Capítulo 39

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Genevieve  
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Sonrío viendo a los bebés dar vueltas, con Lobo corriendo detrás de ellos, mientras se persiguen el uno al otro riendo a carcajadas.

Grabo un vídeo para Jagger, para que vea que ellos están bien y muy ajenos a lo que sucedió hace unas horas. Me rio mientras los grabo porque ambos llevan puesta una camisa de Jagger, todo porque Hope me dijo que lo extrañaban. Recordé que cuando yo estaba pequeña solía usar camisas de papá para dormir y mi primer pensamiento para que ellos tuvieran cerca a su papá fue buscar un par de camisas en su closet.

Según Hope, están volando y ella persigue a Jared y Lobo solo corre buscándolos. Tuve que quitarles todos los trenes, pistas y legos del suelo para evitar que se lastimen los piecitos mientras corretean y porque el jodido perro solo busca como mordisquear los juguetes.

El mensaje a Jagger no se le entrega, pero la puerta se abre de golpe llamando la atención de los bebés... y del perro, los tres se giran hacia la entrada, por donde un Jagger, con una expresión de susto, confusión y cansancio, entra. Su rostro se relaja en cuanto ve a sus bebés y sonríe cuando Hope grita su nombre y corre a abrazarlo.

No creo que alguien de verdad pueda quitarle esto a ese hombre.

No creo que alguien en serio se atreva a fallar a favor de una mujer que ha sido ausente y quitarle a Jagger este par de niñitos que lo adoran con sus vidas.

Es que solo hay que verlo. Hay que ver como todo él cambia cuando esta con ellos y como para ellos parece que el mundo se ilumina cuando lo ven. Jagger es su mundo y ellos el suyo.

—¡Vee, papi vino! —me dice Hope, corriendo hacia mí emocionada.

Tiene las mejillitas rosadas y el cabello despeinado, la camisa de su papá quedándole enorme la hace ver tierna y ni se diga cuando da saltitos sujetada de mis rodillas. Y no hablemos de Jared, igual que su hermana, tiene las mejillas rosadas y su pelito entre lacio y rizado, se le pega a la carita por lo agitado que está. Él sigue con Jagger, quien ahora lo tiene alzado y  aferrándose al cuello de su papá como cada vez que lo tiene cerca.

—Lo es... es...

—¿Extrañábamos? —ella asiente.

—Eso lo estrañábamos y vino.

Jagger sonríe y camina hacia el sofá donde estoy sentada, parece que no le importa que estemos con los niños, porque se sienta a mi lado, aún con Jared sobre él y con Hope subiéndose a mis piernas, y me da un beso en los labios. Corto, pero sentido.

Escucho la risita de Hope y luego, cuando Jagger se aleja, siento los labios fríos de Hope en mi mejilla.

—Papi te da un beshito, yo te doy un beshito.

—¿Sabes quién necesita un besito, bebé?

—No —sacude la cabeza —¿Tú?

Sonrío.

—Papi necesita un besito, ¿le damos uno? —pregunto y ella asiente —. Dale uno aquí —señalo la mejilla derecha de Jagger —, y yo se lo doy aquí —señalo su otra mejilla.

—Bueno —me da una sonrisita que le pone los ojos pequeños y besa la mejilla de Jagger al mismo tiempo que yo lo hago. La barba creciente de Jagger me hace cosquillas en los labios y puedo apostar que a Hope también, porque ella se ríe.

Amocito... maricosita —murmura Jared antes de acomodarse sobre su papá, sujetarle la cara y buscar su ojo para chocar sus pestañas.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora