Capítulo 45

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Genevieve  
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Aprovecho que Jagger habla por teléfono y que he metido otra bandeja de galletas al horno para asomarme en papá, que duerme en su cama mientras en la tele se reproduce alguna película. Él es la razón por la que estamos aquí, mamá fue a una cita médica y no quería que papá estuviera solo.

Yo le dije a Jagger que me trajera porque estaba segura de que sí se quedaba en su casa, iba a volverse loco. Ayer ni siquiera durmió, o bueno, hoy en la madrugada. Se levantaba a cada rato e iba a asomarse al cuarto de los bebés como que si mágicamente aparecerían ahí. Me sorprende lo tranquilo que está hoy, pero ese es él. Tiene sus momentos vulnerables y luego vuelve a su semblante casi que impasible.

Vuelvo a la cocina, reviso las galletas y el tiempo y luego voy a mi baño, bajando mentalmente todos los Santos.

—Me cago en la puta —murmuro al ver que el protector sigue limpio.

Desde antier que Laura y Charles insinuaron verme algo distinto la espinita quedó ahí clavada, y por si fuera poco, mamá mencionó algo al respecto ayer antes de irnos para la que fue la fiesta de los bebés. Solo que mi mamá fue más directa y ella lo que hizo fue verme con seriedad y después de habérmelo preguntado, me dio una bolsa con dos cajas dentro. Busco en el mueble debajo del lavabo del baño lo que ocupo y suspiro con pesadez al verlo.

No puede ser posible que esté considerando hacer esto.

He sido responsable, me tomo mis jodidas pastillas todos los días y a la misma hora.

Suspiro, saco el aparato de la caja, lo meto en medio de mis piernas y orino.

Mantengo mi vista fija en la pared frente a mí, sintiendo como la vista se me empaña ante los nervios del que pueda ser el resultado. Dejo la prueba sobre el mármol del lavabo, termino de orinar, me aseo y me acomodo la ropa. Observo mi reflejo en el espejo mientras me lavo las manos y espero el resultado, haciendo una nota mental de que estos serán los minutos más largos de mi jodida existencia. Me veo las uñas, me paso las manos por el pelo, me limpio la cara, suspiro, veo el reloj y pienso.

Pienso un montón.

Quiero hijos, eso siempre lo he sabido, y hasta ahora, Hope y Jared estaban cumpliendo ese papel, aún sabiendo que no son míos, ellos de alguna manera llenan ese deseo y me hacen sentir cómoda, tanto así, que la idea de uno propio ya no me parecía algo que quisiera ya. Me asusta. Me asusta lo que esta cosa pueda mostrarme porque creo que, ante cualquiera de las posibilidades, sentiría que el mundo se me viene encima. Digo, apenas estoy cumpliendo el sueño de tener mi trabajo propio, tengo gastos que pagar, tengo que ayudar a mis papás y... mi relación formal, por decirlo de alguna forma, con Jagger, apenas comienza.

Y... él no quiere más hijos.

Me lo dijo una vez.

Y la situación que nos rodea ahorita no es la mejor para recibir una noticia de estas.

Tomo una respiración profunda y exhalo de la misma forma antes de sujetar la prueba en mi mano temblorosa. Cuento hasta tres antes de girarla y contengo la respiración al ver el resultado.

Se me olvida como respirar.

Me tiemblan las manos.

La vista se me nubla.

Y un sollozo se me escapa.

¿Por qué no esperé a que llegara mamá?

—Mierda, mierda, mierda —susurro con la voz ahogada y aguantándome las ganas de llorar.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora