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Genevieve
╚══≪ •❈• ≫══╝—¿Estás bien? —le pregunto a Jagger ahora que estamos solos en la cocina y los niños juegan en la sala.
Vi como el color abandonó su rostro en cuanto Hope nos dijo su deseo. Fue como ese momento en las caricaturas cuando los personajes pasan por múltiples colores, hasta volver al habitual, eso mismo le pasó a Jagger, solo para después, atragantarse con el café y el queque. Ahora parece que está en shock, procesando lo que su hija dijo.
No deja de fruncir el ceño ni de ver a los niños.
—¿Qué hiciste?
—¿Qué?
—Nunca ha preguntado por una mamá, nunca ha mencionado nada al respecto, ¿qué hiciste?
Su pregunta me desconcierta.
Este hombre... ¿qué piensa? ¿Voy a ser la culpable de todo lo que sus hijos digan o quieran?
—¿Cómo por qué yo tengo que ver en eso?
—Cuatro años y nunca ha dicho algo como eso, una semana contigo y de repente pide una mamá.
Resoplo, incrédula.
Le doy un vistazo rápido a los mellizos. Jared está acostado en el suelo muy concentrado en la pista del tren mientras pasea el juguete por la misma y Hope está jugando con unas muñecas.
—Yo no sé qué te pasa, no sé cuál sea tu historia con su madre, pero que sea la última vez que me echas la culpa de algo referente a ellos. —Su mirada es tan... seria y cortante que me da escalofríos —. Ella crece, Jagger. Ella ve cosas y las entiende y Jared también, quizás él no lo dice ni lo expresa como su hermana, pero lo hace. Ellos ven.
—¿Qué quieres decir? —su voz es un susurro desconcertado.
Me inclino sobre la isla de la cocina, en el extremo contrario a él y me tomo un momento para apreciarlo, haciendo lo mismo que él hizo conmigo hace unos minutos. Lleva puesta una camisa de mangas cortas color gris oscuro y unos joggers negros, así de simple. Sin trajes caros, pero quizás con ropa que cuesta más que mi vida. En este momento tiene los codos apoyados en el mármol y la barbilla sobre sus manos, pasándolas sobre esa barba de dos días. Tiene los bíceps tensos, todo él está tenso y su mirada gris azulada luce desconcertada.
—Un día de estos... —me aclaro la garganta —, el jueves, creo... cuando llegué, ella veía con unos ojitos dulces y soñadores a una de sus compañeritas con su mamá. —Jagger tensa la mandíbula —. Ella sabe que no tiene eso, ella sabe que en lugar de gritar «mami» cuando llegan por ella, grita por ti. Ella ve, Jagger. Ve que no tiene eso, claro que un día va a preguntar. —Evita verme a los ojos —. No sé tu historia y no me interesa —repito —. Pero por el bien de tus hijos, no seas un imbécil y cuando vuelvan a preguntar por una mamá, háblales sobre ella.
Me levanto de la mesa y termino de hacer lo que estaba haciendo: limpiar la cocina.
—No sé cómo hablarles de algo que nunca han tenido. —Lo escucho decir y debo admitir que eso me toma por sorpresa.
Me pica la curiosidad por saber porqué él está solo en esto, pero no voy a preguntar porque seguro me deja como un culo por estar de chismosa.
—Algún día deberás hacer el intento —me encojo de hombros —, porque ellos van a crecer y aún amándote de la forma en la que lo hacen sus preguntas se volverán constantes. Cuando eso pase, no les mientas.
Jagger resopla y lo escucho caminar hacia el minibar que tiene, para después servirse un trago... las diez de la mañana.
—¿Cómo les digo que la que se supone es su madre los abandonó estando recién nacidos?
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Inefable
RomantizmGenevieve, a pesar de ser optimista , alegre y carismática, siempre ha pensado que ser adulta es una mierda, lo confirma cuando después de haber tenido un empleo exitoso, queda desempleada, con deudas que pagar, un padre enfermo y una madre ama de c...