—Hemos perdido a un novato de primer año. Nathaniel Ferguson.
— ¿Qué? —es lo único que puedo decir. La noticia me sorprende y todo mi interior comienza a retorcerse.
Siento como la presión de mi sangre desciende y estoy seguro de que terminaría por desmayarme de no ser porque la adrenalina se está apoderando de cada rincón de mi cuerpo, preparándolo para correr, para salir a buscar a Nath.
—Sus compañeros han dicho que no lograron reencontrarse después de separarse anoche, he traído a dos de ellos para preguntarles, el otro chico no he conseguido alcanzarlo tras bajarnos del autobús.
No dejo que me explique más. No quiero su versión, quiero la de los chicos que estaban con él cuando desapareció. Me dirijo hacia ellos, apresurado, no hay tiempo para tonterías.
Ambos están esperando frente a la puerta del despacho del teniente Brown, tal y como él les había ordenado. Abro la puerta y los hago entrar.
—Cadetes Lee y Smith... —los nombro mirando la ficha que le he arrebatado al moreno hace unos instantes— ¿Qué ha pasado con vuestro compañero?
—Nos separamos para buscar materiales después de que el viento se llevara nuestra tienda, tras eso no lo hemos vuelto a ver —explica el más alto tratando de mantener la compostura, mientras que el otro parece que va a ponerse a temblar.
— ¿Iban juntos?
—Sí, Smith y yo llevamos nuestras cosas a otro lugar para montar un refugio. Ferguson y Taylor debían recoger más materiales, asique nos separamos.
— ¿Y qué pasó después?
—Taylor volvió golpeado como una hora después —el más bajo toma la palabra—, dijo que él y Ferguson habían discutido y que se separaron.
— ¿¡Y por qué motivo no lo reportaron!? —exclamo, haciendo que ambos den un paso atrás.
—Taylor dijo que no era necesario, que probablemente terminase el simulacro por su cuenta y que nos reencontraríamos a la hora de regreso... No queríamos que nos penalizasen... ¿Va a estar bien Nathaniel?
—No lo sé, pero seguramente estaría mejor si alguno de ustedes hubiese recordado el protocolo para emergencias.
— ¡Foster! —me reprende Brown.
Soy consciente de que me estoy excediendo, de que no debería hacerlos responsables de la desaparición aun cuando no han tratado de ocultar nada, pero la situación es surrealista. Pedir ayuda cuando un compañero desaparece es lo lógico, ¿no?
Smith se ha puesto a temblar, tal como había predicho, aunque tal vez mi contestación le haya ayudado en el proceso.
Trato de respirar y calmarme, los nervios no me ayudarán es esta situación y de nada sirve desquitarme ahora con ellos.
— ¿A qué hora fue la última vez que vieron a Ferguson? ¿Y por qué Taylor no está aquí? —pregunto, esta vez menos alterado.
—Sobre la media noche, ninguno miramos la hora... Y no sabemos dónde está Taylor, Capitán. El teniente Brown nos llamó a los dos cuando bajamos del autobús, pero ya no estábamos con él.
—Eso es cierto —los apoya Brown—. Le pedí a uno de los sargentos que lo trajese, también están organizando un grupo de instructores para buscar a Ferguson.
—Bien, quiero que ustedes dos marquen en este mapa la zona y la hora en la que estaban cada uno de ustedes —ordeno extendiendo sobre el escritorio el mapa que usamos para establecer las paradas del simulacro—. También donde se separaron.
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Efímeros
RomancePrimer libro de la saga SOMOS. La vida cotidiana de Nathaniel termina el día en que se ve obligado a asistir a una escuela militar. Ni su cuerpo ni su mente están hechos para pertenecer a este lugar, pero él ya ha diseñado su plan de supervivencia:...