Atención: este es un fragmento extra del Capítulo 36 "Calmar los nervios", coincidente en el tiempo con el extra 2. Esta parte contendrá relaciones entre personajes con diferencia de edad, asique evítalo si no es de tu agrado ^^
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/Evan PoV/
Todos habían dado por terminado el juego. Era un juego tonto, pero al menos me servía para mantenerme alejado del los pensamiento de que estábamos en esta situación por mi culpa.
"—Ella nos ha enviado. Por más que acabes con nosotros, llegarán más."
Eso es lo que esos tipos me habían dicho y lo que no ha dejado de resonar en mi cabeza desde entonces. Ya tenía un mal presentimiento desde antes, pero esas palabras terminaron de confirmármelo.
Y yo seguía sin saber quién era ella. Tan solo tenía como pista un papel con un lugar y una fecha anotados que había recogido de la chaqueta de uno de esos tipos.
Alguien llama a mi puerta, tal vez Castiel con alguna novedad, espero que sean buenas noticias. Para mi sorpresa, cuando abro la puerta, me encuentro a la chica rubia con quien había compartido estos últimos días.
— ¿Necesitas algo? —pregunto, tratando de descubrir el motivo de su visita.
—Parecía que te habías quedado con ganas de jugar y yo me aburro en mi cuarto —explica, como si fuese una situación habitual—. ¿Puedo pasar?
Me hago un lado y ella entra a mi habitación, cierro la puerta y la sigo. No es que sea tan tarde, pero ¿quiere tener una conversación justo ahora?
— ¿Sabes? Como me aburría he ido a husmear por el hotel. Hay una sala de juegos en el sótano, podríamos jugar a algo.
Se ha dejado caer sobre mi cama, totalmente despreocupada y me mira impaciente esperando una respuesta.
— ¿No es muy tarde para eso?
—Yo no tengo sueño y tú tampoco pareces dormido —ha cruzado sus piernas y apoya sobre ellas con sus manos—. Además, creo que Castiel y mi hermano han salido a dar una vuelta.
Parece que aquí el único que duerme es Owen. Reconozco que aunque me quedase en mi cuarto no lograría dormir, además hemos pasado bastante tiempo juntos estos días y ha sido divertido. Tal vez me venga bien una partida para distraerme.
—Está bien —acepto—. Vayamos a esa sala que encontraste.
Se incorpora de un salto y se desplaza ágilmente hasta la puerta. La sigo por el pasillo y luego escaleras abajo, hasta el primer sótano. Avanzamos por un pasillo más hasta llegar frente a unas grandes puertas de madera oscura, ella las abre y atravesamos unas gruesas cortinas de terciopelo azul oscuro para acceder al interior.
Parece un salón de apuestas. Cerca de la entrada había una pequeña barra de bar y por el resto del espacio se repartían distintos tipos de mesas de juegos de cartas, una mesa de billar, una ruleta y varias tragaperras.
—Tenemos muchas opciones donde escoger.
—Espera, tal vez deberíamos encender las luces —sugiero. Ninguna de las paredes parece tener ventanas al exterior, debería ser seguro encenderlas sin que puedan delatarnos—. Iré a ver si lo encuentro, espérame aquí mientras tanto.
No me cuesta demasiado, la sala del panel de luces está tan solo unas puertas más allá. Cada uno de los interruptores tiene una etiqueta pegada que indica qué controla cada uno, práctico, quien lo haya instalado debe ser muy meticuloso en su trabajo. Subo el de la sala de juegos y me apresuro a regresar.
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Efímeros
RomancePrimer libro de la saga SOMOS. La vida cotidiana de Nathaniel termina el día en que se ve obligado a asistir a una escuela militar. Ni su cuerpo ni su mente están hechos para pertenecer a este lugar, pero él ya ha diseñado su plan de supervivencia:...