❜ ⌗ viaje familiar ⌗ ❜

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Ya era temprano por la mañana para cuando se habían levantado y empezaban a despedirse de los demás

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Ya era temprano por la mañana para cuando se habían levantado y empezaban a despedirse de los demás.

Tomarían vuelo en unos Ikranes atrapados al poco tiempo por Neytiri y Jake, listos para zarpar largas horas sobre el mar hasta la selva, lugar que Kateye no conocía de nada todavía, más que por cuentos de la familia o Neteyam.

Lo primero que hizo fue ayudar a su gatito a subir al lomo de uno de los Ikranes, agradeciendo a sus suegros por estar con ellos a esa hora y ayudarles tanto.

Lo segundo, fue dejar a Kateye sobre el otro Ikran y subir tras este, asegurándose de que estaba bien acomodado y sin problemas para que pudiesen viajar sin que algo le fuese a doler, al estar una buena cantidad de horas sentado sin poderse levantar.

- tengan un buen viaje - despidió Neytiri pasando por donde estaba él, bendiciendo a Kateye y besandole la mejilla, cosa que hizo reír a su hijo. Poco después anduvo hasta Neteyam y le dejó alguna clase de atuendo (un poncho ) para que se abrigara bien y evitará el frío viento contra su gran pancita, cosa que le hizo sonreír. Aquel telar era muy lindo sobre su gatito.

Neteyam agradeció y abrazo fuertemente a su madre antes de que pudiese acercarse Jake también, revolviendo los cabellos a Kateye, pidiéndole a él que cuidase bien de ellos... y recordándole a su pareja el descansar, siendo importante.

De aquella fue que comenzaron el largo viaje por sobre el mar, sabiendo lo difícil que sería con cierto gatito embarazado de dos y teniendo que detenerse a orinar cada hora.

Tardaron justamente los dos días que tenían como límite para llegar, entrando en la selva ya de noche y caminando un poco entre las interminables malesas hasta las casas en los árboles donde iban a estar, los laboratorios de Norm y Max.

A Neteyam le costó bastante seguir el paso en dicha caminata, por lo que tuvo que ayudarlo a andar, preguntandole cada cuanto si se sentía bien o si deseaba parar.

Se sintió agradecido con Eywa para el momento en que por fin pudieron llegar al lugar, estando los tres agotados, siendo el embarazado y su niño quienes más deseaban irse a recostar sin más.

Él se quedó a charlar con Max, estando menos agotado por el viaje y cubierto por la curiosidad que significaría el complicado parto, haciendo preguntas al respecto de cómo se iba a operar u organizar.

Recibió como información unas cuantas cosas nada más, siendo aquellas la hora donde se suponía iban a conectar a Neteyam con un suero, el tiempo en que pensaban empezaría a romper fuente y como se iba a tratar, siendo pocos explícito en lo último en un intento de no agobiarlo.

También supo de parte de Norm, que por su lado debía de intentar mantener a su pareja al 100% relajado para la intervención, ya sea haciéndole compañía o cumpliendo algún capricho (siempre y cuando no fuese de comida) para así asegurar un éxito muchísimo mayor en su operación.

Una mente sana y relajada, era lo más alentador e "importante", según el avatar, para una situación como la que tenían por delante.

Les agradeció a ambos por las indicaciones y unas cuantas cosas más, llendose a recostar al haber llegado a su límite de agotamiento ya.

Necesitaría bastante energía para poder soportar el próximo día si querían que viniesen al mundo ambos bebés, sanos y salvos.

Pensó que todo iba a ir bastante bien, y así iba a hacer, por supuesto...

Hasta que cierto gatito empezó a ponerse terco y tenso sin dejarse internar, despierto bastante temprano y diciendo querer ir a ver a Nawei, su mejor amiga.

- mi amor, disculpa que te lo diga pero... ¿haz perdido la cabeza? - le pregunto incrédulo y tratando de detenerlo en cuanto esté dio paso hacia la salida - Neteyam te Suli Tsyeyk'itan, estás con un embarazo de 9 meses y a punto de parir, ¡no puedes salir! - le regaño, impidiéndole el paso a su gato salvaje con todas las de la ley - regresa adentro - le advirtió, recibiendo quejas del omega.

- pero quiero verla - rogó este, señalando con sus manos hacia la selva - por favor, iré andando... y conozco mi antiguo hogar mejor que nadie, déjame ir - continuó, haciéndole negar, recto y decidió a no dejarlo irse - pececito - se quejó este con las orejas agachadas y mirándole con ojitos tiernos, haciéndole trastabillar.

- ¿Porque no lo dejas ir?, el ejercicio antes de un parto también es bueno. Y los Omatikaya no están muy lejos de aquí - apoyo Norm por detrás, mientras entretenía a Kateye con artefactos y mostrándole todo tipo de cosas que el pequeño admiraba con curiosidad - le hará bien - puntualizó el avatar, haciendo que le mirase con queja por que este no le estuviese ayudando a detener al omega.

- ya oíste - sonrió su esposo feliz, sacudiendo la cola y tratando de pasarle por debajo del brazo una de tantas veces más.

- ¡muy bien!, muy bien - termino por aceptar, agarrandole del telar ese que le dio Neytiri antes para pararle el paso - pero yo iré contigo - agregó como condición, incapaz de permitirse el que su querido amor se fuese por ahí llevando a los dos crios a punto de nacer. Simplemente no podía - apenas un dolorcito, nos regresamos. ¿Bien? - señaló, siendo bastante claro en como iban a ser las cosas.

- hecho - contestó el otro de buen humor y con energía, haciéndole suspirar. Realmente quería salir... - vamos vamos - le empujó este con levedad, listo para empezar a bajar de la casa del árbol e ir por el suelo, andando.

- beso - pidió antes de salir, recibiendo quejas del omega por sus intentos de retrasarlo para quedarse más.

Neteyam le tiro de su collar provocando que se agachara un poco y le beso de forma fugaz, escapandosele poco después y empezando a bajar.

Lo siguió sin demora y pidiendo al avatar que cuidase de Kateye. Rogándole que por favor, no dejara a su hijo con Max. No quería volver y enterarse de que estuviera probando azúcar, ya que esta le causaba terror por sus recuerdos de un gatito cargado de adrenalina hace ya tantos años.

Una vez abajo empezaron a caminar, manteniéndose cerca de su pareja y bastante alerta ante cualquier situación o pequeña reacción que pudiese significar bebés en camino.

Realmente la vida con Neteyam se volvía complicada aveces... como en situaciones como aquella, donde no le quedaba de otra más que rogar y rezar.

Tenía que ir y enamorarse del omega más loquito y hermoso de toda la jodida pandora...

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Un Poncho: es una prenda típica de Norteamérica y Sudamérica. Se trata de un abrigo de diseño sencillo. Trozo rectangular de tela pesada y gruesa, en cuyo centro se ha practicado un tajo para pasar la cabeza

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