《Kateye》
una palabra para referirse a una flor, las flores de Hibisco pandoriana. Significando Abundancia, alegría y bienestar. como su hijo, Kateye.
Neteyam y Ao'nung ahora tenían un nuevo reto al cual enfrentarse todos los días, llamado "vida de p...
Debo aclararles a varios que, Mar'aki no era ningún viejo. Porque al parecer muchos y muchas piensan que lo era.
Pero no mis queridos, desde un principio lo he intentado interpretar como alguien de similar edad a la de Ao'nung.
Perdón por dicha confusión y poca aclaración.
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Ao'nung veía con pánico la escena en la que encontró a su pareja, dejándole helada la sangre el horror de presenciar todos los males que se planteo.
El antiguo jefe Mangkwan se encontraba tirado en el suelo cuando los encontraron, borboteando mucha sangre y con la garganta hecha pedazos.
Neteyam no estaba muy lejos, escupiendo la sangre del fallecido y retrocediendo, con los ojos inundados en lágrimas y una sonrisa nerviosa y retorcida que le hizo estremecer.
En toda su expresión se denotaba que el mismo no se creía lo que acababa de hacer.
No dudo en acercarse y atraerlo hacia sus brazos, revisandole rápidamente.
Le pregunto que le había hecho ese desgraciado, aterrado al verle tan arañado y con rasguños entre las piernas, muy desacomodado de su atuendo.
El omega tan solo respiraba agitadamente, dejándose envolver por el mientras empezaba a reír, como... como si intentará mofarse de lo que acaba de ocurrir...
Pero luego grito, con fuerza... y como nunca antes le había escuchado.
Este le clavaba las uñas en el brazo, aferrándose a él mientras lloraba, dejándolos desconcertados por completo a los 4.
...Maldito Mar'aki...
— tranquilo... tranquilo — susurraba contra la orejita del omega, buscando calmarlo como podía, aunque le doliese tanto verle así — ya no puede hacerte daño — continuó, meciendole entre sus brazos al notar como intentaba zafarse, desprendiendo amenaza con cada pequeño temblor de su cuerpo.
— ¡Él-! — trato de gritar su pareja, enrabiado y lloroso — ¡sueltame! ¡Voy a arrancarle la piel! ¡¡SUELTAME!! — exigía este, pasando todo el susto para reemplazarlo con furia y fogocidad.
Ao'nung tuvo que sostenerlo fuertemente, evitando que atacará el cuerpo sin vida mientras que los otros se acercaban.
— ma Neteyam... respira... — le pedía Neytiri a su hijo, lo suficiente cerca como para apartarle el cabello hacia atrás y tomarle del rostro, llamando su atención — calmate, por tus hijos — le pidió esta después, mirándole a los ojos y buscándole razonar.
