Capítulo 14: Flores de almendro llenas de celos.

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Capítulo 14: Flores de almendro llenas de celos.

【Paulette】

—¿Cuándo fue eso? — Pregunto fulminándolo con la mira, ni siquiera se inmuta, solo me mira cariñosamente, es como si un niño muy enamorado de una niña me estuviera viendo, no encuentro malicia en sus ojos solo destellos, lo que me hace fruncir el ceño.

—Oh, la mia bella signora sembra così carina, accigliata, mi piace quando lo fa. (Oh, mi bella dama se ve tan tierna, frunciendo el ceño, me encanta cuando lo hace). — Me toca con su dedo índice, mi ceño. Yo me aparto avergonzada.

—No pasa nada. — Sonríe ligeramente sonrojado, me intriga este chico, solo que...

—¿Qué pasa aquí? — Viene Zion, como si se le hubiera metido un demonio.

—No pasa nada. — Me dirijo hacia él y lo fulmino con la mira, me levanto, pongo mis manos en su pecho haciéndolo retroceder.

—Mírame. — Le obligo, lo tomo del mentón para que me mire, lo que hay en sus ojos es dolor, lo he herido.

Al fin estaba consiguiendo lo que me había propuesto, pero no se sentía nada bien, me duele verlo así, pero me mantengo en mis cabales porque él se lo merece.

—Danilo, danos un momento, tengo que hablar con él. — Sin más Danilo no se siente intimidado a cambio lo mira con superioridad desafiante.

Me llevo a Zion hecho una bola de fuego hasta salir de la cafetería.

—¿Quién es él? — Me pregunta dolido con ganas de moler a golpes a Danilo que hasta ahora él ha sido un amor.

—Se llama Danilo y es mi A.M.I.G.O. — Acentuó más en esa palabra para que se tranquilice. Me he equivocado, lo hace enfurecer más.

—Tú... Agh... (Gruñe pasándose sus manos por su cabellera pelirroja) ... Tú eres mía. — Me mira haciendo un puchero de lo más tierno, de esos que te derriten el corazón. Me ríe ante sus reacciones.

«Sé que lo amo, pero ahora se merece todo lo que yo le haga.».

—No te rías. — Pones los ojos en blanco, me cruzo de brazos y arqueo una ceja.

—Yo me rio todo lo que yo quiera porque eres M.I.O. — Me confieso ante él, parece que le toma un segundo, procesar lo que le digo, coloca sus manos en mis orejas para atraerme hacia él, me empieza a besar toda la cara besos cortos pero llenos de amor, adoración y pasión.

—Agh. — Gruño ante aquel gesto que me fascina, pero...

—Por ahora no quiero estar contigo. — Soy yo quien tiene un puchero. Se aparta de mí, se recuesta a la pared con los brazos cruzados, arqueando una ceja, esperando una explicación.

—Porque te mereces que te haga sufrir como me lo hiciste a mí. — Le clavo una estaca en el corazón, pero ni se palidece, solo está viéndome, escuchándome con mucha atención.

—Sí, tú no quieres estar conmigo bien. — Saca su lengua, se acerca a mí, me la pasa por toda la nariz.

—Agh... Asqueroso... (Me interrumpe) ... —

—Solo lamo lo que es M.I.O. — Se aleja de mí.

«¿Nada más vienes a joder mi momento con Danilo?».

«O ¿Qué te crees mi dueño?, Ja eso...».

«Agh... Eso ya lo veremos.».

Mientras que peleo con Zion en mi mente, una cálida mano se posa en mi hombro, lo que me hace voltear.

El chico de la habitacion 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora