《Kateye》
una palabra para referirse a una flor, las flores de Hibisco pandoriana. Significando Abundancia, alegría y bienestar. como su hijo, Kateye.
Neteyam y Ao'nung ahora tenían un nuevo reto al cual enfrentarse todos los días, llamado "vida de p...
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Ao'nung observaba a su pareja de reojo cada vez. Sin poder dejar de disfrutar lo hermoso que estaba.
El estar a solas caminando con Kateye y Neteyam... lo había añorado muchísimas veces al estar lejos. Pisar la arena caliente... disfrutar la brisa y el atardecer, además del precioso mar...
¿Como no iba a extrañar algo así?
Olfateo un poco el aire hasta divisar el olor a flores, provocando que mirase hacia el frente y admirará la casa del árbol, con su pequeño jardín lleno de fragancias que el mismo creó hace ya tanto tiempo.
Había más plantas rodeando la casa que antes, notándose una que otra enredadera aferrándose a las paredes, o plantas con hojas caídas colgando del techo.
- E-esta algo desorganizado dentro e hice algunos cambios - empezó a hablar su gatito, haciendo que lo mirará con una sonrisa llena de ternura al notarlo con nervios - así que agradecería que no te burles si ves algo extraño - pidió el omega, tratando de no devolverle la mirada con la cara roja.
Tan lindo
- lo intentaré - bromeó con una sonrisa, causando que el otro le mirará con nervios y queja - pero no prometo nada - rió un poco ante su reacción, notando que este movía la cola o las orejas inquieto.
Kateye en cambio no decía nada, mirándolos con ojitos brillantes y una sonrisita hermosa. Como si estuviera esperando algo de ellos en específico. Pero Ao'nung no sabía que podría ser.
El pequeño fue el primero en entrar a la casa, dando saltitos emocionados y esperándolos del otro lado.
Ao'nung negó divertido, pasándole por la mente que seguro Kateye (y con lo que dijo antes, quedando muy avergonzado) estaba esperando que pasara por la puerta.
Se concentró en visualizar a su alrededor, notando que la hamaca de fuera seguía allí, intacta. Como si su Neteyam hubiera intentado conservarla así por tanto tiempo.
Al entrar la casa, Neteyam le siguió, dejando que mirara todo primero.
Noto que muchas cosas habían cambiado, provocándole algo de melancolía y que agachara las orejas con una sonrisa deprimente al haberse perdido todo eso.
