《Kateye》
una palabra para referirse a una flor, las flores de Hibisco pandoriana. Significando Abundancia, alegría y bienestar. como su hijo, Kateye.
Neteyam y Ao'nung ahora tenían un nuevo reto al cual enfrentarse todos los días, llamado "vida de p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
[ 🥀 ]
— ¡Estas ramas! — escucho a sus espaldas, haciéndole reír.
Hace un rato que Ao'nung había emprendido caminata con él y no paraba de tropezarse o chocar con las hojas, desacostumbrado como siempre a las zonas selváticas.
Por su lado, él se sentía perfectamente y no tropezaba, sintiendo después de bastante tiempo que podía andar un poquito más rápido. Estar en su habitad natural era demasiado agradable para todo su cuerpo.
— si dejaras de luchar contra Eyw- — fue a decir, antes de quedarse callado y dejar caer una sonrisa amarga. Casi mencionaba a esa entidad... — solo aparta las cosas con cuidado — le aconsejo a su pareja, viendo como este ponía cara de pocos amigos y manoteaba un montón de hojas con fuerza.
— esto es tonto y peligroso gatito — se quejó, acercándose más a él y tropezandose una vez más, volviendo a quedar a la misma distancia y haciéndole reír — ¡regresemos! — pidió el alfa ya harto, queriendo detenerse y dar paso atrás.
— nope — pronunció con diversión, avanzando más — si quieres regresate tú — aconsejo, recibiendo quejas del alfa, quien no detuvo su andar y continuó detrás suya — ¿como es que te tropiezas tanto pececito? — rió al verlo caer al suelo, con uno de los tobillos enredado entre algunas lianas que había por el suelo. Realmente su pareja estaba fuera de su zona de confort.
Iba a ayudarlo a levantarse, pero tuvo que detenerse cuando escucho algunos pasos, obligandole aquello a mover una de sus orejas buscando identificar.
Se posó contra un árbol mientras el de piel turquesa se ponía de píe, preguntandole el que ocurría y porque había dejado de burlarse de él de repente.
— hay algo aquí — pronunció con temor, apoyando una de sus manos en el árbol y otra en su vientre, el cual le había empezado a doler por el miedo que empezaba a experimentar — ya mis amores, calma, calma — susurro hacia sus bebés, antes de mirar como algo se acercaba a su pareja — ¡Ao'nung! — señaló aterrado, provocando que el más alto mirará hacia atrás y empezará a forcejear contra aquella presencia que dejó de ser extraña.
— ¡TÚ! — rugio su pareja con un rencor incontrolable, antes de agarrar a su atacante y empezar a forcejear ambos en el suelo. Era Spider — maldito infeliz — gruñó su esposo, presionando el cuerpo del avatar debajo suya mientras el retrocedía, pálido.
El avatar rió con fuerza y se resistió lo más que pudo a los brazos de Ao'nung, siendo apretado contra el suelo buscando axfisiarlo.