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Para Chema, estar en Tejeringo era una experiencia muy extraña, la última vez que había pisado ese pueblo él tenía unos 10 años de edad. Pero ahí estaba, en la sala de espera del hospital esperando a que Lencha recuperará la conciencia, su compadre Chava estaba haciendo todo lo que podía para calmarlo, iba por agua para el, lo distraía haciéndole plática, intentaba de todo para disminuir el mal rato. Incluso Tocino, quién los había llevado hasta el hospital, había estado intentando animar a Chema.

-No te entiendo-. Le dijo Chema a Tocino, se habían quedado solos en lo que Chava buscaba el baño. -Entiendo que mi compadre quisiera venir hasta acá, ¿Pero y tú, qué haces aquí?-.

Tocino se encontró desconcertado ante la pregunta. -Bueno, cuando llegue a ver a Salvador los vi muy alterados a los dos, quería ver qué estuvieran bien-.

-Que estuviéramos bien-. Dijo con un tono sarcástico. -No te creo, ¿Sabes que pienso? Que estás aquí para vigilar que mi compadre y yo no estemos coqueteando, eres un encimoso, por eso Chava te odia. ¿Crees que no sé que me detestas?-.

-¿Salvador me odia?-. Preguntó Tocino con tristeza, Chema volteó a verle la cara y lo que encontró fue un rostro que se veía lastimado, como si fuera un perrito regañado, Tocino suspiró y continúo. -No te detesto-.

-Ay por favor, ¿Cómo que no? ¿Es que de verdad no sabes nada?-. Escupió Chema.

-Sé lo qué pasó entre ustedes, pero no voy a odiarte por eso. Salvador es importante para mí, y quiero verlo feliz; si tú eres importante para él y para su felicidad, entonces también me gustaría que estés bien-.

Esa no era la reacción que Chema esperaba, casi pensó que Tocino estaba a punto de llorar. Incluso sintió un poco de pena por haber sido tan tosco con él. Chava apareció finalmente y la escena le resultó un poco extraña, los dos estaban callado y obviamente incómodos, notó que Tocino estaba particularmente cabizbajo.

-¿Qué me perdí?-. Dijo temiendo que mientras no estaba algún doctor hubiera traido malas noticias.

-Nada-. Interrumpió Tocino levantándose de su asiento. -Voy por un cigarro, estaré afuera por si necesitan algo-. Les dedicó una leve sonrisa y se fue calmadamente del lugar.

Chava sólo lo miró, definitivamente algo andaba mal con él. Pero realmente no podía descifrar si era por algo en particular o si solo la situación estaba siendo demasiado para él. Se sentó junto con Chema, quién también tenía una mirada extraña en el rostro, e intentó entablar una conversación normal, quiso saber un poco de lo que había pasado, pero no creyó tan prudente preguntar en ese momento.

No tardó mucho en llegar una persona en bata a hablar con Chema, al principio se habían negado a dejarle ver a Lencha, por ser su ex esposo legalmente. Sin embargo en vista de que no podían contactar con el padre de Lencha y siendo su madre la principal agresora tampoco lo buscaron demasiado. Él único que realmente había preguntado por ella estaba ahí en la sala de estar peleando por poder verla.

-Señor José, la situación de su ex esposa es aún que delicada, favorable. Despertó hace unas horas y se le ha visto responder con normalidad a las preguntas y ha colaborado bastante con la policía. En cuanto a su condición, pudimos encontrar una costilla rota del lado izquierdo, algunas heridas abiertas y varios golpes contundentes en todo el cuero, a demás de que está bastante adolorida no encontramos ningún daño interno, la costilla rota no se movió de lugar y no perforó nada-.

Escuchar todo eso era un ligero alivio para Chema, aún que sabía que la situación debía ser altamente horrible para Lencha, al menos su cuerpo estaba bien. -¿Puedo verla?-.

-En un momento terminarán de hacerle un interrogatorio de rutina para evaluar el estado de su cerebro, después de eso iré a hablar con ella para ver si ella accede a verle, en lo mientras le pediré que espere un momento más-.

por qué somos muy machos! | Human Huevocartoon | (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora