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Jagger
╚══≪ •❈• ≫══╝Genevieve está en la cocina, de espaldas y con las manos apoyadas en el mármol de la isla. Su posición la hace tener el culo sobresaliendo, y como siempre, cubierto por la tela un vestido corto. Esta vez, es negro con pequeñas flores blancas, de mangas cortas, un escote pronunciado que le vi antes. Como siempre, la tela se ajusta a su cuerpo. Y como siempre, me tiene viéndola de pies a cabeza.
—Sí, mamá... no... bueno, dale un beso a papá. Buenas noches.
—Me llamaron del kínder. —Mi voz la hace dar un respingo.
Se gira, haciendo que el pelo se le mueva, casi en cámara lenta y ahora, se apoya en la isla, pero de espaldas al mueble y viéndome a mí.
—¿Y?
—Y me hablaron acerca de la actividad de la otra semana. —Me sirvo trago y le sirvo uno a ella.
—Ajá...
—No me hablan de eso porque los niños no van. —Me acerco a ella, extendiéndole el vaso con alcohol —¿Por qué ahora sí? —Aparto el vaso cuando ella hace amago a agarrarlo.
Me sonríe, lamiéndose los labios.
—No te habrás ofrecido a ir, ¿o sí, Genevieve?
Me quita el vaso de la mano y le da un trago, viéndome por debajo de sus pestañas, con esos ojos verdes llenos de diversión.
—No —responde.
Todo lo que hace, la manera en la que habla y se mueve... pareciera que es un constante coqueteo, pero es que así es ella, esa es su forma de ser. No está coqueteando, es solo manera de actuar.
—¿Entonces?
—La maestra mencionó el tema —asiento —. Hope dijo que ellos no tenían mamá... —hace una pausa, viéndome, pero me niego a mostrarle a alguna emoción, a pesar de que imaginarme a mi hija diciendo tal cosa se siente como una patada en los huevos —. Y luego preguntó que si yo podía ir, porque yo los cuidaba.
No digo nada. Ella tampoco. Solo nos vemos uno al otro y noto como su pecho sube y baja con lentitud, con pesadez, con nervios.
—Y no... —sigue —. No me negué porque no voy a romper su corazoncito, Jagger.
—Solo vas como su niñera —murmuro, acercándome más a ella para ponerla más nerviosa de lo que está.
Sin evitarlo, bajo la vista a sus labios.
A sus labios carnosos y suaves.
Sé que son suaves, cinco segundos me bastaron para comprobarlo; cinco segundos fueron suficientes para probar el sabor dulzón de ese brillo que les pone. Veo sus labios, que en este momento están entreabiertos, que me llaman, que quiero probar una vez más.
Pero ahora, en serio.
No una presión estúpida de cinco segundos.
—No pensaba ir como otra cosa, Jagger —habla en voz baja —. Ese no es un título que me corresponda —estamos lo suficientemente cerca como para que sus tetas me rocen el pecho con cada respiración que da —, y lo sé.
—Lo sabes —repito, poniendo mis manos sobre la isla, a ambos lados de su cuerpo. Ella aún sujeta el vaso con un poco de whiskey en sus manos.
—¿Estás nervioso?
Su pregunta me desconcierta y me alejo de ella, que sonríe.
—¿Sabes...? —murmura, tomándose el resto de whiskey, haciendo una mueca —. Dices que confías en mí porque de lo contrario no me dejarías a tus hijos... pero creo que tienes tus reservas aún, ¿por qué?

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Inefable
RomanceGenevieve, a pesar de ser optimista , alegre y carismática, siempre ha pensado que ser adulta es una mierda, lo confirma cuando después de haber tenido un empleo exitoso, queda desempleada, con deudas que pagar, un padre enfermo y una madre ama de c...