Capítulo 2

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╔══≪ •❈• ≫══╗
Jagger
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Las cejas se me fruncen al entrar a casa.

Hay música sonando y escucho las risas de los niños.

La risa de Jared.

Y Jared nunca se ríe.

No así y menos con la niñera.

Camino con lentitud a la cocina, que es de donde vienen las risas. Dejo mis cosas en el sofá, me desabotono el blazer y me aflojo la corbata. Frunzo aún más las cejas al ver que mis hijos están en compañía de una mujer morena, alta y de contextura gruesa. Su cabello es largo, abundante y no sé si decir que es lacio u ondulado. Recuesto mi peso en la pared de la cocina, con los brazos cruzados sobre mi pecho y observando a la mujer que hace que mis hijos se rían.

La observo mejor, de pies a cabeza. Solo veo su espalda, sus muslos gruesos, sus caderas anchas y su culo grande.

Casi quiero sonreír cuando los ojitos azules de mi hija se fijan en mí.

—¡Papi! —Salta de la silla, casi cayéndose y corre en mi dirección. Me agacho justo antes de que llegue y sus flacuchos brazos se enredan en mi cuello. Apenas logro abrazarla antes de que Jared también corra en mi dirección, abrazando a su hermana al mismo tiempo que a mí.

Todo el cansancio con el que venía pasa a segundo plano, estos cortos minutos en los que los dos me abrazan son los que quiero congelar y desear quedarme así, con este par de diablillos, siempre.

Mientras están entre mis brazos, mantengo mis ojos fijos en la mujer que los acompañaba. Ahora la veo de frente. Y tengo que obligarme a verla a la cara y no al par de tetas que tiene. Ojos verdes claros, una nariz recta y respingona y unos labios rellenos adornan su rostro. Fallo en el intento y mis ojos pasan por su cuello, por su clavícula expuesta por la camisa de tirantes que lleva puesta, pasa por sus pechos, grandes y un poco caídos, pero que el brasier mantiene en su lugar y los hace resaltar, y finalmente, bajo a sus curvas, una vez más delineo su figura gruesa, su cintura y sus caderas grandes.

No habla. No se mueve. Solo me observa. Con la misma intensidad que yo a ella.

¿Quién diablos es y qué hace en mi casa con mis hijos?

—Papi, Vee she quedó con nosotros. La señora gruñona she fue. —Hope se aleja, viéndome y dándome un poco de la explicación que estoy buscando.

—¿Cómo que se fue?

—Eh... sí —dice la mujer, aclarándose la garganta. Su voz es suave y dulce —. Uno de mis compañeros los vio llegar ayer en la tarde a Mulligan's con una mujer. Después de un rato nos dimos cuenta de que los había abandonado ahí.

—Vayan a jugar. —Ordeno al par de copias mías, poniéndome de pie.

—Pero...

—A jugar, Hope. —Me desafía con la mirada, viéndome por debajo de las pestañas, y después, hace resonar sus pequeños pasos por toda la casa cuando se va. Jared la sigue —. Ahora sí, ¿me explica mejor cómo es que mis hijos terminaron en un restaurante, solos y luego aquí con una desconocida? ¿Qué pretendía? ¿Secuestrarlos?

Entrecierra los ojos. Quizás sueno más brusco de lo que pretendo y eso parece ofenderla.

—¿Secuestrarlos? Pero... —murmura desconcertada y entre dientes —¿Es idiota o qué? —Enarco las cejas, sorprendido —. Ya expliqué cómo sus hijos terminaron solos en el lugar en el que trabajo, todo lo que hice fue traerlos a su casa. Secuestrarlos, dice —murmura ofendida y yo no puedo evitar mirar cómo pechos se mueven mientras habla —. Si secuestrarlos era mi plan, los hubiera llevado a mi casa, ¿no cree?

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora