuando salían del trabajo. Perfectamente pudo haber ignorado aquel hecho de no ser por un detalle, Tocino era extremadamente amable con el, cuando ambos coincidían en la casa, Tocino hacia hasta lo imposible por lograr que él no moviera ni un solo dedo,  hacía solo unos días había intentado picar su comida por él y todo aquello lo había puesto incómodo. Ese sujeto ya había intentado de todo, solo faltaba que se ofreciera a lavarle los dientes o peor aun, limpiarle el trasero después de ir al baño. Ese pensamiento le revolvió el estómago.

---------------------

Mariela despertó aquella mañana como de costumbre, llena de energía, pero últimamente no hacía mucho ruido por la mañana para evitar despertar a Lencha. Ese día en particular mientras se cambiaba de ropa, le pareció escuchar el golpeteo de algo pequeño contra las paredes de su casa; cosa que le pareció extraña, primero pensó que era un crujido, pero las paredes de su casa no hacían tal ruido, solo lo hacían sus muebles de madera.
Bajó a desayunar y mientras servía el cereal en su plato le pareció escuchar que alguien corría y encendía un auto de esos viejos de lámina con alguna necesidad de ser arreglado y se iba con prisas.

Cuando salió de casa para ir al trabajo, pensó que aquellos sonidos debían ser parte de su imaginación, fuera de su casa todo se veía perfectamente normal, lo más difícil de explicar era el auto que se encendía y se iba, pero asumió que sería alguien que iba de paso y se detuvo a verificar algo. No lo pensó mucho tiempo, le importa más llegar temprano al trabajo.

por qué somos muy machos! | Human Huevocartoon | (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora