Inefable

Capítulo 46

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Jagger
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Llevo una semana viendo a mis hijos solamente un par de horas y aún sigo sin explicarme cómo es que pasé de verlos todos los días y a todas horas a solo verlos en las mañanas y en las tardes que los llevo o los recojo del kínder. Pensé que obtendríamos una respuesta rápida, pero hasta el momento no ha habido nada y cada minuto, cada segundo que paso lejos de ellos es una jodida tortura de la que quiero salir pronto. Hope me cuenta todo y cada vez que puede dice que extraña la casa, que extraña a Lobo, a Genevieve y a mí.

—Papi, ¿cuándo vamos a volver con tú? —sonrío, viéndola por el retrovisor y viendo a Jared —. No me gusta esa casa. Ellas no me gustan.

—Pronto, vida —giro la cabeza hacia atrás para poder verla, encontrándome con sus grandes ojos celestes —. Pronto volverán a casa.

—Papi, ella dice que es mami y cuando yo digo que no, se enoja.

—¿Y qué hace después, vida?

—Nada —responde y luego sujeta la mano de Jared.

—Hope —hablo con severidad —. Dime qué pasa, vida.

—Ella se enoja y no le gusta poner las pistas de Jared... y Jared llora... papi, no nos gusta.

Aprieto el volante en mis manos a tal punto en el que mis nudillos se ponen blancos.

—Vida, ¿ella los lastima?

—No —responde y su respuesta suena sincera, lo que me hace suspirar aliviado porque al verla por el retrovisor, la encuentro tranquila —. Solo se va y nos deja con una señora.

Asiento y dejo salir una respiración profunda.

La otra semana irán con una psicóloga para así poder tener su opinión cuando sea necesario y espero que Hope mencione todo esto que me está diciendo, espero que no se ponga tímida y se quede callada porque soy consciente de que esto que me ha dicho nos sirve. Y no hablo solo de que Keren los ignora, hablo de que no deja de decir que quiere volver conmigo. Que quiere volver a casa.

—Quiere el papá —murmura Jared, rompiendo el silencio.

—Estamos con papi, Jared. ¡Mira, un avión!

—El avión... allá va.

Sonrío viéndolos por el retrovisor. Así solo tenga unos minutos con ellos al día, me es suficiente para sentirme completo otra vez. Disfruto mi tiempo con ellos, siempre lo he hecho. Estaciono el auto frente a la pastelería de Genevieve y apenas lo hago veo por el retrovisor. Hope tiene las manitas en la boca después de haber chillado emocionada y Jared golpea el vidrio con su mano.

—¡Papi! Bájanos, bájanos. Vamos donde mami Vee, vamos.

—La mamá —escucho a Jared decir y sus ojitos un poco más claros que los de Hope hacen contacto con los míos, sonrío cuando él me da una sonrisa dulce. Se guinda de mi cuello apenas lo suelto y Hope, que ya se desabrocha el cinturón sola, se guinda de mí también —. Quiere ir.

—Ya vamos —respondo y cierro la puerta del auto seguido del seguro. Con ambos en mis brazos y dificultándome caminar, entro al lugar, hay poca gente y en la caja veo a Charles mientras Laura limpia unas mesas.

Supongo que Genevieve está en la cocina. Dejo a los bebés en el suelo, Jared corre a sentarse en una mesa vacía y empieza a jugar con sus trenes. Hope por su parte corre a abrazar a Laura y justo cuando estoy por acercarme a Charles para preguntar por Genevieve, ella aparece, saliendo de la cocina con una bandeja llena de donas recién hechas. La he visto poco esta semana, ella ha estado un poco... extraña, por eso pensé en traer a mis hijos aquí hoy. Sé que la extrañan y ella a ellos, quizás verlos le suba los ánimos.