《Kateye》
una palabra para referirse a una flor, las flores de Hibisco pandoriana. Significando Abundancia, alegría y bienestar. como su hijo, Kateye.
Neteyam y Ao'nung ahora tenían un nuevo reto al cual enfrentarse todos los días, llamado "vida de p...
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[ 🥀 ]
— dime como te hiciste esta cicatriz — pedía entre susurros, acariciando el rostro del metkayina despacio y dejando que su pulgar delineara aquella marca sobre la boca de su amado, llenándolo de curiosidad.
Ao'nung tomó su mano y cerró los ojos, apoyándose suavemente contra el contacto en su rostro y besandole los dedos, provocándole cosquillas y que se sonrojara.
— un pedazo de metal de una explosión me golpeó — contestaba el alfa sin mirarle, usando un tono de voz bajo, como el suyo — no podía detenerme a pensar en lo que ocurría ni en el golpe — termino por narrar, antes de acariciar su muñeca y empezar a desatar su brazalete con calma — dime que son estás — pidió el de piel turquesa, acariciandole algunas de sus marcas viejas, siendo las más pequeñas. Que cuando él se fue... no estaban allí.
Neteyam respiro hondo antes de contestar, sabiendo que no podría sentirse peor consigo mismo al respecto.
— esas... llegaron semanas después de que tu te fuiste — contestó con pesar. Se había prometido hace mucho tiempo el no volver a lastimarse a sí mismo. Y ahí estaba, ofreciendo explicaciones — me enojaba mucho ser sólo yo así que- — trato de continuar, apretando los labios y mirando las marcas. Estas eran acariciadas por el mayor — era difícil — murmuró con pesar. Sin poder explicarse mejor.
Él estaba sólo y con Kateye siendo muy pequeño. Tardando semanas para conciliar el sueño y sólo logrando obtener pesadillas, para volver a despertar... además de que por las noches su bebé lloraba mucho, sin bastarle el hecho de que sólo estuviera él como su papá.
— se que fue difícil... pero, no necesitas hacerte daño — susurro el alfa, buscándole la mirada hasta que sus ojos se encontraron — te conozco desde hace muchos años amor, tu eres más fuerte que esto — señaló, sin soltarle el brazo y provocándole remordimientos.
— no he vuelto a hacerlo desde hace casi un año, y no lo volveré a hacer — prometió hacía el ajeno, tratando de mantener lejos algún intento de debilidad que le hiciese llorar en aquella conversación. Se tomó un momento para pasar su mano por el hombro de su pareja, notando una cicatriz aun más grande — cuéntame sobre esta — pidió, recibiendo los sentimientos pesados de Ao'nung mientras más se exploraban las marcas del pasado, dejando al desnudo cada pequeño trauma o incertidumbre alrededor de estas.
Las cicatrices en el brazo del mayor (supo mediante la conversación) se debían a muchos intentos del enemigo por abrirlo con cuchillos al pelear. Dejando a excepción aquella sobre su hombro (siendo la más grande y visible) que contaba por sí sola provenir de alguna clase de explosión.
Su pececito se veía tan mortificado al recordar cada cosa... que se le deformaba la sonrisa, llenándose de tristezas que le hacían doler el corazón.
