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Genevieve
╚══≪ •❈• ≫══╝—¡Genevieve! —me sobresalto ante el grito desesperado de mamá —¡Genevieve! —suena asustada.
Me levanto un poco tonta y corro a su habitación, donde la encuentro de pie al lado de la cama y sosteniendo las manos de papá de están cerradas en un puño. Él está sentado en la cama, inmóvil, tieso como una estatua, con los ojos en blanco, apretando la mandíbula con fuerza y sin reaccionar. Mamá le habla y le pone alcohol debajo de la nariz mientras yo llamo una ambulancia.
Papá reacciona antes de que los paramédicos lleguen, pero hace saber que le duele el pecho de manera intensa y eso solo me alerta más. Mamá se va con él en la ambulancia y yo me quedo en casa buscando algunas cosas para ella y para él. Me tiemblan un poco las manos y me siento ansiosa, incluso un poco enferma, todo se revuelve en mi estómago y debo dejar lo que hacía de lado para correr al baño y desechar toda mi cena.
Vomitar es horrible y lo que menos necesito ahora.
—No, bebé —murmuro cuando me enjuago la boca —. No es momento de hacerme sentir mal. Debemos ir con los abuelos.
Termino de asearme y de alistar las cosas. Intento pensar en otra cosa que no sea cuestionarme y que le están haciendo a mi papá e intento no manejar rápido. Llamo a Jagger, pero no contesta, entonces le dejo un mensaje de voz.
Mi papá no puede irse aún.
Mi papá, sea lo que sea esto, debe superarlo.
Al llegar al hospital, me doy cuenta de que lo han traído al jodido lugar más caro de todos los posibles, pero ya pensaré después como pagaremos. Me tomo un momento para bajarme del auto, he llorado todo el jodido camino y ahora debo calmarme porque tengo que ser fuerte por mi mamá. Suficiente tiene con haber visto a papá de esa forma, no le voy a dar más trabajo intentado consolarme.
Cuando de problemas relacionados a ellos se trata, evito que me vean llorar, de alguna forma siento que eso los haría sentirse peor de lo que están.
Pero joder, ver a papá así, completamente perdido y sin reaccionar... niego con la cabeza, me limpio las lágrimas, ignoro el malestar en mi estómago y bajo del auto.
Pero es aún peor. Ahí dentro todo es peor.
Encuentro a mamá siendo retenida por una enfermera, gente saliendo y entrando de la habitación a la que mamá intenta entrar, órdenes en la habitación de que pongan esto o aquello y vomito una vez más al escuchar que desde esa misma habitación gritan despejen. No soy tonta, sé que cuando dicen eso es porque la persona está en paro.
No.
Un par de personas se me acercan, pido disculpas por el desastre que hice en el suelo y luego de tomar agua, me acerco a mi mamá. Ella me abraza y yo no sé quién sostiene a quién. Yo no lloro. Ella lo hace. Nos alejo de la habitación y no sé cuánto tiempo transcurre hasta que el médico viene a decirnos que papá está bien, que está dormido ahora, pero que está bien. Nos explica que fue lo que sucedió en casa y hace un montón de preguntas que apenas y soy consciente de contestar. Mamá pide ver a papá y el doctor accede a llevarla, cuando ella se va, yo me permito soltar todo lo que he estado sosteniendo por horas.
Estaba cagadísima.
Sé que papá puede morir en algún momento, que ya nada en su cuerpo funciona igual, que está cansado y que hay días en los que de verdad, ya no quiere nada. Pero no puede hacerlo aún, no me ha pedido ir a la playa y ni si quiera sabe aún si será abuelo de una niña o un niño y... él merece saberlo. Él merece estar ahí.

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Inefable
RomantikGenevieve, a pesar de ser optimista , alegre y carismática, siempre ha pensado que ser adulta es una mierda, lo confirma cuando después de haber tenido un empleo exitoso, queda desempleada, con deudas que pagar, un padre enfermo y una madre ama de c...