《Kateye》
una palabra para referirse a una flor, las flores de Hibisco pandoriana. Significando Abundancia, alegría y bienestar. como su hijo, Kateye.
Neteyam y Ao'nung ahora tenían un nuevo reto al cual enfrentarse todos los días, llamado "vida de p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Neteyam se encontraba en casa, preparando cierta artesanía importante con sus propias manos, mientras que Tuk le hacía compañía atendiendo a Kateye por él.
Esta se encontraba sentada cerca suya y donde pudiera verlos, cantándole a kateye y haciendo que su bebé aplaudiera con ella, sentadito entre sus piernas y provocándole risas.
Sonrió agradecido con que su hermanita más pequeña fuera tan amable de pasar a ayudarlo y supiera como encargarse de entretener a Kateye, sin armar desastres.
— ¿para que es eso hermano? — preguntaba Tuktirey, viendo lo que hacía de vez en cuando antes de seguir jugando con Kateye.
— es un presente — contestó, dirigiendose a esta con un tono amable y algo bajo — se acerca el cumpleaños de Ao'nung y me gustaría darle algo de mi parte — explicó con una sonrisa, sin dejar de concentrarse.
Tuk pareció asentir y no preguntó más de ello, llendo a alimentar a Kateye en su lugar. Cosa que permitió sólo porque ella ya había pasado antes a cuidarlo y demostraba ser muy buena con los niños.
Paso un rato mientras que su vista se volvía borrosa, sintiendo algo de frío y la cara caliente. Sus fuerzas empezaban a disminuir de repente y se sentía ciertamente inquieto, incapaz de seguirse concentrando.
Se detuvo para colocar una mano sobre sus ojos, mareado.
— ¿estas bien? — escucho a Tuk preguntar, notándose preocupada al llegar de preparar la leche en un recipiente para Kateye.
Neteyam dudo por un momento en contestar, antes de asentir débilmente mirándola.
— lo estoy — murmuró no muy seguro de ello, pero aún así respondiendo — dame un segundo — le pidió, levantándose de su sitio para guardar el regalo sin terminar. Temía que si seguía volvería a marearse y además, Ao'nung ya debía de estar por llegar a casa a esa hora. No podía dejar que lo viera — ¿te gustaría comer algo Tuktirey? — le pregunto con una sonrisa a su hermanita, recibiendo un "si" de su parte.
— Yam-yam, ¿seguro que estas bien? — volvió a preguntar está viéndolo pasar para preparar comida, a lo cual asintió — tienes la cara roja — señaló ella, a lo cual tan sólo continuó diciendo un "estoy bien".
Se mantuvo un rato cortando unos cuantos vegetales, antes de sentir que su cuerpo le empezaba a pesar y que el ambiente se volvía más frío, deteniéndose y estremeciendose ligeramente, cortandose con el filo de la navaja que usaba en un dedo.