《Kateye》
una palabra para referirse a una flor, las flores de Hibisco pandoriana. Significando Abundancia, alegría y bienestar. como su hijo, Kateye.
Neteyam y Ao'nung ahora tenían un nuevo reto al cual enfrentarse todos los días, llamado "vida de p...
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Ya era temprano por la mañana para cuando Ao'nung regresaba a casa, cargando a Kateye y bostezando con bastante sueño.
No había podido dormir en toda la noche pensando en su pareja, estando incómodo al dormir sin su calor a su lado...y solo con su pequeño, sintiéndose de cierta manera solitario.
Comprendía que para cuidar bien de Neteyam y no cometer alguna tontería, debía brindarle espacio cuando este entraba en celo, ya que podía ser peligroso si se dejaba llevar y lo atacaba.
Además, con el historial que se llevaba...le parecía que era suficiente para ambos solo con Kateye, del cual tenían todavía mucho por aprender.
— mahm mah — le escucho balbucear, haciéndole sonreír y besarle su frentecita con amor, dejando que este se llevara los deditos a la boca babeandose.
— si, vamos a ver a mamá — canturreo, limpiandole un poco la baba con un pañuelo que llevaba gracias al pequeño siempre — ¿quiere Kateye ver a mami? — le pregunto con cariño, notando como reaccionaba con emoción, tirándole un poco del cabello en el proceso — ya ya, papá también quiere verlo — rió enternecido, caminando.
Cuando estuvieron frente a la casa, le dio cierta mala espina. Podía sentir el fuerte aroma de Neteyam desde el jardín y tuvo que cubrirse la nariz para no respirarlo.
Era demasiado contra él y su instinto.
— ¿Debería pedirle ayuda a tía Tsireya?... — consulto apenado hacía Kateye, siendo en realidad que lo decía más para si mismo.
Por obvias razones el bebé no le respondió, tratando de llevarse su cabello a la boca, cosa que tuvo que evitar.
Suspiro y se preparo mentalmente para ser azotado por las feromonas más irresistibles de todo pandora para él, entrando a la casa.
Cuando ingreso, encontró casi todo igual que el día anterior, siendo la única diferencia cierta cama con toda sabana tirada por doquier o envolviendo el cuerpo de su pareja, quien se encontraba aparentemente dormido en su... especie de nido.
Dejo a Kateye con cuidado cerca de Neteyam, antes de sentarse cerca soportando el aroma intenso con dificultad.
Se relajó todo lo que pudo y le acarició la carita un poco, notando que se cubría hasta la cabeza en posición fetal y sudaba. Estaba bastante rojo todavía y soltaba quejidos lastimeros que (en interpretación de su alfa), le llamaban.
— Net — llamó con levedad, buscando que abriera los ojos y lo mirará — cariño, ¿me escuchas? — preguntó. Dejando de tocarlo al empezar a temblar de la enorme ansiedad. No-podia-atacarlo
